Probamos el Nissan Qashqai 1.6 DIG-T 163 CV. ¿Es tan bueno como dicen sus cifras de ventas?
Quién nos iba a decir a nosotros y a la propia Nissan, que en pleno año 2015 el modelo superventas de la marca japonesa, esa que se dio a conocer con modelos 4x4 puros como el Patrol, iba a ser un todoterreno descafeinado del segmento SUV, el Qashqai.
Este coqueto SUV de 4,37 metros goza de un éxito comercial sin precedentes para la marca, tal y como demuestran las más de 17.500 unidades que se vendieron en España el año pasado, una cifra que le sitúa sin tapujos como el décimo modelo más vendido en nuestro país y el superventas de Nissan. Hoy probamos el Nissan Qashqai 1.6 DIG-T 163 CV 360 Premium para descubriros por qué este modelo conquista a los conductores españoles.
El Qashqai es un producto realmente redondo. No me extraña en absoluto que se vendan tantos, porque realmente por relación calidad precio es muy, muy complicado mejorar este coche. Lo primero que nos encontramos es un aspecto exterior que ha evolucionado de forma muy acertada desde la primera generación hasta este. Ahora el Qashqai se ve “más coche”, es bonito, luce un aspecto moderno, robusto y no tiene mucho que envidiar a otros modelos del segmento Premium.
Con 4,3 metros de largo, el Qashqai tiene el tamaño idóneo para aquellos que buscan algo más amplio y alto que un compacto sin tener que irse a un SUV de los grandes. Esta unidad en concreto disponía del nivel de equipamiento 360 Premium, el más alto de los cuatro disponibles.
El color blanco de la carrocería marca sus formas contundentes y elegantes, que se sustentan sobre unas llantas de 18 pulgadas con radios metálicos y negros ligadas a este nivel de acabado. En el interior por su parte encontramos, posiblemente el secreto real de su éxito. El Qasqai destaca por el espacio disponible y tiene un nivel de acabados superior al que puedes esperar de un superverntas de tipo generalista.
Dispone de cinco plazas muy amplias, con un espacio libre a la altura de hombros y cabeza propia de un todoterreno de mayor tamaño. La ergonomía es sencillamente excelente. Por poner un ejemplo, el conductor dispone en la consola central de tres huecos para dejar pequeños objetos, y una guantera con dos compartimentos modulares para esconder cualquier cosa de valor cuando se baja del coche.
La calidad de los materiales es buena, tanto a nivel visual como al tacto, ya que los plásticos elegidos para recubrir el salpicadero se han cuidado bastante, más por ejemplo que en su hermano pequeño el Juke.
Si a esto unimos que en este nivel de acabado encontramos incluso piel recubriendo la parte delantera de la consola central, a los lados de la palanca de marchas, el resultado es un habitáculo muy agradable para todos los ocupantes.
En las plazas traseras el espacio disponible para los tres ocupantes es amplio, gracias a una anchura de banqueta destacable y a una distancia libre respecto a los asientos delanteros que permite viajar con comodidad.
La unidad de pruebas contaba además con un gigantesco techo de cristal panorámico que ocupa todo el espacio desde las plazas delanteras hasta las traseras, gracias al cual disfrutamos de mucha luminosidad en el habitáculo y ayuda a mejorar la sensación de amplitud del coche.
El maletero de 439 litros dispone de dos niveles, uno que vemos nada más abrir la tapa del maletero y otro debajo que permite meter bolsas sin miedo a que se muevan.
Al volante del Nissan Qashqai
Sentado en el asiento del conductor, todas estas sensaciones de las que estoy hablando mejoran, ya que puedes llegar a sentirte al volante de un coche de un nivel superior. El tacto del volante multifunción, forrado el piel como la palanca de cambios, es muy agradable, y eso ayuda.
El cuadro de mandos está formado por dos relojes, uno para la velocidad y el otro para las revoluciones que se combinan a su vez con una pantalla central electrónica de fácil lectura en la que encuentras toda la información necesaria con solo moverte por el sencillo menú, manejable desde el volante.
En este caso el motor 1.6 de gasolina DIG-T de 163 caballos se combinaba con la caja de cambios manual, que tiene un tacto preciso de la palanca selectora. Solo puedo achacarle un recorrido de embrague demasiado largo, que me obligó a esforzarme al máximo para no quemarlo en algún arranque en pendiente. Me estoy malacostumbrando a las cada vez más habituales cajas automáticas secuenciales y eso no es bueno.
El tacto del motor es suave a bajas revoluciones, donde no tiene demasiado brío. Hay que estirar las marchas por encima de las 3.000 RPM si quieres una respuesta alegre, y a partir de ese momento los 163 caballos del motor 1.6 se hacen notar, moviendo el pequeño SUV con bastante alegría, lo cual es lógico entre otras cosas porque no es muy pesado al tener solo tracción delantera.
La entrega de potencia es muy lineal a lo largo de toda la banda de revoluciones, y eso, unido a un más que correcto aislamiento del habitáculo, ayudan a que el confort de marcha sea otro de los puntos a favor en este coche.
A pesar de llevar llantas de 18 pulgadas, el conjunto absorbe bastante bien los baches e imperfecciones del terreno, con lo que entiendo que este coche sea uno de los que veo de forma más habitual en las carreteras con familias a bordo.
Aviso de colisión y cambio involuntario de carril en el equipamiento 360 Premium
Durante la prueba combiné un uso urbano al 40% con un uso en carretera al 60%, y los consumos se quedaron en sólo 8,6 l/100 km, que no me parece una cifra excesiva para tratarse de un motor de gasolina de 163 caballos. La posición de conducción elevada además es muy agradable en ciudad, siendo ese uno de los principales factores a favor de los SUV frente a las berlinas o compactos de tamaño equivalente.
A la hora de aparcarlo, el acabado 360 Premium nos ofrece cámara de visión trasera y cámaras perimétricas situadas en los espejos retrovisores y en la parte delantera, que si bien no ofrecen la calidad de visión que esperábamos, si permiten meterlo en ese hueco algo justo sin rozar su estilizada carrocería.
A nivel de seguridad activa, el aviso de colisión parece que se irá imponiendo en todo tipo de coches de aquí a un futuro cercano, y lo cierto es que en el Qashqai funciona correctamente. Los ocho sensores que rodean la carrocería monitorizan todo lo que ocurre a tu alrededor, avisándote con señales acústicas y visuales cuando es necesario que actúes para evitar una colisión con el coche de delante.
Si no reaccionas, el sistema llega a detener el vehículo por completo. Además este paquete de equipamiento también incluye otros sistemas interesantes en el caso de un modelo generalista como este, como por ejemplo las luces de carretera automáticas o los lectores de señales de tráfico que se muestran en el panel de conducción.
Nissan Qashqai: nuestra puntuación
.1
A favor
- Estética moderna
- Equipamiento completo
- Habitabilidad interior
- Consumos racionales
- Paquetes de equipamiento
En contra
- Tacto del embrague
- Calidad de las cámaras perimétricas
- Dirección bastante suave
- Recuperaciones algo perezosas
- Start/Stop algo desafinado
Ficha técnica
Versión probada | 360 Premium | |||
Cilindrada | 1.618 cm³ | Tipo de tracción | Delantera | |
Bloque motor | 4 cilindros en línea | Combustible | Gasolina | |
Potencia máxima (CV @ rpm) | 163 @ 5.600 | Capacidad del depósito | 55 litros | |
Par máximo (Nm @ rpm) | 240 @ 2.000-4.000 | Consumo urbano | 7,6 l/100 km | |
Masa en vacío | 1.440 kg | Consumo extraurbano | 5 l/100 km | |
Velocidad máxima | 200 km/h | Consumo mixto | 6 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 9,1 segundos | Capacidad maletero | 439 litros | |
Transmisión | Manual de 6 velocidades | Precio | 26.400 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Nissan. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
Fotografía | Héctor Ares
En Motorpasión | Nissan Qashqai 2014, toma de contacto