Probamos el Hyundai i30 CW, una ranchera compacta asequible que convence por fuera y por dentro

Prácticos, de tamaño contenido, poco gastones... Los compactos-ranchera son un subsegmento salido casi de la nada y que encierran en su carrocería habitáculos espaciosos y con muchas posibilidades. Aunque no seamos muy de rancheras en España, lo cierto es que este tipo de vehículos son de lo más equilibrado que podemos conducir y por eso el Hyundai i30 CW es una de las mayores apuestas para seguir creciendo en Europa.

Con las buenas pretensiones mostradas por el i30 de cinco puertas, el CW nos muestra una línea exterior que se aleja del típico familiar para darse ciertos aires de coupé y no parecer un vehículo comercial, sino un coche familiar con cierta gracia o un aliado ideal para el ocio. Bajo el capó, cuatro motores con potencias contenidas hasta 140 CV que prometen un consumo ajustado y un habitáculo donde entra prácticamente todo.

Hyundai i30 CW, un ranchera de aspecto dinámico

El lenguaje de diseño de Hyundai progresa adecuadamente (como nos decían en el colegio), les gusta hacer hincapié en que es un producto 100% europeo, y a la vista canta que es un producto que ha sido hecho aquí. El diseño ha corrido a cuenta del centro de trabajo que la marca tiene en Alemania y su producción se lleva a cabo en la República Checa en la planta donde también se fabrican el Tucson y el ix20.

De un primer vistazo, la presencia frontal está claramente definida. Ya la estrenó el i30 y ahora el Hyundai i30 CW hereda la nueva parrilla que será la seña de identidad de la marca para los próximos años. Un marco cromado encierra una gran toma de aire para la refrigeración además del logotipo y la matrícula. A ambos lados, unos faros rasgados nos que pueden equipar tecnología LED y dos pequeñas entradas de aire laterales con los faros antiniebla.

Los rasgos marcados se extienden desde el frontal con unas pronunciadas nervaduras en el capó que le imprimen carácter a este compacto venido a más. Unos centímetros por debajo una línea de cintura recorre todo el lateral desde los faros delanteros hasta los traseros.

Un cierto aire coupé tan de moda se le ha intentado imbuir al i30 con una línea de techo que cae de forma suave, acompasada a unas barras en el techo que convergen en una zaga con una luneta tendida rematada por un alerón integrado en la zona superior. Las medidas son muy similares al i30 de cinco puertas, con la misma batalla. Mientras que la anchura es la misma (1.795 mm) la longitud máxima es de 4.585 mm (+245 mm) y con 1.465 mm de altura se eleva un pelín más sobre el suelo.

Calidades correctas, espacio de sobra

Al igual que en el recientemente presentado Hyundai i30 de cinco puertas, al colocarte tras el volante del i30 CW te das cuenta de cómo en la marca están cuidando mucho la percepción de calidad. Los materiales no sólo han mejorado considerablemente con respecto a versiones precedentes sino que además se tanto el aspecto visual y la colocación de los elementos ha ganado peso. Hay algunos plásticos duros, sin acolchado, pero la impresión es correcta.

La distribución del salpicadero está protagonizada por las líneas horizontales que le dan al habitáculo una notable sensación de amplitud. El salpicadero está dividido en la zona media por la pieza de los aireadores y sobre la superior se alza la pantalla táctil de 8" del sistema de infoentretenimiento de serie en todos los modelos y con botonera a los lados. Un poco demasiado voluminosa y con el contra de no quedar integrada como pasa siempre con este tipo de pantallas.

Por debajo se colocan los mandos del climatizador bizona sobre una placa de negro piano y un gran hueco más amplio que la media donde además de poder dejar varios smartphone, cartera y llaves sin quedarnos cortos de espacio, encontramos doble conector de 12 voltios, conexiones USB y auxiliar además de en algunos niveles de equipamiento la plataforma de carga inalámbrica.

Sentado tras el volante, el asiento es bastante mullido y en él se prima la comodidad sobre la sujección. Las regulaciones en altura, longitud e inclinación de la banqueta son correctas, así como la profundidad y altura de la columna de la dirección. Todas las regulaciones son manuales.

El puesto de conducción es amplio, con mucho sitio a la altura de los hombros, un reposabrazos central entre los asientos delanteros con guantera y unas proporciones muy decentes que se sienten aún mejores gracias a una considerable altura hasta el techo. Los asientos están colocados bastante bajos y por consiguiente se consigue una buena altura libre con una carrocería que no es especialmente alta, o no lo aparenta desde fuera.

Confortable en marcha y muy, muy silencioso

Hora de ponerse en marcha, primero con una versión que equipaba el cambio automático de doble embrague de siete velocidades y posteriormente con un manual de seis. En ambos casos la suavidad es el gran baluarte del i30. Todo funciona de forma aterciopelada, llegando a ser excesiva en el caso de la dirección.

La marca asegura que el nuevo sistema de dirección asistida eléctricamente es más directa y precisa que en el modelo anterior. Por desgracia eso no quiere decir que transmita más información, todo lo contrario. El mínimo esfuerzo que hay que hacer para girar el volante es inversamente proporcional a la información que recibe el conductor.

De las cuatro motorizaciones con las que el i30 CW cuenta en su llegada al mercado, nos pusimos al volante de dos de ellas: la diésel de 110 CV y la gasolina de 140 CV. Sus rendimientos son correctos, cumplen con su cometido y no son especialmente perezosos. Empujan cuando tienen que empujar y se quedan un poco escasos en recuperaciones, obligándonos a bajar una o dos velocidades (según el motor y la caja de cambios) para hacer adelantamientos.

Las transmisiones pueden ser o bien manuales de seis velocidades o automáticas de doble embrague de siete. Las dos llevan desarrollos largos, pero especialmente en la manual se nota que han buscado unas buenas cifras de consumo, penalizando las prestaciones. La cara positiva se materializa en funcionamiento agradables y que realzan la impresión de confortabilidad del coche.

Después de haber probado las versiones CRDI 1.6 diésel de 110 CV y TGDI 1.4 de 140 CV la conclusión principal que se puede extraer del Hyundai i30 CW es la de ser un coche cómodo, agradable de conducir y, sobre todo, muy silencioso. El aislamiento acústico es uno de los puntos más destacables de un coche en el que todo gira en torno a un clima agradable para los ocupantes. Sólo cuando los motores se revolucionan bastante empiezan a notarse en el habitáculo.

Es un coche que pisa bien, las suspensiones mantienen esta misma línea de confort. Como no hay cambios en la puesta a punto con respecto al i30 convencional, la amortiguación debe hacer un trabajo extra con el peso superior del conjunto (a partir de 1.245 kg), cabeceando un poco más en las curvas y sacando a relucir que no es un coche para darse alegrías en curva y sí para ser un perfecto aliado en cuanto a practicidad.

Los consumos homologados nos quieren conquistar con unos optimistas 3,7 litros a los 100 km para el diésel CRDI de 110 CV y un máximo de 5,5 litros para el gasolina TGDI de 140 CV. La realidad es que en un recorrido con algo de ciudad, autovía y tráfico lento en algunos puntos se nos quedaron unos consumos de 5 litros para el primero y 6,4 para el segundo, según el ordenador de abordo.

Como en la mayoría de rancheras, la capacidad de para ir cargados hasta arriba es fantástica comparándola directamente contra los modelos de los que parten. En el caso del i30 CW tenemos mucho espacio (de 602 a 1.650 litros) al abrir el portón, bien distribuido sobre un falso fondo plano enrasado con el plano de carga que podemos aprovechar para meter cosas. Una bandeja extensible, argollas para sujetar los bultos, raíles y una ventaja en el reposabrazos para meter objetos alargados.

No entendemos muy bien por qué el mercado español ha dado históricamente la espalda a este tipo de carrocerías, pero en Hyundai pretenden que el i30 CW sea una opción interesante que le pueda robar clientes al segmento de los SUV medios/pequeños y también al de los monovolúmenes compactos.

A medio plazo Hyundai también se ha marcado unos objetivos bastante ambiciosos. De una parte quieren ser en 2020 la marca asiática con mayor peso en Europa y por otro lado pretenden llegar a 1 millón de unidades vendidas desde 2007. Para ambos objetivos el i30 y concretamente el i30 CW son coches con los que Hyundai pretende ayudarse con una previsión de ventas estimada del 20% de la cuota del i30 (el anterior modelo, menos agraciado, sólo llegaba al 10%). Por eso se han apretado el cinturón y la diferencia de precio a igualdad de motorización y equipamiento sólo supone un extra de** 690 euros** entre el compacto y el CW.

Precios Hyundai i30 CW

Siendo el último en llegar se sitúa como una oferta interesante, puesto que a sus precios de tarifa hay que descontar las promociones que dejan su punto de partida en 15.965 euros, siendo el más barato entre rivales como el Peugeot 308 SW (16.650 euros), el Renault Mégane Sport Tourer (17.334 euros), KIA cee'd SW (17.394 euros) o el SEAT León ST (18.790 euros).