BMW X5 xDrive40e, probamos el SUV que te salva de las restricciones de tráfico por alta contaminación
Hoy en día los SUV son inexplicablemente los reyes de las ciudades. Su popularización en el territorio urbano lo hemos aceptado como la llegada de una especie animal a un territorio nuevo, como una invasión que ha desplazado a los compactos y utilitarios fuera de su hábitat natural.
El fenómeno SUV, unido a que cada vez la sociedad y las normativas medioambientales obligan a la aparición de modelos híbridos, híbridos enchufables e incluso eléctricos, ha dado lugar a un coche como el que hoy probamos, el BMW X5 xDrive40e, el primer SUV híbrido enchufable de la marca alemana. Un coche que, salvo que cuentes con puntos de carga diarios y tengas pies de funambulista, tiene sentido porque se beneficia de una serie de ventajas frente a sus hermanos de combustión. Por ejemplo está exento de las restricciones al tráfico por alta contaminación. Lo hemos conducido una semana, hemos intentado cargarlo en sitios públicos y así nos ha ido.
Un poco de teoría
El X5 xDrive40e cuenta con un motor de gasolina de cuatro cilindros y tecnología TwinPower Turbo capaz de desarrollar 245 CV y 350 Nm, el cual se combina además con un motor eléctrico integrado en la caja de cambios Steptronic de ocho marchas. Este motor eléctrico desarrolla 113 CV a 3.170 RPM y un par máximo de 250 Nm instantáneo, desde 0 RPM.
Así pues hablamos de un conjunto de 313 CV de potencia y 450 Nm de par, el cual acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanza una velocidad punta de 210 km/h limitada electrónicamente. No suena mal, y la clave está en que debajo del maletero se esconde una batería de alto voltaje de ión-litio, con 96 células y capacidad de 9,0 kWh. El tiempo necesario para cargar por completo la batería es de 4 horas y 10 minutos en un enchufe doméstico, mientras que si recurrimos a un Wallbox de 16 A lo podremos tener cargado en 2 horas y 35 minutos.
Esta batería, que resta 150 litros de capacidad al maletero (dispone de 500 l frente a los 650 l del resto de X5 y no puede llevar las dos plazas adicionales de otras versiones), permite hacer hasta 31 kilómetros en modo puramente eléctrico, con una velocidad máxima de 120 km/h. Es por eso que en la aleta delantera izquierda se esconde una tapa con la toma de carga eléctrica. La autonomía máxima combinando ambos motores es de 830 km.
¿Para qué se usan principalmente los SUV?
"Para viajar de forma cómoda y amplia en familia", te dirán la mayoría de compradores de este tipo de coches como el X5, un gigante que mide 4,88 metros de largo y pesa en esta versión 2,3 toneladas. Esos clientes de SUV tal vez no se hayan parado a analizar que esos viajes en familia, se producen como mucho dos veces al mes (escapadas o viajes de fin de semana) en la mayoría de las familias españolas, y que el resto de los días ese SUV de grandes dimensiones hace las veces de "utilitario" con el que se moverse por la ciudad.
Las ventajas de un SUV frente a una berlina son mínimas. Más allá de la posición de conducción elevada, en algunos casos la mayor capacidad de carga y la amplitud interior, no se me muchas más. Bueno sí, teóricamente hay que añadir la polivalencia de los SUV frente a las berlinas, pero me gustaría tener el dato de cuántas veces al año de media los SUV salen fuera del asfalto más allá de los aparcamientos de tierra de algunas playas españolas. Creo que sería un porcentaje irrisorio.
Teniendo todo esto en cuenta, este BMW X5 xDrive40e puede ser el coche perfecto para muchos usuarios de SUV´s que, les guste más o menos, utilizan sus enormes vehículos para lo mismo que podrían usar un eléctrico urbano como el BMW i3: moverse en los trayectos diarios entre casa y el trabajo, ir a dejar y recoger a los niños al colegio y hacer la compra en grandes superficies. Desplazamientos urbanos puros y duros.
Un SUV como este con hasta 31 km de autonomía eléctrica puede ser perfecto para ellos. Poca gente, por mucho que viva en una gran ciudad, hace más de 31 km al día. Yo mismo, que vivo en el centro de Madrid y tengo la oficina en las afueras, hago solo 30 km díarios. Así pues, si tuviese a mano un enchufe en el que cargar las baterías de este coche en casa o en el trabajo, el ahorro podría ser más que interesante.
Un tacto de conducción envidiable gracias al motor eléctrico
Recojo el X5 xDrive40e con la batería completamente cargada y el depósito de combustible a rebosar de gasolina de 95 octanos. La autonomía que marca el ordenador de abordo es de 820 km. Salgo hacia el centro de la ciudad y lo primero que percibo, es que este X5 tiene un tacto completamente distinto al de otras versiones que he probado anteriormente.
Se percibe más ágil y rápido que, por ejemplo, un 40d de idéntica potencia (313 CV). Chequeando las cifras de aceleración de ambos modelos me di cuenta de que realmente el diésel hace 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, por los 6,8 del híbrido que tengo entre manos. Más que las cifras puras, la clave está en el par instantáneo que aporta el motor eléctrico, disponible desde el primer milímetro de acelerador.
Ese par ayuda a que el tacto del coche sea el mismo que sientes cuando estás al volante de un coche puramente eléctrico, y mientras no te pases con el pedal del acelerador, conseguirás moverte únicamente en modo eléctrico disfrutando de una suavidad y una ausencia de ruido de rodadura que no tienes en ningún otro modelo de su gama.
¡Estás conduciendo una mole de casi cinco metros de largo, 2,3 toneladas de peso a un ritmo muy ágil y lo estás haciendo utilizando solo el motor eléctrico! Esto es el futuro. O el presente. Pero la alegría dura poco ya que a nada que pises con más ímpetu del necesario el pedal del acelerador, el motor de cuatro cilindros TwinPower Turbo de 245 CV cobrará vida para que las prestaciones sean acordes con lo que estás demandando al vehículo.
La parte positiva es que el funcionamiento de este motor también es muy suave, con un ruido poco perceptible desde el interior y una coordinación con el motor eléctrico realmente buena que hace que a veces tengas que ver el reloj de las revoluciones para saber si está en marcha el motor de gasolina o únicamente estás moviéndote con el eléctrico. Es sin duda el X5 más suave de todos. Y eso es algo muy positivo.
Tres modos de gestión de carga bien diferenciados
Evidentemente, con solo 31 kilómetros de autonomía máxima en modo eléctrico, la gestión de la carga es fundamental. En condiciones normales, lo más recomendable es utilizarlo en modo Auto eDrive, en el cual él mismo se encarga de decidir y gestionar qué fuente de energía debe usarse dependiendo de las exigencias que le estemos marcando al coche.
No es lo mismo circular con las luces encendidas, el aire acondicionado puesto, la calefacción de los asientos activada y las ventanillas abiertas, que hacerlo con la climatización completamente apagada, todas las ventanas cerradas y el modo Eco Pro para ayudar a minimizar los consumos.
El sistema electrónico se encarga de decidir si basta con el motor de gasolina ayudado por el eléctrico para moverse, o si en cambio con el eléctrico es suficiente para avanzar al ritmo que marcamos con el pie derecho. Además es importante destacar que en todo momento, incluso cuando parece que la carga de la batería es nula, el motor de gasolina recibe apoyo por el eléctrico, especialmente al arrancar y también en determinadas circunstancias cuando el coche ya está en movimiento, algo que se percibe desde el puesto de conducción.
Cuando los niveles de carga de la batería son muy bajos, podemos activar el SAVE Battery, un modo que premia la recuperación de energía para aumentar nuevamente el nivel de carga gracias al uso del motor de gasolina. Frente a otros sistemas similares que hemos probado en modelos como el Porsche Panamera E-Hybrid, el X5 40e solo permite cargar hasta un 50% de batería con el uso del motor térmico, algo lógico si tenemos en cuenta que es la opción menos eficiente de todas.
Este modo es muy práctico para cuando, por ejemplo en la autovía de entrada a la ciudad, lo activamos media hora antes de llegar al casco urbano. Así nos aseguraremos un nivel de carga suficiente para movernos por la ciudad haciendo uso únicamente del motor eléctrico, o en su defecto, contando con la carga suficiente para poder salir en los semáforos con la seguridad que te da el par instantáneo del motor eléctrico.
Por último, el modo MAX eDrive premia el uso del motor eléctrico frente al de gasolina, con una velocidad máxima de 120 km/h y 31 km de automonía máxima. Este modo es muy interesante para esos conductores que cuentan con un enchufe donde cargar el vehículo en casa y/o en el trabajo.
Porque con este modo, podrás desplazarte haciendo uso únicamente del motor eléctrico siempre y cuando seas capaz de calmar tus ansias y conseguir modular el acelerador para que no exigirle demasiado al conjunto. Podrás ir de casa al trabajo, del trabajo al colegio de los niños o del colegio al supermercado sin consumir ni una sola gota de gasolina, y eso evidentemente tiene muchas ventajas, no solo a nivel económico para nuestros bolsillos, sino también para el medio ambiente y en general para la sociedad en la que vivimos.
Unas infraestructuras todavía muy deficientes
Pero como toda historia de amor, llega la parte negativa. Me tocó probar el BMW X5 xDrive40e durante las primeras semanas de restricciones de tráfico a comienzos de diciembre en el centro de Madrid, las cuales afectaban a las inmediaciones de las calles Gran Vía y Atocha, lo cual me hizo pensar mucho sobre las medidas que están tomando los diferentes ayuntamientos para limitar el uso del coche particular y, en teoría, tratar de reducir los niveles de contaminación en las grandes urbes.
El problema principal lo encontramos en que las infraestructuras todavía no están preparadas para la llegada de los coches eléctricos o híbridos enchufables. Si un cliente decide comprar un híbrido enchufable como este frente a un 40d (diésel) que cuesta lo mismo, se encontrará con el inconveniente de que no puede maximizar la eficiencia de uso de su vehículo porque todavía son muy pocos los puntos de recarga habilitados en las ciudades y aparcamientos habituales.
He ido con el BMW X5 xDrive40e a centros comerciales, al cine, lo he aparcado en un aparcamiento del Ayuntamiento de Madrid la lado de la Puerta del Sol y he buscado en todos ellos puntos de recarga para coches eléctricos, y apenas he encontrado alguno. En mi oficina, situada en un complejo empresarial donde trabajan más de 2.500 personas que cuenta con aparcamiento subterráneo propio, pregunté si tenían punto de recaga de coches eléctricos y me miraron como si fuese un bicho raro.
Así pues, si piensas en un X5 xDrive 40e, deberás asegurarte que al menos en tu vivienda habitual cuentas con un punto de carga. En el navegador siempre podrás buscar los puntos de recarga más cercanos en cada momento (hay una app específica para ello), pero por desgracia todavía son muchos menos de los que harían falta para animar a los conductores a optar por modelos enchufables frente a otras alternativas.
Está muy bien que los fabricantes se esfuercen por desarrollar coches como este que podrían suponer una clara alternativa a las versiones con motores de combustión tradicionales, pero todos esos esfuerzos servirán de poco si desde las administraciones públicas no se ponen en marcha las medidas necesarias para premiar y facilitar su uso frente a otras formas de transporte.
Mientras eso no ocurra, te encontrarás como yo durante muchos días de la prueba, con un coche que podría estar circulando sin consumir nada de combustible ni emitir ni una sola partícula perjudicial a la atmósfera, pero en cambio lo haces con un coche que si bien mantiene la mínima asistencia eléctrica a la hora de arrancar o a la hora de mantener la velocidad "a vela", está marcando unos consumos de 10,6 l/100 km.
La otra cara de la moneda: unas ventajas muy a tener en cuenta
Evidentemente el motor de gasolina de 245 CV y 350 Nm no está concebido para encargarse él solo del movimiento del coche, de ahí que para moverte con ritmos dignos tengas que exigirle más que si contase con el apoyo de los eléctricos. En ese modo, los consumos suben y deja de tener sentido frente a las alternativas diésel más eficientes.
Todo ello se ve compensado con una serie de ventajas que tienen este tipo de vehículos frente a los tradicionales. Por ejemplo te beneficiarás de la bonificación del 50% para vehículos híbridos en zonas SER.
También tendrás la bonificación medioambiental sobre el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), no te aplicarán las restricciones de velocidad a 70 km/h en la M-30 pero sí las restricciones de aparcamiento en los cada vez más habituales episodios de limitación del tráfico por alta contaminación. Teniendo en cuenta todos estos beneficios, tal vez el X5 xDrive40e tenga cada vez más sentido frente a sus hermanos de combustión tradicional. Puede ser tu salvación, pero todavía hay camino por recorrer para optimizar su uso.
BMW X5: nuestra puntuación
.7
A favor
- Tacto en eléctrico
- Suavidad del conjunto
- Asistencia eléctrica sin carga
En contra
- Menos capacidad de carga
- No compatible con 7 plazas
- Falta de puntos de recarga
BMW ha demostrado que ya está lista para ofrecer un SUV híbrido enchufable de tamaño grande capaz de comportarse de forma más que correcta. Este X5 es el más suave de todos y al mismo tiempo es uno de los más interesantes por la forma en que se mueve gracias al motor de gasolina y a la asistencia del sistema eléctrico. Tiene la misma potencia que el X5 xDrive40d (313 CV) y cuesta exactamente lo mismo.
Pero este coche solo será una opción lógica para aquellos clientes que tengan posibilidad de cargarlo en sus domicilios o en sus lugares de trabajo, ya que solo usando esos puntos de recarga sacaremos el máximo partido al sistema híbrido. De ahí que hablemos de un coche para urbanitas con enchufe y pies de funambulista, por aquello de ser capaces de modular el uso del acelerador como exige un híbrido enchufable de este tamaño. Ahora, si quieren que los híbridos enchufables y eléctricos se popularicen, quienes tienen tareas pendientes (y urgentes) son las administraciones. La pelota está en su tejado.
Ficha técnica
Versión probada | xDrive40e | |||
Cilindrada | 1.997 cm³ | Tipo de tracción | xDrive a las cuatro ruedas | |
Bloque motor | 4 cilindros en línea + eléctrico | Combustible | Gasolina + electricidad | |
Potencia (CV @ rpm) | 245 (gasolina) + 113 (eléctrico) | Capacidad del depósito | 85 litros | |
Par motor (Nm @ rpm) | 250 Nm desde 0 RPM y 350 Nm desde 1.250 RPM | Consumo urbano | ND l/100 km | |
Masa en vacío | 2.305 kg | Consumo extraurbano | ND l/100 km | |
Velocidad máxima | 210 km/h | Consumo combinado | 3,4 l/100 km l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 6,8 segundos | Capacidad maletero | 500 litros | |
Transmisión | Steptronic de 8 marchas | Precio | 74.250 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
Fotografía | Héctor Ares