Esta es la última entrega del #BeetleTour, aún quedan más de 400 kilómetros de aventura. En el retrovisor quedó la provincia de Badajoz y llegué a Cáceres, siguiendo la Ruta de la Plata (A-66/N-630). Es el término municipal más extenso del país, 1.750,33 km² de nada...
Aparqué en la Avenida de España y me dirigí a pie a la ciudad vieja, que merece la pena verla con más tiempo del que empleé yo. Tras dos horas y media conduciendo no venía mal un descanso, además, tenía un hambre que me caía ya. Le puse solución al cabo de unos minutos.
Afortunadamente era domingo y no había que pagar ORA, ya deben quedar muy pocas ciudades españolas que se hayan librado de la plaga de los malditos parquímetros. En esta zona no tengo contactos automovilísticos, así que os propongo algo diferente, hacer turismo de interior.
De visita por Cáceres
Si hay algo que adoro de España es su riqueza, en todos los sentidos menos el económico. Pocas ciudades en Europa tienen un conjunto arquitectónico antiguo tan completo como Cáceres, con permiso de Praga (Rep. Checa) y Tallín (Estonia). Hablamos de una ciudad nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Mi contacto directo con la ciudad antigua empieza en la Plaza Mayor, donde vemos la Torre de Bujaco, la Ermita de la Paz y el Arco de la Estrella. Me entero que hay un mercado medieval cerca y no tenía ninguna prisa, así que me aventuré a través del Arco de la Estrella en sus calles.
La lista de todo lo que hay que ver por aquí es muy extensa como para plasmarla aquí, pero puedo citar la Catedral de Santa María, la Torre Carvajal o el Palacio de las Veletas. Este último alberga el Museo de Cáceres y tiene un impresionante aljibe árabe en sus entrañas, donde se almacenaba el agua de la lluvia.
A los que les guste la arquitectura tienen mucho que ver, solo torres defensivas tienen unas cuantas. Por lo visto, Isabel la Católica mandó desmochar todas menos la de las Cigüeñas, por haber apoyado a su hermanastra Juana la Beltraneja. Cosas de la Edad Media...
Además, conservan la zona judía, zona árabe y hasta un trozo de muralla de los romanos. A fin de cuentas, Cáceres estaba en el centro de la provincia imperial de Lusitania. El mercado medieval estaba muy desperdigado, había prácticamente de todo. Si llego a ir con más hambre, me fundo todo el dinero que llevaba encima.
Sé que lo mío no es ser guía turístico... Ya había caído la noche y me quedaba un paseo hasta Plasencia, donde pasaría la noche. Hacía frío. Me apunto lo de volver por ahí con más tiempo y me subo en el Beetle. Sigo de nuevo la Ruta de la Plata, quedan 80 kilómetros por autovía.
Escala placentina
Pasaban las nueve de la noche y yo estaba reventado, hora de cenar e irse a dormir para ver la ciudad al día siguiente en condiciones. El lema de la ciudad es _Ut placeat Deo et hominibus_, que quiere decir para que agrade a Dios y a los hombres. Tenía ganas de ver a qué se refería.
Heme aquí con el Beetle, en la Avenida de Salamanca, donde hay un acueducto antiguo, es del Siglo XVI, pues reemplazó a otro del Siglo XII. Se conservan 55 arcos del mismo. La ciudad está atravesada por el río Jerte, al que más tarde acabaría siguiendo. Busqué sitio para aparcar y me metí en el casco antiguo a pie.
Hay muchos edificios de uso religioso, sin ir más lejos tienen dos catedrales, la primera es del S.XIII-XIV y la segunda se dejó de construir en 1760. Uno de los edificios que más me gustó fue el Parador, que antes era el Convento de los Dominicos. Cuando esté forrado dormiré ahí, algún día...
De los edificios que vi y me llamaron la atención destaco también la casa del Deán, la casa palacio del Doctor Trujillo, el Campus de Plasencia, la casa consistorial (al loro al campanario, hay un tío colgando todo el año, el Abuelo Mayorga), el edificio de la UNED...
La muralla de Plasencia tiene contados accesos al casco antiguo, solo siete. Servidor le echó un par de ovoides y se coló por una puerta con el coche para sacar alguna instantánea con sabor medieval. Espero que no me llegue ninguna multa a casa por esto.
A la hora de salir de la ciudad, me topé con una calle cortada detrás de la otra, sintiéndome atrapado. Tuve que atravesar la zona chunga de la ciudad hasta acabar dando con la salida. Mi objetivo era la famosa N-110, una vieja conocida que pasa por Ávila, mi siguiente escala del viaje.
Plasencia-Ávila por ruta secundaria
Había oído hablar del Valle del Jerte y ese día por fin pude conocerlo. Se puede ir a Ávila todo el rato por autovía pero dando más vuelta y por una ruta más aburrida. La N-110 discurre paralela al río Jerte hasta el acceso por la Sierra de Gredos. No tenía prisa alguna.
Entre 80 y 100 km/h prentendía hacer un consumo más moderado que por autopista, además del ahorro en distancia. El paisaje es realmente bonito, además, pasada la hora de comer, la luz natural era especialmente favorable. Otro sitio que tendré que visitar, aunque cuando haga menos frío.
Tuve que hacer algunos adelantamientos, pan comido para el 2.0 TDI de 140 caballos y el cambio DSG, como ya dije antes, este _petrolero_ tiene buena salida. Uno se puede olvidar, salvo por el sonido, de estar conduciendo un Diesel. Pasado el municipio de Tornavacas, ¡se avecinan curvas divertidas!
Justo antes de la frontera entre Extremadura y Castilla y León se encuentra un interesante puerto, con varias horquillas lentas. Bueno, ya que había ahorrado gasóleo circulando tranquilito no pasaba nada si le daba un poco de zapatilla para quitarle carbonilla a la válvula EGR. Lo puse en modo "Sport" (S) y a disfrutar. Aguanta de todo el muy...
Pasaron varios kilómetros hasta atravesar otra población, El Barco de Ávila, y el río Tormes. Vi las primeras nieves del año, y el sol empezó a abandonarme. El termómetro marcaba muy poco en el exterior. Ya estaba en Gredos, lugar del que había oído hablar miles de veces desde que era un crío. ¡Mil veces mejor que una aburrida autopista!
La carretera ya no tenía apenas curvas, era una sucesión de pueblos o entrada a pueblos. Uno de ellos, Mesegar de Corneja, lo visité hace unos años, fue una sorpresa toparme con él. Cerca de Ávila iba con menos de 5 l/100 km de media, y ante la imposibilidad de adelantar aun camión, lo fui siguiendo varios kilómetros.
Llegada a Ávila
Hice un alto en el camino para visitar a unos familiares, que también estaban en mi camino, y estuve descansando un poco. He visitado Ávila muchas veces de pequeño, siempre me fascinó su muralla, una de las mejores conservadas del mundo. Desde Plasencia, media de 68 km/h, consumo 4,8 l/100 km.
Hay mucho que ver aquí, y como suele ocurrir en ciudades viejas, el coche mejor dejarlo fuera del recinto amurallado. Es asequible la visita a pie, pero hay que dedicarle su tiempo, y mejor si hay encima unos euros para darse un homenaje en un mesón de la ciudad.
Como ciudad vieja es un poco grande, el recinto amurallado es mayor de lo que se cree si nunca se ha estado. Tras hacer un par de fotitos conmemorativas al Beetle, que si no las hago es para darme un golpe de remo, me fui a dormir a casa de una prima. Allí me esperaba una buena cena y una cama.
De Ávila a Madrid, vía Segovia
Al día siguiente, ya pasada la tarde, la penúltima etapa. Se puede ir a Madrid por una autopista de peaje, por la N-110 o por la tercera opción, la AV-500/SG-500, que llega hasta San Rafael. Es la opción más peligrosa de todas, pero la menos transitada, la más corta, y con más cambios de rasante que una montaña rusa.
Lo más aconsejable es no pasar de 90 km/h, en algún cambio de rasante he "volado" (despegue de cuatro ruedas) de lo bruscos que son. Es para ir con calma, a bajas revoluciones y disfrutando del paisaje. Afortunadamente ya lo he visto de día, porque de noche, incluso con xenón, no se ve gran cosa.
En 46 kilómetros solo se atraviesa Bernuy-Salinero y El Espinar. Antes de subir el Puerto de Guadarrama (N-VI) pasé a saludar a otro de mis primos. No subí el puerto rápido por las bajas temperaturas y porque ya estaba en reserva. Van 1.933 kilómetros.
Última etapa, a ver cuán poco puede gastar
Después de echar más gasóleo en la probablemente gasolinera más barata de la Sierra, donde un día me saludó Biballo, me fui a casa a dormir. Era la última noche que dormía el Beetle conmigo, ya tenía que devolverlo. Casi una semana fuera de casa, como viaje ya estaba bien.
Ya solo me quedaba hacer la prueba de miniconsumo, buscar el mínimo de este coche. Sin exceder los límites legales, por mezcla de secundaria y autovía, tardé hasta el concesionario Volkswagen de Coslada 57 minutos, solo 7 más de lo que marcan los mapas. Media de 3,6 l/100 km. Es un consumo bajo, pero los he tenido mejores en esa ruta.
Quería haberos sacado una foto de los 2.000,7 kilómetros en el marcador, pero pasados los 1.999,9 se puso a cero y me pillé un buen cabreo. No me habría salido mejor adrede, no di rodeos para añadir kilómetros, fueron 2.000 kilómetros y 700 metros, error de medición aparte. A continuación, los datos totales, el consumo es estabilísimo.
Etapa | Distancia parcial | Consumo (ord.) | Consumo (estimado) | Velocidad media |
Madrid-Granada-Málaga | 700 km (+2,3) | 5,8 l/100 km | 6,1 l/100 km | 84 km/h |
Málaga-Sevilla-Cáceres | 851 km | 5,7 l/100 km | 6,1 l/100 km | 68 km/h |
Cáceres-Plasencia-Ávila-Guadarrama | 362 km (+16) | 5,2 l/100 km | 6 l/100 km | 61 km/h |
Guadarrama-Madrid | 63,5 km (+5,9) | 3,6 l/100 km | Sin datos | 63 km/h |
Y colorín colorado (como el color del Beetle), esta prueba se ha terminado. Espero que os haya gustado.
Dedicado a todos aquellos que me ayudaron e hicieron posible este reportaje.
El coche para esta prueba ha sido prestado por Volkswagen. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | BeetleTour: 2.000 km con el Volkswagen Beetle 2.0 TDI DSG ("parte 1":https://www.motorpasion.com/pruebas-de-coches/beetletour-2-000-km-con-el-volkswagen-beetle-2-0-tdi-dsg-parte-1, "parte 2":https://www.motorpasion.com/pruebas-de-coches/beetletour-2-000-km-con-el-volkswagen-beetle-2-0-tdi-dsg-parte-2)