Si Javier Costas hablaba el otro día del Kia Track’ster como “un modelo para gente que rechaza lo convencional y se atreve con cosas nuevas”, ya tenemos algunos elementos más para juzgar. Presentado en el Salón de Chicago, el Kia Track’ster tiene su historia, y no pinta mal.
A primera vista, el Track’ster es un vehículo con un aire mucho más agresivo que el Kia Soul, del que deriva sin recordarlo demasiado. Lo gana en dimensiones, más generosas en longitud y anchura, gana fuerza al perder puertas por el camino y se impone a su hermano por goleada con detalles como los faros o sus llantas de 19 pulgadas, que le dan un brillante aspecto al conjunto final.
Por dentro, un motor gasolina 2.0 de 250 CV confirma las sospechas: este no es el Kia Soul. Y al darnos cuenta de que no hay asientos traseros sino unos compartimentos para alojar herramientas y equipación, y al observar que contamos con una rueda de repuesto allí mismo, nos volvemos hacia el volante y de pronto echamos en falta un casco antes de lanzarnos con el Track’ster a pulir asfalto.
En suma, el Kia Track’ster es como el deportivo que quiso ser el Kia Soul alguna vez en la vida, sólo que únicamente se lo permiten en sueños. Y es que, aunque Kia fue la marca que más modelos lanzó en Estados Unidos de 2009 a 2010, del Track’ster, de momento, no hay planes de producción a la vista.
Eso sí, las fotos valen la pena.
En Motorpasión | Kia Track’ster, novedad para el Salón de Chicago