Según cuenta el comparador de seguros Acierto.com, suscribir una póliza de seguro a todo riesgo sin franquicia supone poco menos que tirar el dinero a la basura, a no ser que uno sea un conductor de hábitos distraidos. Dicen que es necesario dar 2,7 partes al año para rentabilizar un todo riesgo sin franquicia frente a uno con franquicia, siendo la diferencia media entre ambos seguros de 454 euros.
La media de las pólizas de todo riesgo sin franquicia es de 1.037 euros anuales, mientras que para los todo riesgo con franquicia la prima disminuye hasta los 583 euros de promedio. La franquicia media es de 186 euros, lo que nos lleva a que para amortizar un todo riesgo sin franquicia sea preciso ir dando casi un parte por cada cuatrimestre. Y por lo que se ve, el 67 % de los usuarios de pólizas todo riesgo sin franquicia declara no haber dado ningún parte en los últimos 5 años.
Conclusión: estas personas se podrían haber ahorrado 2.270 euros de promedio en esos 5 años si hubieran contratado un todo riesgo con franquicia, esto es, el seguro que cubre los daños propios pero exige del asegurado el pago de una cantidad fija pactada de antemano. Y se podrían haber ahorrado esos 2.270 euros de diferencia (454 euros anuales) porque, total, para no dar ni un parte...
En ciertas aseguradoras, la diferencia entre una y otra modalidades de seguro a todo riesgo puede llegar a suponer hasta 4,8 veces el importe de la franquicia, y la diferencia mínima no baja en ninguna aseguradora de 1,2 veces la cifra de la franquicia promedio. Es decir, que en el 100% de las aseguradoras analizadas, incluso dando cada año un parte con culpa, sale más a cuenta el todo riesgo con franquicia que el todo riesgo sin franquicia.
Con todo, se da la circunstancia de que un 29 % de las personas que buscan un seguro para el coche lo hacen centrándose en los todo riesgo; y, de estos, un 40 % prioriza las pólizas sin franquicia, por un 60 % que se van directos a los todo riesgo con franquicia. Todo según datos del comparador. Por su parte, las aseguradoras buscan promover los todo riesgo con franquicia ya que quienes suscriben este tipo de seguro tienden a dar menos partes al año, aparte de que asumen una parte del coste de la reparación, claro.
Pero ojo, porque esto tiene una segunda lectura, y es que dar menos partes no significa de forma automática tener una siniestralidad menor. Simplemente quiere decir informar menos veces a la aseguradora de que ha habido un siniestro. Dependiendo de la franquicia, la broma le puede salir al interesado por una cuantía que va de los 90 hasta nada menos que 2.000 euros, y aunque esta última corresponde a eso que tantas veces se denomina "coche de alta gama", lo cierto es que ahorrar unos euros bien puede motivar a ciertos conductores a no declarar todos sus siniestros.
Lo dicho: una peligrosa arma de doble filo.