Superleague Formula: La Superliga de fútbol con coches de Fórmula 1 que sí llegó a arrancar pero fracasó
La primera década del siglo XXI fueron años locos para el mundo del automovilismo. Todo el mundo con una idea más o menos innovadora se lanzó a la aventura, y no fueron pocos los que tuvieron éxito hasta que la crisis económica les golpeó. Fue el caso de la Superleague Formula, un mundial de Fórmula 1 con equipos de fútbol.
Tras una semana en la que la famosa Superliga impulsada por doce clubes europeos ha copado todas las portadas, vamos a recordar esta otra Superliga, la Superleague Formula, que sí llegó a salir adelante, estuvo en marcha durante cuatro años y deparó algunos momentos interesantes, pero terminó ahogada.
Atlético de Madrid y Sevilla se involucraron desde el principio; Barça y Madrid, no
Aunque el proyecto de una competición de coches con clubes de fútbol llevaba tiempo en las mentes de Robbin Webb y Alex Andreu, los empresarios que terminaron poniéndola en marcha, el segundo de ellos español, no fue hasta 2008 cuando se atrevieron a dar el paso adelante. Arrancaba la Superleague Formula.
La A1GP, una categoría de características similares pero con naciones en lugar de clubes de fútbol se estaba yendo al traste, y quedaba un hueco libre en el espectro que la Superleague Formula podía aprovechar. Un 31 de agosto de 2008, con la crisis económica ya muy presente, comenzó la Fórmula 1 del fútbol en el circuito de Donington Park.
Con el lema "Fútbol a 300 km/h", el proyecto de la Superleague Formula era muy ambicioso y no les faltaron apoyos. Desde el principio hubo una gran nómina de clubes dispuestos a lucir su escudo y sus colores por todos los rincones del mundo. Cuatro de los impulsores de esta Superliga fallida de 2021 también fueron clubes fundadores de la Superleague Formula.
Se trató del Atlético de Madrid, el Milán, el Tottenham y el Liverpool, pero ni mucho menos eran los únicos. Hasta 18 equipos de fútbol estuvieron involucrados en esa primera aventura de la Superleague Formula. Además del Atleti, el otro representante español fue el Sevilla. Ni Barça ni Real Madrid dieron el paso, aunque los catalanes estuvieron realmente cerca.
Galatasaray, PSV Eindhoven, Al Ain, Flamengo, Anderlecht, Olympiakos, Basilea, Borussia Dortmund, Beijing Guoan, Corinthians, Oporto, Rangers y Roma completaron la nómina de participantes en 2008. Lógicamente, los equipos de fútbol no tenían en plantilla demasiado personal que supiese gestionar un monoplaza de carreras, así que contrataron a estructuras clásicas del automovilismo.
El formato fue cambiando con el paso de los años, pero comenzó con una sesión de clasificación que emulaba a un torneo de fútbol. Había su fase de grupos, sus cuartos de final, sus semifinales y su final. Todo esto simplemente para decidir quien salía desde la pole position en la primera tanda del fin de semana, porque en la segunda había parrilla invertida.
Como no podía ser de otra forma, las carreras duraban 45 minutos. O, mejor dicho, 44 minutos más una vuelta, para así emular el tiempo habitual de una parte de un partido de fútbol. La segunda manga, que era la segunda parte, completaba los 90 minutos definitivos. Pero no fue el formato definitivo.
En 2009 se implantó una tercera carrera conocida como Super Final, en la cual se enfrentaban los seis mejores de la combinada de ambas mangas en una carrera corta. Además, el sistema de puntos era bastante parecido al de la IndyCar, por el cual nadie se quedaba sin puntuar aunque acabase último.
Los Superleague Formula eran bestias V12 con 750 CV inspirados en la Champ Car
Pero el corazón de esta categoría eran los coches. En una época en la que la Fórmula 1 ya se había lanzado a los V8, la Superleague Formula puso en pista unas bestias con propulsor V12 de 4,2 litros que generaban 750 CV de potencia. El coche pesaba 750 kilos, así que es fácil calcular la proporción. Los neumáticos los aportaba Michelin.
En el caso del chasis el coche de la Superleague Formula estaba inspirado en la antigua Champ Car, categoría precursora de la actual IndyCar. El monoplaza lo desarrollaba Menard, y era el Panoz DP09, el coche creado por Panoz y Elan Motorsports sobre la base del Panoz DP01 que corrió en la Champ Car.
Solo hubo un circuito en el que la Superleague Formula coincidió en el mismo año con la Fórmula 1. Fue en Monza en 2009, y pese al poderoso motor de la competición de fútbol, además de que la Fórmula 1 acababa de cambiar su reglamento técnico, la diferencia fue abismal en favor de la categoría reina del automovilismo.
La vuelta más rápida dada ese fin de semana en Monza durante la Superleague Formula fue de 1:36.444, lograda por Max Wissel a los mandos del coches del Basilea durante la qualy. La pole position en la clasificación de la Fórmula 1 la hizo Lewis Hamilton con su McLaren Mercedes en un tiempo de 1:24.066. Doce segundos y medio de diferencia.
No hay más trazados para hacer comparaciones directas en los mismos años. La Superleague Formula corrió en Silverstone en 2010, pero lo hizo en la configuración antigua, mientras que la Fórmula 1 estrenó la moderna. Los clubes de fútbol también estuvieron en Magny-Cours en 2009 y 2010, pero la Fórmula 1 dejó de correr en 2008.
En sus cuatro años de historia la Superleague Formula llegó a visitar 17 circuitos diferentes, y tres de ellos fueron españoles. Hubo dos carreras en el Jarama, una en Jerez y otra en el circuito de Navarra. También estuvieron en sitios míticos como Nürburgring, Assen, Zolder o Brands Hatch, además de en circuito excéntricos como el de Ordos en China.
Adrián Vallés ganó el título de 2009 pilotando para el Liverpool
Además, también hubo pilotos de bastante nivel. Ex de la Fórmula 1 como Robert Doornbos, Antônio Pizzonia, Giorgio Pantano, Enrique Bernoldi, Sébastien Bourdais, Narain Karthikeyan o Franck Montagny se embarcaron a la categoría. Desde el principio no hubo demasiadas reticencias entre los pilotos por involucrarse en un proyecto tan rompedor.
Con todos estos mimbres, la Superleague Formula se puso en marcha en 2008 y fue bastante exitosa. En las dos primeras temporadas solo hubo seis citas en cada una, con dos mangas por evento, pero en 2010 el éxito había sido tal que se dobló el número de carreras hasta un total de doce eventos.
Nuevos equipos se incorporaron a la categoría, como fue el caso del Sparta de Praga, el Midtjylland danés, el Girondins de Burdeos, el Sporting de Lisboa o el Lyon. La expectación era máxima después de las dos temporadas iniciales exitosas. Nadie podía sospechar que el fin de la categoría estaba tan cerca.
Alex Andreu, el encargado de gestionar las tres primeras temporadas de la Superleague Formula, dimitió, y dejó su puesto a Alfredo Brisac. El interés en la categoría había bajado repentinamente. Muchos equipos se habían dado de baja, siendo sustituidos por selecciones de fútbol. Una especie de A1GP. En 2011 la organización canceló abruptamente el campeonato tras solo dos carreras.
Se declaró a John Martin, piloto de la selección nacional de Australia, como campeón de esa edición con solo dos eventos y nunca se volvió a saber nada de la Superleague Formula. Un abrupto final que recuerda al que padeció solo unos años antes la A1GP. Proyectos bien intencionados y con aroma a otra época, pero que necesitaban más tiempo del que tenían para ser rentables.
Por cierto, que hubo un campeón español de la Superleague Formula. Adrián Vallés ganó el título de 2009 pilotando el coche del Liverpool, y en total ganó tres carreras en su paso por la categoría. Hubo un segundo español en triunfar en una de estas pruebas: fue Marcos Martínez Ucha pilotando el coche del Sevilla.
Los otros dos títulos de la historia de la Superleague Formula los ganó Davide Rigon, aunque con equipos diferentes: el primero con el Beijin Guoan y el segundo con el Anderlecht. Aunque se da la curiosidad de que el equipo que más puntos sumó en la historia de la Superleague Formula fue el Tottenham, que nunca la ganó pero tuvo dos subcampeonatos.
La nómina de pilotos españoles que participó fue enorme. Además de Vallés y Martínez Ucha, los ganadores de carreras, también estuvieron Borja García, María de Villota, Andy Soucek, Miguel Molina, Máximo Cortés, Celso Míguez y Bruno Méndez. Una extraña unión entre el fútbol y el automovilismo que duró poco, pero dejó la sensación de que pudo tener éxito en las circunstancias adecuadas.
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