A principios de año, el Nissan GT-R dejó de venderse en la casi totalidad de mercados del continente europeo. Después de 13 años en el mercado, el matagigantes se fue porque hace demasiado ruido para las normas europeas y los radares de ruido.
De todos modos, más de 10 años en el mercado para un superdeportivo son demasiados para luchar contra la competencia. Y pronto deberíamos ver su sucesor, posiblemente el último con motor de combustión interna.
Según explican en Best Car, el desarrollo de un nuevo Nissan GT-R, que presumiblemente se llamará R36, está ya en marcha. Y además, todo apunta a que no solamente será el último GT-R con motor de gasolina, sino que será el último coche con motor de combustión que fabricará Nissan. Si ha de ser la traca final, que sea a lo grande. Y nada mejor que un GT-R para lograrlo.
En esas condiciones, Nissan no creará un motor nuevo para el GT-R R36. En principio, utilizará una versión mejorada del actual motor V6 VR38DETT de 3.8 litros y dos turbos, que debería entregar los mismos 600 CV que el actual GT-R NISMO. La idea de Nissan es conservar la base actual del modelo y mejorar todos los aspectos que se puedan actualizar, además de una nueva estética.
No se cambia una receta que gusta
Así, el chasis del R36 sería una evolución del R35, mientras que la suspensión, la transmisión y el diseño exterior serán totalmente nuevos, aseguran desde Japón. En el interior habrá una moderna configuración de infoentretenimiento, junto con un cuadro de instrumentos digital como el utilizado en el nuevo Nissan Z, pero más allá de eso, hay muy poca información clara sobre sus especificaciones.
Que Nissan conserve los elementos que mejor funcionan en el GT-R R35 para el R36 y cambie los que son mejorables no es necesariamente una mala cosa. Conserva el chasis, la plataforma, para un modelo que en principio no tendrá descendencia tiene sentido desde un punto de vista económico.
De todos modos, la plataforma del R35 es buena de por sí. Como lo es su motor V6 VR38. La quejas proceden en todo caso de su caja de cambios, un tanto frágil. Sin duda será uno de los puntos de mejora más esperados en el R36.
Tampoco es la primera vez que Nissan mantiene un mismo motor a lo largo de varias generaciones de GT-R., por lo que no es ninguna sorpresa. Nissan mantuvo el 6 cilindros en línea RB26DETT de 2.6 litros del R32 en el Skyline GT-R durante tres generaciones, desde el R32 de 1989 hasta el R34 de 2002. Y nadie se quejó.
En términos de potencia, el GT-R R36 ya no sería el monstruo que antes fue. Pero la gracia del GT-R nunca fue su desbordante potencia, sino la capacidad de ofrecer prestaciones y un comportamiento dinámico igual o superior que superdeportivos que costaban el doble o el triple que el coupé nipón.
Y en ese aspecto, el Nissan GT-R nunca ha defraudado. Confiemos que siga así y que para ser el último coche con motor de combustión que lanzará Nissan será un final de fiesta a lo bestia.