Habéis escuchado hablar de las Café Racer, ¿cierto? Incluso habréis visto ya alguna que otra preparación para identificar sin problemas el estilo de estas motos. Muchos seguramente os hayáis dejado llevar por la curiosidad para descubrir su historia, sus orígenes y causas. Si no es así siempre estáis a tiempo de dar un paseo por la red pues os aseguro que resulta de lo más interesante adentrarse en ese mundillo. Incluso luego quizás luego no logréis salir. Digo esto porque Triumph ha dado a conocer una edición limitada, limitadísima, de su Street Triple apodada Triumph Ace 675CR.
Un tema que, para ser honesto, es totalmente distinto a otros que hemos estado viendo durante la semana. Valga como ejemplo las buenas noticias que nos llegan por parte de la sección eléctrica del parque de motocicletas del país. Además seguimos con algunas de las novedades que nos encontraremos en 2012 como puede ser la BMW G650 GS Sertao, una apuesta más orientada al enduro que la última versión de la exitosa serie bávara.
Pero volvamos a esa Triumph protagonista de la cabecera de este post. Como decía, la historia del café racer corre por las entrañas de este modelo, empezando por la propia denominación hasta la decoración que la viste. Su nombre, Ace, viene del local del noroeste de Londres – Ace Cafe London – que desde mediados de siglo sirvió como centro de reunión para una generación de jóvenes llevados por el rock, la velocidad y la adrenalina. Es sin duda una parte de la historia no sólo de este movimiento sino del motociclismo en general.
El ajedrezado elegido para el depósito es también un gesto de añoranza de la estética que estuvo presente hasta los años setenta. Los cambios respecto al modelo original pasan por sustituir el característico bi-faro de la Triumph por uno sólo, como bien hubieran hecho los rockers del pasado. La cinta térmica hace aparición en los tres colectores de escape hasta la cola donde la doble salida Arrow cobra protagonismo. Por supuesto, el manillar alto ha desaparecido para dejar paso a unos semis de esos que prometen poner a prueba tus muñecas.
Algo más modificada luce la BMW G650GS Sertao. Como Luis Font apunta, la última de la serie GS parecía ser demasiado asfáltica por lo que esta última modificación pensada para poder disfrutar algo más del off-road no ha sorprendido a muchos. Para hacernos una idea, esta versión es un 60% asfalto y un 40% enduro. Un cambio notable pues en el caso del modelo base la relación sería de un 75/25 aproximadamente. En lo que respecta la parte mecánica parece que no ha habido ningún cambio notable.
Por otra parte, las motos eléctricas comienzan a ser una realidad de nuestro parque de vehículos. A día de hoy hay más de 550 modelos matriculados y se calcula que a finales de año ya podríamos haber alcanzado el millar de motocicletas. Ésto supone un buen respiro para las ciudades y el camino a seguir para el transporte urbano.
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