De un tiempo a esta parte, las marcas te dan la oportunidad de probar cualquier coche antes de comprarlo. Incluso un videojuego que salió hace tiempo basaba parte de su temática en probar coches exóticos. Pero hoy traemos una de las consecuencias que puede traer dejar un coche a un cliente para que lo pruebe, estoy seguro que el comercial hubiese preferido que el cliente en cuestión hubiese comprado el videojuego a que hiciese lo que vemos en la imagen a uno de sus Lamborghini Gallardo.
El hecho sucedió en Sidney, Australia, donde el cliente de un concesionario Lamborghini en la ciudad australiana pidió una prueba del Lamborghini Gallardo. Le cedieron uno en color blanco, con tan mala suerte que durante la prueba se acabó comiendo lateralmente una barrera de hormigón de la salida de una autopista, quedando en la condición que vemos en la imagen.
Ni el conductor ni el comercial que iba de pasajero resultaron heridos. El comercial afirmó que no iban excediendo el límite de velocidad, solo que el conductor entró en pánico pegando un volantazo que causó el accidente. A pesar de no parecer excesivamente grave, el arreglo del choque costará un buen dinero, dinero que deberá pagar el concesionario ya que ha decidido no denunciar al cliente, suponemos que por no perderlo. La policía por su parte está interrogando a los testigos por si el accidente fuese denunciable.
Destrozar coches puede ser todo un arte. Dolorpasión ocurre los domingos.
Vía | Jalopnik
Fuente | Daily Telegraph
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