Cada noche y varias veces por noche, los conductores de Uber y Lyft en el aeropuerto Reagan de Washington DC apagan de forma simultánea sus aplicaciones durante unos minutos. ¿Qué ganan los conductores de VTC locales haciendo eso? La app entiende que no hay conductores disponibles en la zona y por tanto sube los precios, ya que está basado en las reglas de oferta y demanda. Cuando vuelven a encender sus app, el precio de una carrera ha subido entre 12 y 19 dólares. Hecha la ley, hecha la trampa.
En un parking cercano al aeropuerto donde cada tarde noche hay de 120 a 150 conductores de Uber y Lyft esperando la llegada de los vuelos, la rutina es la misma cada noche. Organizados, apagaran sus apps un par de minutos para que el precio de la carrera suba entre 12 y 19 dólares adicionales.
“Uber no nos paga lo suficiente”, asegura uno de los conductores entrevistado por ABC 7. “Nos defraudan entre 35 y 45 % porque no hay un sistema de control”, continua este conductor. En Estados Unidos, las salarios de los conductores de esas VTC no han dejado de bajar en los últimos años aseguran estos conductores. “Algunos ya no pueden pagar el seguro médico o la letra del coche”, explican en ABC7.
Precios manipulados por empresas y conductores
Hace unos meses, algunos conductores descubrieron que la app de Uber, en este caso, manipulaba los precios. En este ejemplo citado por The Guardian, un cliente vería como el precio de la carrera sería elevado -hora punta, climatología adversa-, mientras que al conductor se le enseñaría un precio de horas valle.
Como no hay pago en efectivo, el conductor cree que recibe un porcentaje sobre X (el precio que le enseñó la app) cuando el pasajero pagó en realidad X+Y. Uber, obviamente se queda la diferencia. De ahí que los conductores se quejen de la falta de control, Uber y Lyft pueden manipular los precios a su antojo.
Pero también reconocen que no les gusta tener que hacerlo, pero explican que no les compensa recoger un pasajero en la hora punta por tan solo dos o tres dólares. Al final, han optado por organizarse y, entienden, jugar del mismo modo que lo hacen Uber y Lyft.
Las compañías que están en el punto de mira aseguran que no tolerarán los comportamientos fraudulentos. Lyft explica que sus conductores ganan más de 20 dólares la hora (aunque algunos conducotores aseguran que solo cobran 3,75 dóalres la hora) y que el 75 % de sus conductores conducen menos de 10 horas por semana, siendo Lyft un complemento a su sueldo. Por su parte Uber, explica que estos comportamientos son aislados, no es la norma en Uber, y que tienen medios técnicos para impedir que se produzcan situaciones similares.
Un modelo de negocio cada días más complicado de llevar a cabo
Sin embargo, la realidad es que estas empresas que deben poner en contacto la demanda y la oferta -conductor con coche y cliente final- están cada vez más en el punto de mira y siendo atacadas desde dentro, por sus propios empleados. El pasado 8 de mayo se convocó una huelga masiva de conductores de Uber ante la salida a bolsa de la compañía, huelgo que fue secundada a nivel global, con conductores del Reino Unido, África, Brasil o Chile que se unieron a la huelga.
En Francia, el sector del VTC amenaza con dificultar el acceso a Mónaco con motivo del Gran Premio de Fórmula 1 si el gobierno galo no atiende a sus reclamaciones antes del 22 de mayo, es decir, el miércoles previo al evento.
En España, tras las protestas del sector del taxi y su gran huelga de hace unos meses, las compañías como Uber y Cabify (Lyft no opera en España) lo tienen cada vez más difícil para trabajar, especialmente en Cataluña.