Londres ha sido una de las pioneras en incluir medidas ecológicas dentro de la ciudad. Fue una de las primeras metrópolis en limitar el tráfico en el centro urbano a los vehículos contaminantes, imponiendo peajes para acceder a la zona central de la ciudad.
En el año 2015 salió a la calle la primera flota de autobuses eléctricos, que ya se compone de 500 unidades. Y ahora han empezado a rodar la primera flota de 20 autobuses de dos pisos impulsados por hidrógeno.
Ofrecen una autonomía de 400 km
Se trata de unos autobuses impulsados por una pila de hidrógeno. Según el fabricante Wrightbus, los tanques pueden almacenar hasta 25 kg de hidrógeno. El combustible se sitúa en varios depósitos en la parte trasera del autobús, donde se encuentra también la pila de combustible y los sistemas de refrigeración de la pila y los sistemas eléctricos.
Estos autobuses ofrecen una autonomía de 400 km, por lo que pueden completar una jornada completa sin necesidad de parar a repostar. El hidrógeno proporciona una potencia a la pila de 48KWh. Igualmente, el proceso de repostaje se completaría en un tiempo de 5 a 8 minutos.
Pero Londres no ha sido la primera ciudad en probar estos autobuses impulsados por hidrógeno. En la ciudad escocesa de Aberdeen se lanzó en febrero una flota de 15 autobuses de hidrógeno del mismo fabricante.
El hidrógeno para los autobuses se produce actualmente en la planta de Air Liquide en Runcorn, aprovechando el hidrógeno residual como subproducto de una planta industrial de cloro. A partir de 2023, el hidrógeno será aún más ecológico, ya que se producirá mediante electrólisis impulsada por una conexión directa a un parque eólico marino.
El objetivo para la ciudad es que en 2030 todos los autobuses sean cero emisiones.
En Madrid, en fase de pruebas
En España se probó en Madrid el primer autobús impulsado por hidrógeno en marzo.
Este vehículo se trata de un Solaris Urbino 12 Hydrogen impulsado por pila de combustible, se ha probado en trayectos interurbanos y con viajeros. Presenta una autonomía de 350 km y estuvo circulando entre Madrid y Las Rozas así como en líneas urbanas de Getafe y Pozuelo.
El principal problema en España para dar luz verde a este tipo de medios de transporte es la falta de puntos de carga de hidrógeno. En Madrid solo se encuentra un punto de carga que pertenece a Toyota.
En 2003 rodaron varias unidades del Mercedes-Benz Citaro Fuell Cell (O 530 BZ) por Madrid, tras una ronda de pruebas en Barcelona, Londres, Oporto, Estocolmo o Ámsterdam.
Entre 2021 y 2023 se pretende eliminar toda la flota de autobuses diésel que recorren las calles de la capital española.
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