Entre las tecnologías que conseguirán hacer los coches eléctricos cada vez más y más eficientes encontramos los sistemas eléctricos de 800 voltios, donde el Porsche Taycan fue pionero, la posibilidad de carga inalámbrica con la que ya trabaja BMW o las baterías sin cobalto.
Esta última tecnología apunta a competir con las de iones de litio predominantes en la industria para hacer los coches eléctricos más baratos, con mayor autonomía y sin materias primas problemáticas. De hecho, SVOLT ya ha empezado a fabricar a gran escala su batería libre de cobalto.
Más sostenibles y más baratas, listas para el mercado europeo
Tal y como prometió el año pasado, la start-up china SVOLT ha anunciado el inicio de la producción en serie de su nueva batería patentada de níquel-manganeso (NMX).
SVOLT ya está produciendo inicialmente dos tamaños de sus baterías NMX (115 Ah y 226 Ah), compuestas por un 75 % de níquel y un 25 % de manganeso.
Gracias a la eliminación completa del cobalto, un metal pesado y además uno de los elementos del cátodo más caros y controvertidos, así como a un contenido reducido de níquel, las baterías de este gigante chino prometen ser más sostenibles y un 5 % más baratas que las clásicas.
Además, prometen autonomías de entre 600 km y 880 km y más de 2.500 ciclos de carga.
El ORA Cherry Cat de Great Wall Motors será el primer coche eléctrico que equipará estas baterías, pero a finales de 2023 empezarán a fabricarse en Alemania para el mercado europeo.
SVOLT también asegura haber logrado mejorar "significativamente" el ciclo de vida y la vida útil de las celdas NMX en comparación con las celdas de batería NCM convencionales (Níquel-Manganeso y Cobalto).
También Panasonic, uno de los principales proveedores de Tesla, presentó a principios de año sus nuevas celdas de batería de iones de litio con menos de un 5 % de cobalto. Pero en los próximos dos o tres años el objetivo es que ese número sea cero.
Otro jugador es General Motors, que tiene en el horno sus baterías Ultium: bajo contenido en cobalto y la 'utopía' de mantener los costos de las celdas de la batería a menos de 100 dólares por kWh.
Y Tesla lleva años reduciendo la cantidad de cobalto de las baterías de sus proveedores hasta el punto de que las nuevas celdas de batería NCMA (níquel, cobalto, manganeso y aluminio) de su socio LG Energy utilizan un cátodo con un 90% de níquel, lo que reduce notablemente el uso de cobalto.
Y los primeros coches en usar esas celdas podrían ser los Tesla Model Y que salen de la Gigafactory de Shanghái.
¿Qué pasa con el cobalto?
El cobalto tiene la cualidad de potenciar las propiedades de otros metales como el litio, el componente más usado en las baterías, y según datos de la BBC, los fabricantes de baterías acaparan cada año el 45 % de la producción global de este mineral.
Sin embargo, es un material limitado, caro y sujeto a las variaciones del mercado y con muchas implicaciones éticas.
Si miramos al precio de la toneladas en el London Metal Exchange, veremos que ha ido incrementándose en el último año hasta superar los 52.000 dólares por tonelada; el doble que en julio de 2020.
Es por eso que la búsqueda de materias primas sostenibles y económicas son la clave para que los coches eléctricos sean cada vez más baratos y con mayor vida útil.
Porque la batería supone hasta el 40 % del costo de un vehículo eléctrico.
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