A cuatro meses para que comience la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái, Emiratos Árabes Unidos está recibiendo cada vez más presión para que impulse un acuerdo mundial urgente que ponga fin al uso de combustibles fósiles de forma progresiva a favor de las energías renovables.
Representantes de Alemania, Canadá, Kenia, Vanuatu, Austria, Bélgica o Malawi han enviado una carta publicada en el Financial Times para el Presidente de la COP28, el sultán Al-Jaber, que recoge sus exigencias, para asegurar una eficiencia energética real y garantías para la financiación climática de las naciones más pobres.
Además, comparan el nivel de cambio necesario con el de la "revolución industrial". Y quizá no estén exagerando. Solo en términos económicos, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) a finales de 2020, el coste de controlar el calentamiento global ya era de 16 billones de dólares y en 2030 ascenderá a más de 20 billones.
A mitad de camino hacia los objetivos de 2030
Ya han pasado siete años de la entrada en vigor del Acuerdo de París, (firmado por 193 países además de los de la Unión Europea), en el que entre otras cosas se establecía, de forma vinculante, la obligatoriedad de presentar y mantener determinados objetivos de reducción de emisiones por países de cara a 2030. Quedan otros siete años por delante y aún se necesita reducir las emisiones globales en un 43 %.
Como recoge Bloomberg, en los últimos meses han ido surgiendo cada vez más dudas acerca de las acciones que se tratarán en la cumbre y sus resultados. También sobre el propio Ahmed Al-Jaber, que ha sido criticado por sus funciones como director de la empresa petrolera estatal Abu Dhabi National Oil Co (Adnoc), una de las mayores del mundo.
A principios de año, según informaba The Guardian, el sultán Ahmed Al-Jaber, ya fue acusado de greenwashing o 'blanqueo ecológico' al usar a miembros de su equipo para editar su perfil en Wikipedia.
Pero tras una reunión preparatoria de la cumbre que tuvo lugar el mes pasado, hasta 130 políticos europeos y norteamericanos que abogaban por acelerar la transición energética ya han denunciado abiertamente la "incompatibilidad" de Al-Jaber como presidente de la cumbre del clima que se celebra en noviembre y su papel de director ejecutivo de Adnoc.
Ahora, distintos representantes de Alemania, Canadá, Kenia, Vanuatu, Austria, Bélgica o Malawi han echado más leña al fuego: “Frente a las olas de calor mortales, los incendios forestales incontrolados y las inundaciones torrenciales, todos debemos hacer más y más rápido para mitigar la crisis climática y adaptarnos a ella”, dice la carta, firmada por ministros del clima, enviados especiales y el ex Presidente de Malawi.
“La temperatura media mundial se acerca al límite de 1,5 ºC. Todos los países se enfrentarán a pérdidas humanas, medioambientales y económicas catastróficas”, advierten. Los firmantes apuntan a que la cumbre COP28 de Dubai “puede ser un éxito si, como dice el Presidente designado de la COP, el Sultan Al Jaber, el mundo se une y acuerda trabajar conjuntamente por el bien común”.
Las tres exigencias de la COP28 para Al-Jaber
Así, la misiva recoge tres puntos generales para conseguir un planeta más seguro y limpio en la década de 2030, y cuyo éxito "depende de las decisiones que surjan de la evaluación global de la ONU".
En el primero se pide que, "como ha señalado la Agencia Internacional de la Energía, debemos triplicar el despliegue mundial de energías renovables y eliminar progresivamente todos los combustibles fósiles, con garantías financieras reales para los países en desarrollo, impulsando el acceso a la energía y el desarrollo económico".
En segundo lugar, "debemos duplicar el ritmo en la transición energética para 2030", impulsando la serie de nuevas políticas introducidas en todo el mundo desde la crisis energética del año pasado.
Por último, se remite a la necesidad del cumplimiento del objetivo de financiación (establecido en 100.000 millones de dólares), pero también a la de cambiar los flujos financieros. Esto significa aumentar el Fondo Verde para el Clima (Alemania puso el listón muy alto, aumentando su contribución en un 33 %).
También más apoyo de los bancos para la adaptación al cambio climático y las energías renovables “y la puesta en marcha del fondo de pérdidas y los acuerdos de financiación para apoyar a los más vulnerables”.
La COP28 no será fácil: “ninguna revolución industrial ha sido sencilla”, dice la carta. “Pero tenemos fe en que los gobiernos quieren un mundo más limpio, seguro, próspero y justo: pongámonos manos a la obra”.
Mientras tanto, el sultán se encuentra en Bruselas para asistir a la Reunión Ministerial sobre Acción Climática (una conferencia convocada por la Unión Europea, Canadá y China) para debatir la cooperación en esta materia.
Hasta ahora, los EAU controlan el 6% de las reservas mundiales de petróleo y son el tercer país con mayores prospecciones petrolíferas en cartera, tras Arabia Saudí y Qatar.
Desde que asumió la presidencia de la COP28, Al-Jaber siempre ha apostado por la necesidad de "poner menos énfasis en la reducción de las emisiones y más en el ascenso de alternativas de carbono cero". Pese a que su postura todavía no está clara al 100 % tras meses de presiones, el sultán ya ha dicho que "parece inevitable" una reducción progresiva de los combustibles fósiles.