Este gigantesco volquete eléctrico es un prodigio tecnológico. Pretende revolucionar el sector de la minería con un invento de hace 150 años: una catenaria

Este gigantesco volquete eléctrico es un prodigio tecnológico. Pretende revolucionar el sector de la minería con un invento de hace 150 años: una catenaria
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Hitachi está probando un volquete gigante eléctrico que no necesita un punto de carga para recargar sus baterías porque se alimenta a través de una línea aérea de contacto, es decir, de una catenaria.

Este sistema permitiría sustituir los viejos modelos diésel por otros eléctricos menos contaminantes y más viables económicamente para las empresas de minería que utilizan grandes volquetes, como el de Hitachi.

Una evolución del concepto de trolebús con línea aérea de contacto

El esfuerzo para reducir las emisiones y tener un mundo más sostenible no solo pasa por electrificar los coches. En el sector de la minería lo tienen claro, por eso, algunas compañías están trabajando en electrificar la maquinaria para reducir su huella medioambiental.

La japonesa Hitachi es una de ellas. Uno de sus objetivos es vender volquetes eléctricos que sean realmente útiles y puedan sustituir a los volquetes diésel de forma viable. Para conseguirlo, es crucial que no estén parados durante horas mientras sus baterías se cargan porque eso implicaría que las empresas que los utilizan reduzcan productividad y, por lo tanto, pierdan dinero.

Hitachi 1

La solución podría pasar por instalar baterías gigantescas que ofrezcan más autonomía, pero eso incrementaría mucho el peso de un volquete y reduciría su capacidad de carga. También es una opción es el intercambio de baterías, pero a Hitachi se le ha ocurrido otra cosa: un invento del siglo XIX.

Se trata del trolebús, un medio de transporte eléctrico que comenzó a utilizarse en 1882 y que estaba a medio camino entre un tranvía eléctrico y un autobús; se alimenta a través de una catenaria, es decir, de una línea aérea de contacto, pero tiene ruedas y no necesita circular por una vía.

Basándose en este concepto, Hitachi ha puesto en marcha un volquete eléctrico que carga sus baterías a través de una línea aérea de contacto mientras está en movimiento y que cuando se desconecta de la catenaria funciona con la energía de la propia batería, por lo que no necesita estar siempre conectado a la línea aérea de contacto. Además, Hitachi complementa la carga por la catenaria con un avanzado sistema de frenada regenerativa.

De esta forma, el volquete eléctrico puede utilizar baterías de menor tamaño, por lo que pesa menos y tiene una mayor capacidad de carga. Pero la mayor ventaja es que no necesita enchufarse a un punto de carga y estar parado durante horas. Según Hitachi, también alarga el ciclo de vida de las baterías. Todo eso es especialmente importante cuando se trata del volquete eléctrico más grande del mundo: el EH5000AC-3.

Hablamos de un monstruo de 163 toneladas que mide más de 14 metros de largo, supera los 7 metros de alto, roza los 10 metros de ancho y tiene una capacidad de carga de casi 300.000 toneladas.

De momento, Hitachi lo está probando en una mina de Zambia. El objetivo es comprobar los ciclos de carga y descarga y ver el desempeño del volquete en situaciones de trabajo reales.

Volquete Hitachi

Otra de las cuestiones que hay que estudiar para comprobar si es viable esta tecnología es el coste de la instalación de la catenaria. Ya ha quedado claro que instalar líneas de contacto aéreas en la carretera para los camiones eléctricos no es una opción porque ha sido un fracaso millonario.

En cambio, en una mina o una cantera no habría que instalar una infraestructura de cables tan larga y completa, es más bastaría con montar la línea aérea de contacto exclusivamente en algunas zonas, como en las subidas más pronunciadas porque es donde se incrementa el consumo eléctrico y tiene más sentido que el volquete no dependa exclusivamente de la energía de las baterías. Si, además, hay un tramo de bajada en el que se pueda aprovechar la frenada regenerativa, la idea tiene todavía más sentido.

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