En el sector de la minería se utilizan unos vehículos fascinantes por sus enormes dimensiones y por las tareas que pueden desempeñar sin despeinarse siquiera. Una de estas máquinas es el camión eléctrico más grande del mundo.
Y no sólo es un camión eléctrico grande, también es el vehículo con la mayor batería jamás instalada. De hecho, sus creadores afirman que también es el vehículo eléctrico más potente del planeta.
Un camión con una batería tan bestia como la de seis Tesla juntos
Este eDumper se llama Lynx y trabaja a pleno rendimiento, de manera que se ha convertido por derecho propio en el vehículo eléctrico autopropulsado con ruedas de mayor tamaño que está pisando la faz de la Tierra, y además lo está haciendo de una manera más o menos sostenible si obviamos el impacto ambiental inherente a su trabajo.
Inicialmente este inmenso camión eléctrico era uno de los vehículos más grandes del mundo gracias a su base, ya que se utilizó para su fabricación un Komatsu HD 605-7 de segunda mano, aunque a decir verdad sus cotas de 9,35 x 4,23 x 4,4 metros poco tienen que hacer contra el dumper más enorme del mundo: el grotesco BelZA 75710 de 20,6 x 8,16 x 9,87 metros.
Partiendo de la máquina japonesa, la Universidad Interestatal de Ciencias Aplicadas de Buchs (Suiza), con la colaboración de diferentes agentes, transformó el dumper en una especie de Increíble Hulk a pilas que durante su jornada de trabajo es, según sus creadores, capaz de producir más electricidad de la que utiliza. Eso sí, por respeto a la segunda ley de la termodinámica cabe decir que aquí tiene una especial relevancia la ley de la gravitación universal, adaptada a nuestro planeta y a la mina en la que trabaja este insólito dumper.
Donde antes se encontraba un motor turbodiésel de seis cilindros, 23,15 litros, 740 CV y 3.324 Nm de par motor, ahora se ubica una enorme batería de níquel-manganeso con 1.440 celdas que suman un total de 600 kWh de capacidad. Este inmenso paquete de 4,5 toneladas es obra de la firma alemana Lithium Storage GmbH, y equivale a apilar seis veces las baterías de mayor capacidad utilizadas por Tesla en sus coches eléctricos.
Este paquete alimenta una pareja de motores eléctricos cuya potencia no ha sido especificada. Sí sabemos que uno de los motores mueve las ruedas del eje trasero y el otro se utiliza únicamente para mover el sistema hidráulico que maneja el equipo de frenos, dirección y basculante. Este segundo motor tiene una potencia de 200 kW (268 CV).
Con las modificaciones necesarias para realizar sus tareas, el eDumper sube de vacío desde el fondo de la mina hasta un punto donde le cargan 60 toneladas de cal y marga para bajar. Gracias a la gravedad, una pendiente del 13 % y la frenada regenerativa, este camión eléctrico acumula en sus baterías más energía de la que luego gasta para subir de nuevo de vacío. Según detallan los creadores de este camión eléctrico, el descenso con una masa total de 130 toneladas genera tanta energía cinética como para recargar las baterías.
Y así lo hace 20 veces por jornada, lo que sobre el papel genera un excedente diario de unos 200 kWh con los que se alimentan otros dispositivos de la planta a través de un inversor.
Según cálculos de sus responsables, el eDumper consigue un ahorro anual de 130 toneladas de CO₂, recortando una cantidad estimada de 50.000 litros de gasóleo. Teniendo en cuenta que el proyecto tiene una vida aproximada de 10 años, el ahorro total se cifra en 1.300 toneladas de CO₂ y medio millón de litros de diésel que el planeta se ahorra gracias a un solo camión eléctrico.
Por otra parte, el eDumper supone un nuevo avance en este tipo de maquinaria pesada, ya que ahorra costes de mantenimiento y operativos al contar con menos piezas móviles susceptibles de tener que pasar por el taller, con los consiguientes inconvenientes que podrían ralentizar el ritmo de la explotación.
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