La 97ª edición de las 500 Millas de Indianápolis deparó un ganador popular, Tony Kanaan, tras todo un festival de adelantamientos (con récord histórico de cambios de líder), al que sólo le faltó un final bajo bandera verde para convertirse en una de las mejores pruebas jamás vistas en el 'Brickyard'. Y eso que la Freedom 100, de las Indy Lights y disputada el viernes, se lo puso complicado.
Pero volvamos a la gran carrera. En todo momento se vio muy fuertes a los monoplazas de Andretti Autosport, que ya coló cuatro coches entre los nueve más rápidos en clasificación, pero lo que nadie esperaba fue que Carlos Muñoz, segundo en parrilla, no sólo aguantara el tirón durante toda la carrera sino que acabara en idéntica posición, seguido de Ryan Hunter-Reay y Marco Andretti, líder de la general tras esta prueba. El colombiano no pudo tener mejor debut en IndyCar Series, pero acabó enfadado, consciente de que tenía posibilidades de victoria, esfumadas tras el accidente a tres vueltas del final de un muy gris Dario Franchitti, que automáticamente concedió la victoria a uno de los pilotos hasta ahora gafados en Indianápolis: Tony Kanaan. El brasileño emocionó, siendo aplaudido por competidores y jefes de equipo, lo cual terminó compensando el deslucido final.
Entre las actuaciones destacadas del día estuvo la de A.J. Allmendinger, quien en su debut en Indianápolis rodó en cabeza hasta que sus arneses se desabrocharon mediada la carrera, obligándole a adelantar su parada en boxes y quedando descompasado el resto de la prueba, a pesar de lo cual acabó séptimo.
Por último, los ex-F1 tuvieron una carrera muy discreta, siendo el mejor Justin Wilson, quinto y primer Honda, mientras que Takuma Sato acabó decimotercero tras un trompo, y Sébastien Bourdais terminó contra el muro al ir a realizar su última parada en boxes.
La IndyCar Series no para y este fin de semana estará en Detroit Belle Isle para su primera cita doble del año.