El japonés Takuma Sato logró este pasado fin de semana su primera victoria en IndyCar Series y la primera en once años para su equipo, A.J. Foyt Enterprises, tras imponerse con autoridad en la tradicional prueba de Long Beach, sorprendente por el hundimiento de los equipos habitualmente más fuertes y el dominio de los motores Honda.
Tras un inicio plagado de incidentes, Sato se puso en cabeza en cuanto las Cautions dejaron de sucederse, sin que nada ni nadie pudiera impedir su triunfo, completando el podio Graham Rahal con uno de los monoplazas del equipo de su padre, y Justin Wilson con Dale Coyne. También el cuarto clasificado, Dario Franchitti, llevaba propulsor Honda, si bien éste fue el mejor resultado para los tres equipos más potentes del certamen, Ganassi, Penske y Andretti Autosport, en un fin de semana especialmente desastroso para estos últimos, pues tanto el vigente campeón Ryan Hunter-Reay, como James Hinchcliffe, tras un toque con su compañero Ernesto Viso, acabaron contra las protecciones.
Igualmente acabó contra las protecciones Tony Kanaan a dos vueltas del final cuando Oriol Servià lo adelantaba por la quinta posición. El de Pals, que ya recibió una sanción el sábado que le fue retirada tras una apelación por un accidente evitando el coche de Scott Dixon, volvió a sufrir una situación similar el domingo tras el incidente con el de KV Racing, con idéntica resolución y firmando así su mejor resultado de la temporada, sexto, por detrás de su compañero en Panther JR Hildebrand, quinto.
En la general del campeonato lidera Helio Castroneves, décimo en Long Beach, seis puntos por delante de Takuma Sato, mientras que Oriol Servià ocupa la decimocuarta posición. La próxima cita tendrá lugar en Sao Paulo, dentro de dos semanas.