Este año no solo tenemos el privilegio de estar viviendo una temporada de Fórmula 1 disputada como pocas, sino que además estamos presenciando el momento más dulce de uno de los pilotos que pasará a los libros de historia como uno de los grandes: Fernando Alonso. El piloto asturiano no deja de superarse carrera tras carrera, y a los mandos de un Ferrari cada vez más competitivo, aprovecha cada mínima oportunidad que se le presenta para ir escalando pasito a pasito hacia su tercer título.
No es casualidad que esta racha fenomenal de Alonso coincida con una también necesaria buena racha de Ferrari como escudería. Las decisiones tomadas desde el muro son en su mayoría acertadas, las paradas en boxes, siempre entre las más rápidas, sin obviar las mejoras técnicas que se van introduciendo en el F2012, y que han transformado el coche lento, sin tracción e inestable que se presentó en Australia, en uno de los mejores monoplazas para encarar la segunda mitad de campeonato.
Ciertamente, el Ferrari es actualmente uno de los monoplazas más competitivos de la parrilla, aunque no se puede afirmar con rotundidad que sea el mejor, ni mucho menos. Esta temporada, la foto de rendimiento está cambiando circuito a circuito, y ante la reinante igualdad, variables como la temperatura en pista o los compuestos escogidos por Pirelli, están dando oportunidades de destacar a varios equipos.
En Alemania, sin ir más lejos, me atrevo a afirmar que el F2012 no era el coche más rápido en carrera, como se pudo comprobar durante el devenir de la misma. Tanto el Red Bull de Sebastian Vettel como el McLaren de Jenson Button eran seguramente más rápidos que el Ferrari del español en la carrera de ayer, pero dos factores marcaron la diferencia que Alonso supo transformar en victoria: salir desde la pole position, y llevar a cabo una gestión de carrera soberbia.
Ya se viene destacando carrera tras carrera la importancia de salir desde la pole para poder conservar el rendimiento de los neumáticos de una manera óptima, pero en un circuito como Hockenheim, en el que a la práctica hay únicamente un punto de adelantamiento, la posición de cabeza era un tesoro de valor incalculable para alguien con la capacidad de gestionarla que tiene Fernando.
En esa pole obtenida magistralmente el sábado, mucho tiene que decir el muro de Ferrari, que bordó la estrategia para Fernando en la Q3. En primer lugar, haciendo montar al asturiano a mitad de la sesión un juego fresco de gomas de lluvia extrema, al haber detectado en los libres que al sobrecalentarse reducían su rendimiento con el paso de las vueltas. En segundo lugar, clavando al segundo la salida de Alonso a pista para que fuera el último piloto en marcar vuelta, pudiendo, por lo tanto, aprovechar las mejores condiciones de pista posible. El resto lo puso el propio Alonso con unas vueltas al límite de escándalo. Pero eso último, por rutinario, no es noticia.
Ya en carrera, también Ferrari hizo muy bien llamando a Fernando Alonso a boxes antes que sus rivales. Se estaba viendo claramente en pista que todo el que paraba a cambiar gomas, marcaba unas vueltas buenísimas en la salida, por lo que no había que permitir, bajo ningún concepto, que Vettel se hiciera con la primera posición en pista. Hubiera podido ser definitivo. Después, con las medias, y pese a que el Ferrari parecía ser el que peor rendimiento les sacaba, Fernando llevo a cabo una gestión de carrera exquisita, sin dar opción en ningún momento a sus perseguidores. Cero errores. Así se ganan los títulos.
Sebastian Vettel hizo también una buena carrera, pero probablemente falló en el momento menos oportuno, y este año cualquier detalle se paga caro. No entiendo qué le pasó cuando Lewis Hamilton se desdobló. De entrada, decir que desdoblarse no es pecado, ni está prohibido. Si tienes mejor ritmo que el piloto de delante, lo pasas y listos. No hay más. La realidad es que Vettel se enfrascó en una lucha que no le convenía, y perdió un tiempo de oro que contribuyó a que perdiera la plaza con Button en el segundo pit stop. Luego, perder esa plaza le supuso verse forzado a ganarla en pista, adelantando por fuera del trazado a Button, y recibiendo una sanción que le bajó hasta la 5ª posición. Un pequeño error encadena una serie de acontecimientos que acaban en un alto precio a pagar.
Me gustaría detenerme en este punto para comentar brevemente mi punto de vista sobre la sanción a Vettel. No hay duda que adelanta por fuera de la pista, y por lo tanto es un adelantamiento ilegal. Eso sí, no veo lógico que por una maniobra de adelantamiento extrema, vale que ilegal, pero, sobre todo, limpia, sin poner en riesgo a Button, se acaben perdiendo 3 posiciones por sanción. ¿Maniobra mal hecha? Ok, pierde la posición ganada, y listos. Eso es lo que me dice el sentido común. Eso es lo que sucedería si la FIA actuara de manera ágil. Si es tan claro como parece, se debe comunicar a Vettel que ceda su posición en pista antes de que acabe la carrera. Charlie Whiting, o quién sea, debería tener potestad de tomar determinado tipo de decisiones, como ésta, sin ir más lejos. Aunque conociendo a la FIA, y sabiéndose al milímetro el reglamento (como demostraron con el affaire de los mapas motor) también hay que responsabilizar al muro de Red Bull por no pedir a Vettel que cediera su posición en pista y volviera a intentarlo.
Si hablamos de grandes carreras, hay que repescar, y ya iba siendo hora, a Jenson Button. Parece que las novedades técnicas introducidas por McLaren en este Gran Premio han funcionado, y por lo visto en la carrera, y si tiene continuidad, McLaren podría volver a tener uno de los monoplaza más rápidos de la parrilla. Si a eso le sumamos que parece que lo de los errores en las paradas quedó totalmente en el olvido, puede quedarnos un final de temporada precioso con una lucha de equipos de esas que hacen época. Mención más que destacada en este punto a la megaparada que realizaron los mecánicos de Jenson Button y que le permitieron salir por delante de Vettel en el último stint: 2,31 segundos para cambiar las 4 ruedas. Una auténtica barbaridad.
Tampoco se queda atrás el carrerón de los dos Sauber. En conjunto, han sido el equipo que mejores prestaciones han demostrado en Alemania. Quedará la duda de saber qué hubiera sido de ellos de haber conseguido entrar en la Q3 el sábado. Fueron los grandes perjudicados por la lluvia de la Q2, y quedó demostrado el domingo. Con diferentes estrategias de neumáticos, tanto Kamui Kobayashi, que salía 12º, como Sergio Pérez, que salía el 17º, lograron escalar hasta las posiciones 4ª y 6ª respectivamente. Eso dice mucho del monoplaza que tiene este año Sauber, y por supuesto, de la gran carrera que firmaron ambos pilotos, recuperando en conjunto 19 plazas.
Acabar mencionando a todos aquellos que optaron por estrategias a tres paradas (los 2 Mercedes entre ellos). Hacerlo como opción agresiva nunca es malo, pero cuando tienes que ir a tres paradas porque los neumáticos no aguantarían dos, es realmente preocupante. Tampoco hay que olvidarse que Pedro De La Rosa logró vencer en lucha directa en pista al Marussia de Timo Glock. Aunque también es cierto que lo lejos que estuvo Glock de Pic en carrera hace pensar que el alemán sufría algún tipo de problema.
En fin, que como siempre me dejo temas en el tintero, pero por suerte en apenas unos días volvemos a tener los monoplazas rodando. Nos leemos por aquí después de Hungría, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).