Este fin de semana volvemos a estrenar circuito en la Fórmula 1. Como viene siendo normal últimamente, se trata de un nuevo circuito urbano, el quinto de la temporada. Sí, un circuito urbano, como el de Valencia. Se dice que poco tendrán que ver sus anchas calles con las estrechas calles monegascas. Se dijo lo mismo de Valencia. También se espera una carrera repleta de emoción. Como se esperaba en Valencia. Esperemos que el resultado sea bien distinto.
Dejando de lado la evidente alegría de tener dos Grandes Premios en casa, la carrera que vivimos a finales de agosto en el Valencia Street Circuit fue una de las carreras más sosas que recuerdo, y cuando este fin de semana me apoltrone en el sofá para disfrutar del espectáculo de Singapur, no podré dejar de tener como claro referente la carrera de Valencia. Si volvemos a ver una procesión como la del 24 de agosto, habrá que plantearse seriamente si este tipo de circuitos son los que necesita la Fórmula 1 actual.
He leído unas declaraciones de Pedro De La Rosa en las que advierte: "Adelantar será casi imposible". Pues vamos bien. Si en Valencia había dos o tres puntos de adelantamiento, y vimos lo que vimos, lo que nos espera en Singapur puede ser la leche. Ahora bien, confío ciegamente en el novedoso factor que puede suponer el efecto noche. Estoy casi convencido que el primer Gran Premio nocturno de la F1 nos traerá sorpresas y una carrera entretenida. No sé por qué, pero algo me dice que puede ser una carrera muy entretenida.
Y cuando acabe la carrera, habrá que compararla con Valencia, cómo no. Dos circuitos urbanos nuevos que entran en acción la misma temporada, no pueden dejar de ponerse frente a frente. Las comparaciones son odiosas, pero inevitables. Veremos si son la noche y el día a la hora de valorar las carreras. Vista la de Valencia, esperemos que así sea.