El Sambóromo de Ahnembí tuvo este pasado fin de semana el privilegio de acoger la que es probablemente la mejor carrera de lo que llevamos de año, y sin duda alguna, una de las mejores de la historia de la IndyCar Series, en especial si nos referimos a circuitos ruteros y urbanos.
Tras una carrera plagada de periodos de Caution pero también de adelantamientos y lucha en pista, las diez últimas vueltas fueron trepidantes, y James Hinchcliffe terminó llevándose la victoria en la última curva, con una magistral maniobra sobre Takuma Sato. Además, Oriol Servià, quinto al inicio de la última vuelta, cruzó meta cuarto a tan sólo 37 milésimas de Marco Andretti, último cajón del podio.
Pero el incidente clave para el devenir de la carrera fue probablemente cómo Tony Kanaan, arrastrando una lesión en su mano derecha, se quedó sin gasolina en pista, tirando por la borda una gran carrera ante su público. Ello eliminó el componente estratégico y permitió un espectacular final en el que Josef Newgarden, que salía último, y Simon Pagenaud se colaron.
Si el francés perdió posiciones progresivamente, el estadounidense de Sarah Fisher Hartman Racing se pegó como una lapa al difusor de Takuma Sato e incluso trató de adelantar al japonés, líder, a tres vueltas de final, pero el de A.J. Foyt lo evitó con una maniobra al límite del reglamento. Hinchcliffe aprovechó entonces para superar a Newgarden y se lanzó a por Sato, quien tras una defensa muy agresiva, sólo claudicó entrando en meta.
Aún así, Takuma Sato se lleva el premio de llegar a Indianápolis como líder del campeonato, trece puntos por delante del sorprendentemente regular Marco Andretti. Oriol Servià se sitúa octavo, un resultado brillante teniendo en cuenta la difícil situación de Panther Dreyer & Reinbold, que dejará de correr tras las 500 Millas si no aparece un patrocinador antes.