A pesar de que desde algunos medios de comunicación se ha querido vender una cierta alarma, lo cierto es que la inspección a la que será sometido el motor Mercedes-Benz V8 con el que Lewis Hamilton consiguió la victoria en el GP de Alemania no es más que un procedimiento rutinario de la FIA.
La Federación Internacional realiza una serie de controles aleatorios de los motores durante el año y el Mercedes-Benz ha sido el primer elegido. Aunque hasta el momento en que sea examinado el próximo jueves en las verificaciones previas al GP de Hungría no saldremos de dudas, todo parece indicar que simplemente se trata de un control y nada más.
La FIA no ha detectado ninguna cosa extraña en el comportamiento del V8 de Hamilton que le haya llevado a solicitar la inspección. La reglamentación FIA permite esta serie de controles aleatorios en los motores de cada uno de los seis fabricantes del Mundial para comprobar que no se han introducido modificaciones a lo largo de la temporada. Nada más.
