Sin lugar a dudas, lleva siendo uno de los culebrones de la Fórmula 1 desde ya hace muchos meses. Incluso antes de confirmarse el fichaje de Fernando Alonso por McLaren, ya se especulaba con la posibilidad de que Lewis Hamilton abandonara Mercedes para que el piloto español pudiera cazar uno de los volantes más ansiados de la parrilla actual.
La realidad es que el contrato del actual Campeón del Mundo finaliza esta temporada, y aunque ambas partes parecen interesadas en renovar el acuerdo más allá de este 2015, las pretensiones económicas de Hamilton no acaban de desencallar la situación. Pero, ¿puede Hamilton permitirse el lujo de pedir las cifras astronómicas que se están filtrando, o es Mercedes quien tiene la sartén por el mango en la negociación?
A mí no me cabe ninguna duda: si fuera Lewis Hamilton, hasta me rebajaría el sueldo por poder seguir en ese coche. La Fórmula 1 actual es muy exigente a nivel técnico, haciendo casi imposible ganar un campeonato con un coche que no sea el mejor o esté muy cerca del mejor. Caer en el coche justo en el momento idóneo es algo de lo que normalmente sólo dos pilotos de la parrilla pueden disfrutar cada año. Al fin y al cabo, en esas circunstancias sabes que para ganar el título sólo tienes que ser mejor que otro piloto, tu compañero de equipo. El resto casi ni importa.
Entonces, ¿por qué iba a necesitar Mercedes pagar una desorbitada cantidad de dinero a Hamilton, cuando sabe que probablemente tendría a cualquier piloto dispuesto a pilotar para ellos por una cantidad mucho más baja? Creo sinceramente que Hamilton necesita mucho más a Mercedes que Mercedes a Hamilton. Si alguien puede exigir en esta negociación, es Mercedes. Poder ofrecer un volante ganador es algo que no tiene precio, y que a día de hoy, ningún otro equipo de Fórmula 1 puede ofrecer.
