Tal y como estaba previsto, la última cita de las 12 Horas de Sebring abierta a los LMP1 se convirtió en un festival Audi en el cual los R18 e-tron quattro arrasaron a la competencia, llevándose el triunfo Marcel Fässler, Benoît Tréluyer y Oliver Jarvis por apenas siete segundos de ventaja sobre el número 2 de Kristensen, McNish y di Grassi.
Claro que para encontrar al siguiente clasificado hay que irse hasta las cinco vueltas perdidas del primero de los Lola-Toyota de Rebellion Racing, pilotado por Jani, Heidfeld y Prost, que se impuso en la lucha de privado al vigente campeón de las American Le Mans Series, el HPD de Muscle Milk, que acabó a seis vueltas de los vencedores. Tampoco le fue mucho mejor al Corvette de Antonio García, pues a una injusta sanción por un toque con un prototipo se le sumaron reiterados problemas de caja de cambios que terminaron abocando al número 3 al abandono, mientras el Corvette número 4 con Westbrook, Gavin y Milner se alzaba con el triunfo entre los GT tras una bonita remontada frente al Ferrari de Risi Competizione.
En el resto de categoría vimos un doblete de Level 5 en LMP2, con Marino Franchitti, Ryan Briscoe y el jefe Scott Tucker alzándose con la victoria, el triunfo de PR1/Mathiasen Motorsports en LMPC y el de Alex Job Racing en GTC. Por cierto, la nueva aventura del DeltaWing duró tan sólo diez vueltas: cinco con un cilindro fallón, y otras cinco reparado hasta que el motor terminó de reventar.
