Si fuese retorcido podría llegar a pensar que la sanción de la FIA a Flavio Briatore era más una vendetta que una pena propiamente dicha. Sin ser retorcido también se puede pensar. Bien conocidas eran las asperezas entre Max Mosley y Flavio Briatore. Tras ellas, el último golpe del presidente de la FIA podría haber dejado muy tocado al italiano.
El primero de los movimientos de Briatore fue su salida de Renault F1. Una decisión que, aunque inesperada, no puede sorprender a nadie. Tras ello, la imposibilidad de Flavio de relacionarse con cualquier cosa que suene a Fórmula 1 hará que tenga que dejar de representar a pilotos. La decisión era clara. Cualquier piloto que tenga como manager a Flavio Briatore no podrá obtener la Superlicencia. Lo que significa que no podría pilotar en la Fórmula 1.
Pero los males de Briatore van más allá. El italiano es copropietario de Queens Park Rangers junto con Lakshmi Mittal y Bernie Ecclestone, pero por desgracia para él, una norma del fútbol inglés impide que los propietarios de un club hayan sido “expulsados” de otros deportes.
Aunque no todos los males son para el italiano. El efecto Singapur ha provocado que Renault F1 pierda a uno de sus patrocinadores. Mutua Madrileña ha revocado su contrato de patrocinio de forma unilateral y de efecto inmediato. La empresa de seguros no quiere que se la relacione con una escudería que provocó de manera premeditada un accidente. La antítesis de los seguros. Eso sí, al estar libre de toda culpa, se mantienen como patrocinadores personales de Fernando Alonso.