A la FIA se le ha ido el mundial de Fórmula 1 de las manos. Como a un mal árbitro en un partido de fútbol, que empieza queriendo ser el más enrollado y termina totalmente superado por la situación. Aquello de dar la mano y coger el brazo. Y el Gran Premio de Italia fue la exhibición más dantesca, con permiso de Spa, de lo que hablamos.
No solo por el accidente entre Max Verstappen y Lewis Hamilton, que terminó con una curiosa sanción de tres posiciones sobre el holandés que podría tener una explicación más curiosa aún, sino por todos los incidentes con los que hicieron la vista gorda, y con los que no. Da la sensación, una vez más, de que para la FIA es todo azar.
El duelo entre Verstappen y Hamilton se puede ir de madre en las carreras que quedan
Sin duda, el momento más tenso de la carrera, y de toda la temporada, fue el accidente entre Max Verstappen y Lewis Hamilton. Otra vez, los dos aspirantes al título se encontraron en pista, y otra vez protagonizaron dos incidentes como deportivos que terminaron con ambos pilotos fuera de carrera.
El primer encontronazo fue en la primera vuelta de carrera, cuando Verstappen arrinconó sin miramientos a Hamilton en el exterior de la segunda chicane de Monza. Una maniobra ilegal si nos atenemos al reglamento, pero con la que la FIA suele hacer la vista gorda, cuando no aplaudir. Así que los pilotos ya la hacen impunemente.
Así que donde las dan las toman. A mitad de carrera, después de la pésima parada en boxes de Max Verstappen y la mala de Lewis Hamilton, los dos miuras regresaron a pista en condiciones de pelear por la posición. Hamilton estaba por delante, sí, pero con los neumáticos fríos, mientras que Verstappen ya los traía en temperatura.
Verstappen apuró la frenada por fuera aprovechando su mejor agarre y se puso en paralelo con Hamilton, algo que según el documento oficial de la FIA... ¡no podía hacer! La FIA considera que Verstappen no podía luchar por esa posición porque Hamilton estaba por delante, un argumento que serviría para cualquier adelantamiento.
Pero sí, Verstappen se puso en paralelo y ahí recibió de su propia medicina. Esta vez fue Hamilton quien le arrinconó, no le dejó ni un centímetro y le obligó a saltarse la chicane. Pero Verstappen no lo hizo. Prefirió no evitar un accidente que en el fondo le beneficiaba, porque a esas alturas de la carrera el que tenía las de ganar ya era Hamilton.
Si le vas a meter 3 posiciones a Max, métele 3 también a Lewis. O 5 y 3 si crees que es más culpa de otro… A mi me ha parecido que los dos tienen algo de culpa, no creéis?
— Dani Juncadella (@dani_juncadella) September 12, 2021
De hecho, se ve en el volante de Hamilton como en un momento, antes de cerrar la curva, duda si abrirse, dejar pasar a Verstappen y atacarle en la siguiente recta. Con neumáticos más nuevos y más blandos, y con un motor más potente, era lógico pensar que Hamilton hubiese podido pasar, aunque Verstappen habría sido tremendamente agresivo.
Todo esto son argumentos para dirimir quién debería ser sancionado. ¿El que no dejó espacio o el que no quiso evitar el accidente? ¿Los dos? ¿Ninguno? Hubiese sido el planteamiento lógico de la FIA, que finalmente ha decidido meterle tres posiciones de parrilla a Verstappen en el Gran Premio de Rusia.
Sería una sanción respetable de no ser porque los planes de Red Bull son los de cambiar el motor Honda de Verstappen en Sochi, montar la cuarta unidad y salir desde el fondo de la parrilla. Algo que probablemente también tenga que hacer Hamilton en algún momento de la temporada. Es decir, que han impuesto una 'no sanción' y patadón para delante. Pura FIA.
Lo peor es que esto solo sirve para que haya más gente que se crea con derecho a una venganza. Probablemente fue eso lo que impulsó a Verstappen a no evitar el accidente en Monza. Al fin y al cabo, a él le mandaron al hospital en Silverstone y Hamilton celebró aquella victoria tras una sanción irrisoria. Quizá incluso aún se crea en derecho a más venganza.
Al fin y al cabo, Verstappen tenía el mundial en el bolsillo antes de que Hamilton y Valtteri Bottas se lo llevasen por delante en Silverstone y Hungría. Sí, en Monza ha habido choque, pero sin reparto de puntos. ¿Se creerá Hamilton ahora también con derecho a una venganza? El mundial de Fórmula 1 se va a enfangar demasiado, y una bandera negra a tiempo lo habría evitado.
Por cierto, que la FIA sigue sin ni siquiera valorar la retirada de las bananas que provocan que los coches salten sin control. Si ayer el Red Bull de Verstappen aterrizó sobre el casco de Hamilton fue porque la FIA coloca en un tiempo un badén que hace que los monoplazas salgan disparados. Todo muy seguro, y no es la primera vez.
"En el fútbol lo llaman una falta táctica", dijo Toto Wolff, el jefe del equipo Mercedes, sobre el accidente. Sí, como las de Silverstone y Hungría. Pero al árbitro ya se le ha ido el partido de las manos y no tiene la conciencia lo suficientemente limpia como para expulsar a un jugador por muy burra que sea la barbaridad que cometa.
Norris, Pérez y Stroll salieron beneficiados por la lotería de la FIA
La prueba de que a la FIA se le ha ido el campeonato de las manos es que no solo en la batalla por el título cuecen habas. En Monza volvimos a ver un recital de despropósitos por parte de Michael Masi, empezando por cómo le quitaron el podio a Charles Leclerc con Ferrari en Monza. Después del coche de seguridad estaba segundo, pero le hicieron de todo.
¡ESTO ES HISTÓRICO! ¡ESTO ES INCREÍBLE!
— DAZN España (@DAZN_ES) September 12, 2021
Hamilton y Verstappen KO. Los dos luchando al límite. Los dos sin ceder. Los dos a la grava.#ItaliaDAZNF1 🇮🇹 pic.twitter.com/793MVlFZiI
En el relanzamiento del coche de seguridad Lando Norris aprovechó el exterior de la curva Parabólica para coger más velocidad punta y pasar a Leclerc en plena recta. Como aún no había excedido el número de oportunidades de ganar ventaja saliéndose de la pista, la FIA permitió que Norris mantuviese ese adelantamiento.
Después Sergio Pérez directamente se saltó una curva para adelantar a Leclerc. Lo lógico sería que devolviese la posición, pero no. La FIA decidió meterle cinco segundos de sanción. Como si a un Red Bull no le costase más adelantar a un Ferrari que meterle después cinco segundos de ventaja. Por suerte, y por justicia, al menos Pérez no lo consiguió.
Esta ya viene siendo una práctica habitual en la FIA. Pasó precisamente con Pérez y Leclerc en el Red Bull Ring, y otra vez el mexicano salió muy beneficiado. Hamilton o Verstappen podía haber tomado nota al principio de la carrera y pasar a Norris y Ricciardo saltándose una curva. No les hubiese costado mucho meterles cinco segundos después.
Otro que tuvo para dar y tomar en Monza fue Lance Stroll, que primero sacó de pista a su compañero de equipo, Sebastian Vettel, y después no respetó las banderas amarillas. Siguió acelerando, pero eso no fue suficiente para que la FIA le sancionase. Fernando Alonso se quejaba incrédulo en su Instagram de otra decisión incomprensible.
La aleatoriedad de decisiones de la FIA hacen que ya no haya a qué atenerse. Esteban Ocon fue sancionado por un cerrojazo a Vettel que cuando se lo hizo Leclerc a Hamilton en 2019, luchando por la victoria, salió impune. La FIA insiste en que no castiga las consecuencias, solo los actos, pero cada vez hay más sensación de que simplemente esquivan charcos sin mojarse.
Los datos de Masi respecto a Whiting corroboran la aleatoriedad
Hay un dato que refleja perfectamente cómo ha cambiado la Fórmula 1 desde que Charlie Whiting falleció antes del primer Gran Premio de 2019, cuando Michael Masi ocupó su lugar. En los cinco años previos de era híbrida solo ganaron tres equipos, en los dos años y medio posteriores ya lo han hecho siete diferentes.
Y no es que ahora haya más equipo competitivos que antes. Al revés. Antes había tres y ahora Ferrari se ha caído de esa terna. Pero las carreras son más aleatorias, y eso permite que ganen Esteban Ocon con el Alpine, Pierre Gasly con el Alpha Tauri, Sergio Pérez con el Racing Point o Daniel Ricciardo con el McLaren.
Se permite el juego sucio y abundan las banderas rojas y los coches de seguridad. Carreras cortas siempre producen más aleatoriedad. Si el Gran Premio de Europa de 2007 hubiese durado cinco vueltas habría ganado Markus Winkelhock, pero duró 60 y ganó Fernando Alonso. Un equipo de barrio tiene más opciones de ganarle al Real Madrid en un partido a un minuto que a 90. Es pura lógica. El azar tiene más efecto.
En los cinco años en los que Charlie Whiting dirigió la era híbrida de la Fórmula 1 solo siete equipos se subieron al podio. En la media temporada que llevamos de 2021 ya lo han hecho ocho diferentes. Solo faltan Alfa Romeo y Haas. A ver cómo se las apaña Masi para subirlos. La variedad es buena, pero en la Fórmula 1 actual no hay ese nivel de competencia, solo aleatoriedad.
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