Soy padre primerizo, y buscando coche he aprendido que no necesitas tanto espacio como tu pareja cree
Dicen por ahí que la compra de un coche es, después de la de una casa, la adquisición más importante que una persona acomete a lo largo de su vida. En ocasiones compramos un coche nuevo porque nos apetece renovarlo, pero en otras ocasiones lo hacemos por necesidad. Esta última situación se da cuando llega el momento de ampliar la familia, se acerca el nacimiento del primer hijo y te das cuenta de que, ahora sí, necesitas un coche distinto.
Yo mismo me he encontrado en esta situación recientemente y tras algunos debates en materia automovilística, estos creo que son los puntos clave a la hora de elegir el coche que mejor se adapta a tu nuevo status de padre primerizo.
¿Realmente necesitas un coche?
Si no tenías coche hasta ahora y ha surgido la necesidad de comprarlo ahora que llega un niño, piénsalo bien. Mucha gente se mueve en transporte público con los pequeños, algo razonable en núcleos urbanos con buenas comunicaciones de tren, metro o autobuses, pero impensable en otro tipo de ciudades con carencias en esta materia.
En determinadas ciudades como Madrid o Barcelona, tener un coche en propiedad se está empezando a convertir en un problema más que en un beneficio, y eso es algo que debes valorar. No seré yo quien te anime a no comprar un coche, creo que la libertad personal que aporta tener un medio de transporte propio es innegable, pero hay que valorar si realmente necesitas un coche. Si ya lo has decidido y sí necesitas un coche, sigue leyendo.
Define prioridades y analiza el tipo de uso que le vas a dar al coche
Lo primero que debes hacer, es analizar el tipo de uso que le vas a dar a tu coche ahora que eres padre. Puede que esta sea la primera vez que tienes un coche en propiedad, y por tanto te enfrentarás a un mundo nuevo en el que deberás tener en cuenta múltiples factores, siendo uno de los más importantes los costes que suponen tener un coche propio en cuanto a cuotas mensuales, seguro, plaza de aparcamiento, mantenimiento, etc.
Si ya tenías coche, tal vez vayas a darle exactamente el mismo uso que venías dándole hasta ahora o tal vez cambie drásticamente al tener que añadir viajes en familia, labores como ir a llevar o a recoger al pequeño a la guardería, visitas inevitables al médico, etc.
Lo primero que debe hacer uno, es planificar el tipo de uso que va a hacer del vehículo, para así comenzar a acotar las necesidades y definir si es necesario buscar un nuevo coche. Repartir las labores entre la pareja, estableciendo quién se encargará cada día de llevar y recoger al pequeño al colegio o a la guardería podría ser un primer paso que ayudará mucho en este sentido.
Puedes encontrarte con que una vez definidos estos puntos, vayas a darle a tu coche el mismo uso que venías dándole hasta ahora, y por tanto no sea necesario un cambio. Tal vez el cambio necesario sea el del coche de tu pareja.
Piensa a largo plazo
Cuando nace un hijo, es muy habitual que la gente te diga cosas como "Disfrútalo ahora que es bebé, porque crecen rapidísimo". Efectivamente, los niños crecen muy rápido y eso debes tenerlo en cuenta a la hora de buscar un coche que se ajuste a tus necesidades.
No debes pensar solo en cuál es tu necesidad actual, sino en cuáles van a ser tus necesidades en un espectro de tiempo más amplio, de varios años incluso. Deberás pensar en el coche más polivalente, el que se adapte a lo que necesitas ahora que tu hijo es un recién nacido, y que al mismo tiempo te siga sirviendo cuando tenga cinco o seis años y tengas que llevarlo a actividades extra escolares.
España cuenta con un parque automovilístico de los más anticuados de Europa, nuestros coches superan de media los 14 años de vida, y eso es un claro indicador de que la compra de un coche no se debe hacer solo pensando en el hoy, sino pensando más bien en el mañana, el pasado y más allá.
No necesitas tanto espacio como tu pareja cree
El factor espacio se convertirá inevitablemente en uno de los principales factores de compra. Con tu primer hijo, te sorprenderás de cuántas cosas puedes llegar a meter en un coche, y te aseguro que cuanto más espacio tengas, más bultos aparecerán para cargar el coche. Lo dice uno que ha puesto al límite la capacidad de carga de coches que parecen infinitos, como el Audi Q7 3.0 TDI 'Ultra'.
En realidad, el espacio que necesitas es el básico para meter el carrito del peque, su maleta con pañales, biberones y demás artilugios y el equipaje de los padres. Todo es cuestión de optimizar lo que realmente necesitamos, igual que cuando vas a planificar un viaje con vuelo en Ryanair.
Si tienes un coche urbano, es posible que el maletero no sea lo suficientemente grande como para meter el carro y el capacho. Me ha pasado con varios coches, como el Smart forfour electric drive, que el maletero se queda excesivamente justo, obligando a desmontar la bandeja y hacer el tetris para meter simplemente el carro y el capacho. Si quisieses meter algo más de equipaje, sería imposible. Sí, te toca cambiar de coche y seguramente de segmento.
Últimamente ocurre, especialmente con esta tendencia que ha hecho que todo el mundo quiera un SUV, que mucha gente justifica la compra de un coche muy grande "porque tengo un hijo". En realidad, conducir un coche más grande del que realmente necesitas es completamente ineficiente tanto en términos de espacio como de pura eficiencia de uso.
Nadie necesita una berlina grande familiar o un SUV grande por tener un hijo, pero es lógico pensar que sí lo necesitas. Nos ha pasado a todos en los primeros viajes con el nuevo miembro de la familia, pero luego te das cuenta de que todo es cuestión de optimizar el equipaje. Todos podemos sobrevivir con menos de lo que imaginamos.
La practicidad debe analizarse en detalle
Una vez que definas el tipo de coche que necesitas, atento a los detalles. No servirá de nada un SUV con carrocería tres puertas si necesitas meter en las plazas posteriores una silla infantil. De igual forma, durante los primeros meses no servirá de nada un coupé medio en el que la silla quepa por espacio en los asientos posteriores y el maletero sea suficientemente amplio, ya que durante esos primeros meses la silla tiene que ir en el sentido opuesto a la marcha y por tanto sería imposible poner al pequeño en su sitio.
También es importante prestar atención a otros aspectos, como el tamaño de las puertas y sus ángulos de apertura. No basta con que tenga puertas atrás, estas deben ser lo suficientemente amplias como para meter la silla, manipularla y asegurarte que puedes poner correctamente los sistemas de retención.
La superficie acristalada del vehículo, tanto en ventanillas como un posible techo panorámico, son elementos a tener en cuenta. En mi caso, el pequeño se entretiene mucho viendo todo lo que pasa a través de los cristales y además la luz que aportan las superficies grandes acristaladas, es muy de agradecer cuando tienes que vigilarle.
Otros aspectos como si el coche debe llevar tapicería de tela o de piel, debe tenerse en cuenta igualmente. Es bastante habitual que con un niño, el coche se ensucie más de lo normal, y no solo por el propio uso diario, sino también por imprevistos como vómitos. Sí, estas cosas pasan en cualquier momento y lo mejor será tener un coche con una tapicería fácil de limpiar si no quieres que la experiencia se convierta en un auténtico drama.
Con todo esto, espero haberte dado algunos consejos útiles a la hora de definir si realmente necesitas un coche y, si lo necesitas, haberte ayudado a afinar un poco más los criterios que debes tener en cuenta a la hora de decidir qué coche comprar. Mi último consejo es que difrutes de este momento mágico que llega y que no dejes de disfrutar conduciendo. Muchos de los momentos inolvidables entre los padres y sus hijos ocurren en montados en coches.