Exprimimos a fondo el Toyota AYGO x-wave para contarte qué tal va

El mercado actual ofrece modelos de todos los tipos y tamaños, con cambio manual, automático o del tipo pilotado. También hay motores para elegir entre gasolina, diésel, híbridos, eléctricos, ¡y hasta por pila de hidrógeno! Encontrar un coche que se adapte a nuestras necesidades es muy sencillo.

Con una cantidad de opciones tan elevada, es cierto que decantarse por uno en concreto se hace al mismo tiempo un poco complicado. Sobre todo si te gustan los coches como a nosotros. Pero donde más posibilidades hay para elegir y más difícil se vuelve la elección, es en el segmento A, el de los pequeños urbanos.

Dicho segmento es uno de los que más han crecido en los últimos años. Los fabricantes se han puesto las pilas creando modelos muy interesantes, que gracias a sus posibilidades de personalización, hacen que la elección sea todavía más ardua

Para facilitar un poco las cosas hemos pasado unos días con uno de esos modelos del segmento A, el Toyota AYGO con acabado x-wave. Un coche del que podemos ir adelantando que sorprende por su agilidad y facilidad de uso, siendo el centro de atención en algunas ocasiones por su llamativa imagen.

Diseño llamativo y deportivo que le hace destacar

Como íbamos diciendo, el segmento de los pequeños urbanos ofrece muchas opciones a elegir, por tanto, se hace necesario distinguirse, llamar la atención desde el primer momento. El Toyota AYGO lo consigue, más aún si lo miras de frente con esa X cruzada en contraste con el resto de la carrocería.

Pero al parecer conseguir la inspiración para lograr un diseño así no fue algo sencillo. El responsable, un ingeniero japonés llamado David Terai, estuvo viajando por Europa durante un año para tomar ideas y trató de combinar el reconocido diseño japonés, con detalles europeos. El resultado puedes verlo en las imágenes, deportivo y atractivo, aunque es mucho más llamativo en vivo y en directo.

El habitáculo por su parte es algo más sencillo, buscando principalmente ser práctico y cómodo. Podemos asegurar que se ha logrado el objetivo, pero además, el bonito volante tapizado en cuero, la pantalla central de manejo táctil (control de radio, teléfono y visión de la cámara trasera) y el llamativo tacómetro digital situado a la izquierda del velocímetro, protagonista de las instrumentación por su tamaño, logran rematar un interior muy juvenil.

La unidad que nos dejó Toyota contaba con un salpicadero con aplicaciones en rojo, el mismo tono de la carrocería, con el centro de la consola y las salidas de aireación en negro piano. Detalles que permiten elegir otras combinaciones mediante el catálogo de personalización del que hace gala el Toyota AYGO.

La ciudad es su hábitat natural, pero no se amedrenta entre curvas

Toyota sólo ofrece un motor para toda la gama AYGO, incluido el acabado x-wave. Se trata de un tres cilindros de gasolina VVT-i y 1.000 centímetros cúbicos, que rinde 69 CV y 95 Nm de par. Cifras más que suficientes para acelerar de 0 a 100 km/h en 14,2 segundos y alcanzar los 160 km/h, logrando unos consumos homologados de 4,1 litros cada 100 km de media. Nosotros no bajamos en ningún momento de los 6 litros durante la prueba, pero sigue siendo muy bajo para el uso que le dimos.

Siendo un modelo eminentemente urbano, la mayor parte del tiempo estuvimos haciendo los típicos recorridos cotidianos como ir a comprar, es decir, por poblado. Aquí, el Toyota AYGO x-wave está en su salsa. Es un modelo ágil, muy ágil. Gira en un palmo, puedes aparcar casi en cualquier sitio ayudado siempre por su cámara trasera y entra en cualquier callejuela sin problemas de ninguna clase. Además, el motor apenas suena si no lo subes en exceso de vueltas y responde bastante rápido permitiendo moverse con mucha soltura.

En nuestro caso era más fácil ya que teníamos a disposición el cambio automático x-shift. No es un automático al uso, sino uno de tipo pilotado que también incluía mandos en el volante. En modo automático funciona bien, cambiando cuando debe sin dejar el motor bajo de revoluciones innecesariamente, pero como mejor trabaja es cambiando de forma secuencial.

Cuando eres tú quien cambia de marcha da la impresión de ser otro coche. Todo es más divertido y no importa usar el Toyota AYGO para cualquier cosa. De todas formas, para que los cambios de marcha sean especialmente suaves, es mejor levantar el pie del acelerador al accionar la leva (o la palanca de cambios) y volver a pisar después. Como haríamos al usar un manual, pero sin tener que pisar un embrague. Usando el cambio así, el AYGO ofrece un comportamiento muy suave y cómodo, sin tirones, sin apenas ruido.

Donde también se disfruta y mucho conduciendo el AYGO usando las levas, es en carretera. En las vías rápidas puede mantener ritmos no confesables con relativa facilidad, pero es en carreteras con curvas donde se muestran muy divertido y ‘juguetón’, cuanto más retorcida mejor. Llega a ser bastante adictivo, sobre todo con el techo de lona que equipa el x-wave de serie, plegado completamente.

Es un coche pequeño, pero el equipamiento es grande

Para no salir escaldado de un segmento tan competido como el de los urbanos, es necesario algo más que diseño y buen comportamiento. Hablamos evidentemente del equipamiento, un apartado que la unidad probada, un Toyota AYGO x-wave, el más alto de la gama, cumple con nota.

La lista es larga, pero podemos destacar cosas como el asistente de arranque en pendientes, indicador de presión de neumáticos, luces diurnas LED, sistema multimedia con varias posibilidades de conectividad y pantalla táctil de siete pulgadas, limitador de velocidad, climatizador automático o el techo plegable de lona, de serie con este acabado.

Nuestra unidad del Toyota AYGO, tan cual nos la prestó la marca, tenía un precio de 14.325 euros. Pero en dicha cantidad va sumado el coste del color de la carrocería denominado ‘x-rojo’ y que cuesta 175 euros, el navegador ‘x-nav’ de 350 euros y el cambio pilotado ‘x-shift’ de 550 euros.