El Prius es actualmente el buque insignia de Toyota, su modelo de representación. Tras el relevo generacional, que ya os hemos presentado y os hemos contado nuestras impresiones de conducción, abandona su anterior imagen para convertirse en un coche más exclusivo. Además, Toyota lo comercializa con todo, es decir, no hay diferentes niveles de acabado, solo uno, y con un equipamiento muy completo.
Con la segunda generación del Prius este modelo revolucionario se expandió por todo el mundo
El Toyota Prius aterrizaba en el mercado asiático a finales del pasado siglo, en 1997, con su primera generación. No sería hasta la segunda generación, ya en el nuevo milenio, cuando se expandiese por el resto del mundo y todos conociéramos de primera mano a este revolucionario en materia de tecnología y eficiencia.
En este artículo queremos mostrar los principales cambios que ha sufrido en el salto generacional. Pero no lo vamos a hacer de una forma tradicional, sino con multitud de imágenes y todo lujo de detalles comparando punto por punto la actual versión con la saliente. ¿Nos acompañas? Toma asiento.
Frontal = dinamismo
Empezamos este análisis visual por el frontal, como no podría ser de otra manera. En un rápido vistazo nos damos cuenta del gran cambio que aquí han llevado a cabo los diseñadores de la marca en el Toyota Prius.
A nivel general, Toyota ha dejado el “morro” a una altura inferior y ha cambiado las formas rectangulares del paragolpes por otras triangulares.
Las entradas de aire siguen siendo muy finas y disimuladas, mientras que el logo de Toyota recibe una tonalidad azul (que en el lanzamiento de la tercera generación no tenía) y se encuentra a una altura mucho más baja, más cerca del suelo que nunca.
Unos faros delanteros mucho más dinámicos
Sin embargo, lo más llamativo y donde más se centrarán nuestros ojos es en los suyos, en los faros. Cambian completamente buscando un estilo más dinámico, tecnológico y exclusivo. Sí todo a la vez.
Además cuentan con iluminación LED, algo muy de agradecer en conducción nocturna. No podemos pasar por alto el apéndice inferior que han dejado para los intermitentes, reubicándolos en el faro principal.
Las luces de antinieblas también cambian las formas rectangulares de la anterior generación en favor de una forma triangular que se integra con las luces diurnas y el nuevo parachoques frontal.
Su silueta, todo en pro de la aerodinámica
Cambiamos de vista y nos vamos al lateral. Pese a tener muchas similitudes, la silueta también ha sido rediseñada para mejorar, aún más, la aerodinámica.
En esta perspectiva también se aprecia como en Toyota han buscado la máxima eficiencia y la mínima resistencia al aire. Junto con la ya citada menor altura del frontal, observamos como la silueta es ahora más suave desde el comienzo hasta la caída del portón trasero.
También podemos apreciar los cambios que otorgan los nuevos faros más afilados y que discurren por la primera parte del lateral, el techo de tipo “flotante” al pintar en negro brillante parte del pilar C, la nueva antena tipo “aleta de tiburón”, los nervios más marcados en puertas y aletas, llantas de nuevo diseño, el mayor volumen del paragolpes trasero y su mayor voladizo, además de empezar a ver los estilísticos pilotos traseros que veremos en profundidad un poco más abajo.
Una zaga más musculosa que nunca
Pasamos a la zaga del Toyota Prius. Si en el frontal había experimentado grandes cambios, en la parte trasera no ha sido menos. Igual que delante, aquí presenta una imagen más tecnológica, exclusiva y dinámica, siendo fácilmente reconocible como un Toyota Prius y casi imposible de confundir con algún modelo de otra marca.
Los elementos que más ha mantenido estéticamente Toyota en este salto generacional han sido el doble acristalamiento y el alerón que los divide, y el limpiaparabrisas trasero. Todo lo demás ha recibido unos cambios brutales.
El paragolpes ahora es mucho más voluminoso y presenta unos trazos de diseño con mayor agresividad y personalidad. También cuenta con la parte inferior en plástico negro a modo de difusor. Al mismo tiempo, apreciamos como el portón del maletero cambia su bajada vertical y ahora cuenta con algo de inclinación hacia el interior en su contorno, sin olvidarnos del hueco reservado para la matrícula que está mucho más marcado. El modelo híbrido por excelencia consigue mucho músculo. Igual que en el frontal, la insignia de Toyota cuenta con un fondo azul.
Sus pilotos traseros son un auténtico ejercicio de diseño
Pero si algo hay que destacar por encima de todo son los pilotos de luces. Ahora son mucho más estilísticos y se nota que los diseñadores han invertido un buen número de horas en ellos. Pasan a ser mucho más finos y con una forma bastante más conseguida. La línea roja de su interior (la que parece un rayo) es la iluminación de posición, que permitirá reconocer a este modelo desde cientos de metros durante la noche.
El salpicadero emana tecnología a raudales
Aunque tal vez nos fijemos más en el exterior de los coches, donde pasamos más tiempo es en el interior, así que si no le prestamos mucha atención a la hora de elegir un modelo u otro es posible que cuando llevemos un tiempo con nuestro coche nos cansemos de él.
Nuevamente, Toyota ha invertido tiempo y dinero en el diseño del nuevo Prius, especialmente en la parte del salpicadero y alrededores, consiguiendo una imagen distintiva, muy moderna y peculiar.
Como vemos en la imagen todo cambia de un coche a otro.
La doble pantalla TFT del salpicadero gana tamaño y calidad además de colorido, ya que antes era monocromática. El volante mejora su aspecto y su posición es más vertical. La zona de la consola central da un salto muy importante con la pantalla táctil y la simplificación de botonería, manejando la mayoría de sistemas del coche a través de ella. La palanca del cambio se ha visto reubicada y la guantera doble del anterior Prius se ve simplificada en una sola pero de gran tamaño. La calidad general se ha visto mejorada.
Las plazas traseras, si algo funciona no merece la pena cambiarlo
Pocos cambios de importancia encontramos en las plazas traseras. Tal vez sea la parte del coche con los cambios menos llamativos. Las variaciones vienen, sobre todo, dadas por los nuevos tapizados de los asientos y de las puertas respecto al anterior modelo.
Mejor distribución del maletero y más litros de carga
Una vez visto el habitáculo, llega la hora de abrir el maletero de las dos generaciones. Como se ve en ambas imágenes, el nuevo Prius consigue unas formas más cúbicas que la generación a la que reemplaza. Esto garantiza un mayor espacio de carga útil a la hora de introducir maletas y otros objetos voluminosos, al tener más espacio aprovechable.
A nivel de capacidad, el actual mejora en 60 litros al anterior, llegando, por tanto, hasta los 502 litros.