Mustang vs Camaro vs Challenger: la eterna pelea de los pony cars, más viva que nunca
Justo en el momento en el que el precio del combustible está por las nubes y las normativas de emisiones han comenzado a nublar el futuro de los deportivos yanquis con enormes motores V8, Ford y Chevrolet deciden escribir un nuevo capítulo en la historia de los pony cars y, desde su trinchera, Dodge intenta mantenerse a flote con el Challenger.
Cuando se vive al otro lado del Atlántico, es imposible hablar sólo del Ford Mustang (que por cierto, acabamos de probar en Europa), del Chevrolet Camaro o del Dodge Challenger; los tres han sido rivales desde tiempos ancestrales, por lo que es muy complicado hablar de uno sin que los otros dos aparezcan "por casualidad" en la conversación.
Ahora que el Ford Mustang está listo para relinchar por Europa, que el Chevrolet Camaro estrena argumentos y que el Dodge Challenger va por aquí y por allá con nuevas ediciones especiales, es justo y necesario poner sobre la mesa las capacidades de los tres pony cars y esperar a que arda Troya en el debate para encontrar al mejor deportivo americano.
Ford Mustang, en el cambio está la evolución
Sin irnos muy lejos, ¿hace diez años era posible pensar en un Ford Mustang diseñado para venderse en América y en Europa, con mecánica turbo y suspensión trasera independiente? Ahora parece fácil, pero Ford ha tenido que luchar contra las críticas de los más puristas con el fin de aumentar su volumen de ventas y, de cierta forma, sacarle partido a lo que le ha costado desarrollar el Ford Mustang.
Bajo el capó, el pony car de Ford puede llevar dos motores: un V8 de 5.0 litros que genera 421 CV; o bien, un cuatro cilindros de 2.3 litros EcoBoost de 317 CV (el propulsor V6 se queda en América, ya que no llegará a Europa). El paso de los años nos ha enseñado que potencia bruta no sirve si el chasis no lo soporta o si hay que arrastrar muchos kilos de más.
A decir verdad, el Ford Mustang no es un coche del todo ligero: el Mustang EcoBoost pesa 1.655 kg; el V8, 1.720 kg. Así, la relación peso-potencia es de 5,22 kg/CV y 4,08 kg/CV respectivamente. De acuerdo con la marca, el Ford Mustang GT —con motor V8— entrega su máximo par (542 Nm) a las 4.250 rpm; el EcoBoost desarrolla su máximo par (433 Nm) desde las 3.000 rpm.
¿Qué hace el Ford Mustang en favor de un comportamiento deportivo? Equipa eje trasero multibrazo, cuenta con diferentes modos de conducción que incluso modifican el funcionamiento del control de estabilidad, en todas sus versiones puede pedirse con cambio manual o automático —ambos de seis velocidades— y, en el caso de los modelos con cambio manual y motor V8, puede llevar launch control.
Chevrolet Camaro, es difícil quedarse atrás
No es coincidencia que el Camaro siga algunos de los pasos del Ford Mustang, como resucitar bajo un concepto de diseño retro u ofrecer tres opciones de motor, incluyendo uno de cuatro cilindros turboalimentado. No hay que dejarle ni un área de oportunidad al adversario. Por eso, esta nueva generación corrige algunas flaquezas... mejor dicho, gorduras, de la generación pasada.
Respecto a su antecesor, el Chevrolet Camaro ha sido capaz de reducir 100 kg su peso total, lo que sumado al aumento de la rigidez estructural le ayudará para ganar agilidad en curvas, aunque hay quienes dicen que los muscle-cars fueron diseñados para ir en línea recta y ganar el cuarto de milla.
La sexta generación del Chevrolet Camaro se ofrece con un motor V8 de 6.2 litros heredado del Corvette Stingray que desarrolla 461 CV y 617 Nm de par. También está el cuatro cilindros de 2.0 litros turbo de 279 CV y 400 Nm que son entregadas casi en su totalidad desde las 2.100 rpm, y llegan a su pico en las 3.000 rpm. Al igual que en el Mustang, existe una variante V6 que seguramente no llegará a Europa —en caso de que el Camaro lo haga, claro está.
Teniendo en cuenta su reducción de peso y las cifras oficiales de potencia, podemos estimar que su relación peso-potencia será de 3,62 kg/CV para el Camaro SS con motor V8, y de 5,82 kg/CV para el modelo con motor turbo. De cara a un buen comportamiento, el Camaro cuenta con suspensión trasera independiente de cinco brazos, frenos Brembo y amortiguación magnética que se adapta a las condiciones del asfalto.
Dodge Challenger, ¿tú qué tal estás?
Ford Mustang y Chevrolet Camaro han estrenado generación, pero Dodge no parece tener intenciones de renovar su pony car a corto plazo, menos ahora que es víctima del éxito de las versiones Hellcat de Challenger y de Charger. De cualquier forma, lejos de Europa, este coupé a-lo-yanqui continuará buscando su lugar en el mercado de los deportivos americanos.
La oferta del Dodge Challenger si limita a dos motores, un V6 de la familia Pentastar que desarrolla 305 CV, o un V8 HEMI de 5.7 litros capaz de entregar 375 CV. Puede llevarse tanto con cambio manual de seis velocidades como con uno automático de ocho. En materia de desempeño, el Challenger se coloca como el más pesado del trío, con un peso de 1.739 kg para el modelo con motor V6, y 1,851 kg para el V8. Así, su relación peso potencia es de 5,7 kg/CV y 4,93 kg/CV respectivamente.
¿Cuál es el mejor pony-car?
Chevrolet Camaro | Ford Mustang | Dodge Challenger | |
---|---|---|---|
Cambio manual | 6 velocidades | 6 velocidades | 6 velocidades |
Cambio automático | 8 velocidades | 6 velocidades | 8 velocidades |
Motor V8 | 461 CV 617 Nm | 421 CV 542 Nm | 375 CV 555 Nm |
Motor V6 | 340 CV 385 Nm | 300 CV 379 Nm | 305 CV 363 Nm |
Motor L4 turbo | 279 CV 400 Nm | 317 CV 433 Nm | N.D. |
Peso | 1.670 kg (est.) | 1.720 kg | 1.851 kg |
Peso-potencia | V8: 3,62 kg/CV L4: 5,82 kg/CV | V8: 4,08 kg/CV L4: 5,22 kg/CV | V8: 4,93 kg/CV V6: 4,70 kg/CV |
0-60 mph | V8: N.D. L4: < 6 s | V8: 4,8 s L4: 5,8 s | V8: 5,1 s V6: 6,3 s |
Longitud | 4.784 mm | 4.782 mm | 5.021 mm |
Aquí, con datos fríos en mano, tanto Mustang como Camaro están en posiciones muy cercanas tanto de peso como de potencia, así que la victoria será para aquel motor con la mejor curva de par y la transmisión que mejor lo aproveche, que aquí el Camaro parece llevar la delantera con un cambio automático de ocho velocidades, pero se queda un paso atrás del Mustang en sus versiones turbo, tanto en potencia como en entrega de par.
No es posible anunciar un ganador; las principales diferencias —y ventajas— saldrán poniéndolos a competir cara a cara en un circuito. Hablar de pony cars es como hablar de un equipo de fútbol, uno simplemente no está con el que gana. Es difícil que aquel que tiene en mente un Ford Mustang se vaya por un Chevrolet Camaro sólo porque tiene una mejor relación peso potencia, o que un enamoradizo del Challenger le sea infiel por el mero hecho de que sus rivales sean más modernos.
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