El Fisker Karma cuenta con un pack de baterías de la empresa A123, que suministra a otros fabricantes. Recientemente se comentó la posibilidad de que sus baterías podrían dar problemas, y finalmente la compañía lo ha admitido. Sin embargo, es una mayúscula chorrada.
Resulta que las baterías están refrigeradas por líquido, y que algunas grapas de los manguitos no estaban correctamente colocadas. Eso podía dar lugar a que algún manguito se soltara y tirase líquido, lo que sería sinónimo de problemas. La solución es tan fácil como recolocar dichas grapas.
Solo 50 coches precisan este ajuste, y no ha habido ningún agraviado por este problema. Le ha pasado a Fisker como le podría haber pasado a cualquiera. Es de suponer que el problema será solucionado en las unidades que se fabriquen en lo sucesivo. Aquí no ha pasado nada, podemos estar tranquilos.
Fuente | Business Week