Desde que se destapase el escándalo de las emisiones del grupo VAG, mucho se ha hablado y escrito sobre si otros fabricantes han utilizado técnicas similares de fraude para esconder las emisiones reales de sus vehículos. En ese sentido, Fiat Chrysler ha sido una de las compañías más sospechosas, pese a no haberse reconocido de forma oficial demasiado.
Ahora bien, estos días podemos afirmar que existen motivos de peso para pensar (pero no asegurar) que el grupo FCA haya utilizado un sistema similar al de los modelos de Volskwagen para burlarse de las autoridades (y de sus conductores). No lo decimos nosotros, sino la justicia estadounidense, que estos días está estrechando el cerco a la compañía. Visto lo visto, no son de extrañar las palabras del CEO de FCA, Sergio Marchionne hace un mes:
Puede que hayamos cometido algunos errores, pero nunca intentamos saltarnos ninguna norma.
Marchionne no se refería a otra cosa que a las investigaciones que ha vivido la compañía con respecto a los software de gestión de sus motorizaciones diésel. Puede que no sea casualidad apenas un mes después se hayan conocido esas acciones legales que prepara los fiscales de EEUU contra Fiat Chrysler.
Ahora bien, conviene ser cautelosos a la hora de interpretar esta información, pues proviene de una filtración de dos fuentes internas de la misma fiscalía que no han querido revelar sus identidades para no quebrantar la confidencialidad del asunto.
Esto no otorga menos importancia a las sospechas, ya que uno de los usos más conocidos de este filtraciones es la de presionar a la otra parte en mitad de una negociación. Es decir, que entendemos que FCA quiera llegar a un acuerdo antes de que las propias autoridades de Estados Unidos lleguen a demandar.
Fuera del circuito legal, la acusación se basaría en unas 104.000 unidades del Jeep Grand Cherokee con sistemas auxiliares de gestión de emisiones cuya utilidad no ha sido explicada por Fiat Chrysler.
Y mientras tanto, en Europa...
Fiat Chrysler tampoco se está librando de ser acusado en Europa de fraude. Eso sí, la situación burocrática es mucho más enrevesada que en Estados Unidos, algo que favorece sin duda a la compañía.
Tras la acusación de las autoridades alemanas, ha sido el propio gobierno italiano el que ha salido en defensa de FCA. Elevado a una escala europea, la Comisión Europea está amenazando a Italia con sanciones por los mismos motivos, después de haber dejado claro hace unos meses que la Unión Europea iba a tratar de luchar contra este tipo de fraudes.
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