Hablar de recarga inalámbrica y dinámica puede que suene a un futuro más bien lejano y, para muchos, hasta utópico. Es cierto que dentro de la industria muchos fabricantes asumen proyectos de este y otros tipos en el marco de la movilidad alternativa, pero de ahí a que se apliquen de forma real y masiva hay un camino muy largo.
Algo así ha venido ocurriendo con las tecnologías de recarga inalámbrica que algunos fabricantes han desarrollado sin todavía ser válidas como una opción de carga convencional. Pues bien, esta vez es Renault, Qualcomm Technologies y Vedecom los que tratan de convencernos para visualizar una próxima década en la que los vehículos eléctricos cargarán sus baterías gracias a carriles con sistemas de carga inductiva.
Este tipo de tecnología existe y se ha materializado de forma experimental en Corea del Sur o, incluso más cerca, en Málaga. La cuestión es que se convierta en una verdadera solución para el obstáculo de la autonomía de los eléctricos.
En Renault, como no podría ser de otro modo ahora que se han iniciado de forma significativa en su desarrollo, creen que constituirá un impulso clave para la movilidad eléctrica. Se aventuran incluso a señalar que de aquí a 10 años una cobertura del 25% de las carreteras podría servir para sustentar el tráfico urbano y suburbano.
Claro que, cuanto más maravilla una solución así más impedimentos por costes se presentan. Por ejemplo, un estudio de 2015 llevado a cabo por Highways England estimó que el coste actual de equipar un kilómetro de carretera está entre 400.000 y 500.000 euros. Por tanto, queda mucho trabajo por delante para paliar esta dura realidad.
Por otra parte, no conviene perder la esperanza, y por eso en Renault gustaron de demostrar que es posible utilizando a modo de experimento una Renault Kangoo ZE modificada para aceptar el sistema de recarga inductiva de Qualcomm. La furgoneta eléctrica recorrió 100 metros a 100 km/h y durante estos, sus baterías se recargaron a una potencia de 20 kW.
En Motorpasión Futuro | La recarga inalámbrica sobrevive a los nuevos tiempos, pero, ¿se terminará imponiendo?