¿Estoy preparado para comprar un coche eléctrico? Claves para saber si compensa
Hasta no hace muchos años, la duda que teníamos como automovilistas es si comprar un coche gasolina o diésel. Ahora, con los diferentes tipos de motores que coexisten en el mercado (gasolina, híbrido, eléctrico, etc), y las etiquetas medioambientales, que permiten o no entrar en algunas ciudades, la cosa se ha complicado más de lo deseable. Y como la compra de un coche es el segundo mayor desembolso económico que realizan los españoles, después de la vivienda, no es una cuestión mundana como la de escoger qué móvil comprar. Entonces, ¿qué coche me conviene mejor? ¿Me interesa comprar un coche eléctrico?
El coche eléctrico es la apuesta de los gobiernos de muchos países de Europa, que vaticinan o prevén la prohibición de la venta de los coches de gasolina y diésel para dentro de unos 10 años. Así, es legítimo plantearse la pregunta de si comprar o no un coche eléctrico ahora. Como ocurre con cualquier coche, todo dependerá del uso que le demos a nuestro automóvil.
Cuánto valoro el emitir menos CO₂
Aquí no hay discusión posible. Si nuestra motivación primera es la de emitir menos CO₂, el coche eléctrico es el automóvil que debemos escoger. El coche eléctrico también emite CO₂, aunque de forma indirecta, por supuesto.
Desde su fabricación hasta la electricidad que usamos para recargar sus baterías, en función del mix energético de donde recarguemos, el coche eléctrico emite menos CO₂ que cualquier gasolina o diésel en la mayoría de países europeos. En otros, como Polonia o Lituania, es más discutible. En todo caso, en España y en nuestros vecinos, como Francia y Portugal, el mix energético es favorable al uso del coche eléctrico.
Sin punto de carga en casa, no hay coche eléctrico
El primero de los condicionantes es la necesidad de disponer de un punto de carga en casa, ya sea en un garaje individual o en una plaza de parking. No hace falta tener un garaje propio en un casa unifamiliar para eso. Si disponemos de una plaza de parking comunitaria, se puede instalar un punto de carga,diga lo que diga la comunidad de vecinos.
Sin embargo, si el coche va a dormir en la calle, la compra de un eléctrico no es una buena idea. Existen alternativas, por supuesto, pero no es una situación realmente práctica; condicionaría sobremanera la movilidad. Además, para que pueda resultar mínimamente práctico para no estar varias horas con el coche enchufado a un punto de carga público habría que recurrir siempre a puntos de carga semirrápidos o rápidos. Éstos son más caros que hacerlo en casa y además, cargar siempre en carga rápida acelera la degradación de la batería, lo que se traduce en una menor autonomía.
Qué ventajas me aporta frente a un gasolina o diésel
El coche eléctrico tiene ciertas ventajas asociadas a su uso en España, sobre todo en zonas urbanas y sus periferias. Por ejemplo, el acceso libre a zonas de bajas emisiones y a núcleos urbanos en protocolos de contaminación, poder aparcar en zonas de estacionamiento regulado gratis o a precio extremadamente en las plazas de residentes aún sin ser residente del barrio. Otra ventaja es el acceso a carriles de alta ocupación (BUS VAO) si vamos solo en el coche.
Pero no es solo una cuestión de disponer de esas ventajas. La verdadera pregunta es si nos son útiles. Si vamos a ir al centro en coche solo tres o cuatro veces al año, estas ventajas quizá no sean las más determinantes a la hora de comprar un coche eléctrico. Además, un híbrido enchufable con la etiqueta CERO de la DGT goza de las mismas ventajas.
Si por el contrario, nuestro trabajo está en el centro y queremos ir en coche, o para los comerciales, por ejemplo, el eléctrico es una buena solución. Eso sí, cada dos horas habrá que estar pendiente de renovar el tíquet de estacionamiento, ya sea vía una app dedicada desde la oficina o bajando a la calle a estirar las piernas.
¿Cuál es más rentable?
Aquí, no es tanto una cuestión ahorro económico del eléctrico frente a un gasolina. El ahorro en energía es claramente a favor del eléctrico (la electricidad es más barata que la gasolina o el diésel), aunque eso no significa que al final nos salga rentable.
Actualmente, la mayoría de coches eléctricos siguen siendo más caros que sus equivalentes de gasolina, entre 9.000 y 6.000 euros más caros si tomamos como ejemplo el Hyundai Kona Eléctrico de 204 CV (desde 39.650 euros) y el Hyundai Kona 1.6 TGDi (gasolina) 198 CV (desde 30.650 euros). Para amortizar la diferencia de precio de un eléctrico con respecto a un gasolina habrá que recorrer entre 100.000 y 200.000 km con el eléctrico, según la marca y los modelos.
Algunos modelos, sin embargo, son más baratos que el equivalente gasolina en su precio de partida. Por ejemplo, el Volkswagen ID.3 de 150 CV cuesta desde 32.960 euros, mientras que el Volkswagen Golf 1.5 TSIe de 150 CV y cambio DSG cuesta desde 33.345 euros.
Además, en la actualidad, el peso del renting y del leasing es cada vez mayor en el mercado español. Solo el renting representa ya el 21,95 % del total de matriculaciones en España en el primer trimestre de este año, según datos de la AER. Y en estos casos, las diferencias de precio se reducen. Siguiendo con el ejemplo del Hyundai Kona, la diferencia en las cuotas mensuales del leasing entre el gasolina y el eléctricos no llega a los 100 euros de media, reduciendo aún más las diferencias de precio.
Finalmente, la diferencia de precio o de coste entre uno y otro se va reduciendo. Pero seamos sinceros, a la hora de comprar un coche, como particulares no solemos calcular el coste por km del coche, sino más bien si podemos comprarlo o asumir la cuota mensual.
¿Qué uso le doy al coche?
Solo lo uso para los desplazamientos diarios y locales
Cuál es la frecuencia y distancia de los recorridos cotidianos; y cuántos viajes largos en coche realizamos al año. Esa es la verdadera problemática del coche eléctrico para la mayoría de nosotros. Y es cuando entran en la ecuación la autonomía del coche eléctrico y las infraestructuras de carga.
En la mayoría de los coches eléctricos actuales, la autonomía supera los 200 km. Es una autonomía más que suficiente para el día a día o incluso para escapadas de fin de semana no muy lejanas. Según datos del INE, los automovilistas recorren en España una media de 240 km semanales. Es decir, menos de 40 km al día.
El coche eléctrico ha dejado de ser un coche exclusivamente urbano, salvo contadas excepciones, como lo eran hace 10 años. Se puede vivir a 45 km de su trabajo y usar un coche eléctrico todos los días sin necesidad de un punto de carga en el trabajo. En ese caso, sí que el coche eléctrico es una buena opción.
Hago algunos viajes largos al año en coche
Las dificultades surgen cuando se quiere viajar con un coche eléctrico. Aquí, la autonomía es fundamental para intentar compensar la todavía escasa red de puntos de carga de los coches eléctricos.
Hay que tener en cuenta que es en viaje cuando debemos usar la carga rápida, eso es si no queremos tardar varios días en recorrer 1.000 km, por ejemplo. Y además, limitaremos la carga al 80 % de la capacidad de la batería.
Esto se hace tanto por razones técnicas, para no degradar la batería, como por cuestiones prácticas, son los últimos 20 % de carga los que alargan muchísimo el tiempo de carga. Así, en 20 o 30 minutos se obtiene energía para seguir viajando entre 200 y 400 km hasta el siguiente punto, según el modelo de coche.
El problema es que la red en España no es tan extensa como para poder plantearnos un viaje sin pensar antes donde vamos a recargar, qué método de pago o a qué app habrá que suscribirse para poder recargar, pero existen también sistemas que unifican las redes, como Electromaps.
Al final, son toda una serie de condicionantes que con un gasolina o diésel no se dan. Si somos de los que recorremos España o media Europa en coche por vacaciones o por razones profesionales, el eléctrico no es la mejor solución. Es posible hacerlo, sí, pero con muchos condicionantes.
Dicho de otro modo, si usas el coche sobre todo para ir al pueblo o de vacaciones, por ejemplo, y ese destino está a más de 300 km, todavía no es el momento de comprar un coche eléctrico. Las autonomías de los eléctricos se han incrementado notablemente, pero actualmente la infraestructura con puntos de carga no sigue esa evolución. Y es que muchos de esos puntos de carga rápida son de 22 kW o de 50 kW, en el mejor de los casos, cuando los fabricantes equipan los coches para poder cargar con potencias superiores a los 100 kW.
Siempre hay excepciones, por supuesto. En el caso de un eléctrico y si el presupuesto nos lo permite, queda la opción de Tesla. Una de las jugadas maestras de esa marca es la de haber dotado los países donde vende sus coches de una red de recarga rápida y exclusiva. No hay que preocuparse del método de pago ni de si habrá un punto de carga o no, ya que por lo general cubre el 80 % del territorio.
Me conviene o no un coche eléctrico
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coche eléctrico sí |
COCHE ELÉCTRICO no |
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reducir emisiones co2 |
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disponemos de punto de carga en casa |
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uso a menudo en centro de las ciudades |
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uso local (radio de entre 200 y 300 km) |
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uso para viajes largos |
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