Por lo visto no han aprendido la lección del caso Tesla Roadster. Top Gear vuelve a demostrar que es un programa de humor en el que se habla de coches, y no un programa serio y fiel a la realidad sobre automovilismo. Han vuelto a tirar la puyita al coche eléctrico en Lincoln (Nueva Zelanda Reino Unido).
Se ha rodado recientemente un episodio, aún no emitido, en el que Jeremy Clarkson conduce un Nissan Leaf y James May hace lo propio con un Peugeot i0n. Llegaron a la ciudad de Lincoln, al este de la isla, con la intención de recargar, y entonces vinieron los problemas.
Lo intentaron en los enchufes públicos de la marina, pero no estaban a la distancia suficiente de los coches, y no sabían qué es/no tenían un prolongador de cable. El Leaf se acabó quedando sin baterías y tuvo que ser empujado hasta las oficinas de la Universidad de Lincoln para ser recargado.
No es la primera vez que hacen la “gracieta” de quedarse sin energía en un coche eléctrico, al menos, esta vez parece que es de verdad, y que no es otra farsa como ya quedó patente en el episodio del Tesla Roadster (que llevó a Tesla a demandar a la BBC, titular del programa). Y es más mediático quedarse tirado rodeado de cientos de chavales con móviles.
Os ruego que hagáis un ejercicio de imaginación. Cambiamos el Nissan Leaf por cualquier coche con motor de combustión interna, la elección es libre. Piensa, elige uno. Vale, ya lo tienes. Como cualquier coche del planeta, no tiene autonomía infinita, y tarde o temprano necesita repostar.
Ahora imaginemos que Jeremy Clarkson busca una gasolinera mientras circula en reserva. Acude a donde se supone que hay una, pero está cerrada, o no admiten tarjetas de crédito, o está fuera de servicio o se les han agotado los tanques subterráneos. No digo nada que sea desconocido para todos, ¿a que no?
Vale, pues como no se puede repostar, al final el coche imaginario se queda sin gasolina. Tocará empujarlo hasta la siguiente gasolinera o habrá que moverse con un bidón de gasolina para echar lo justo para llegar a dicha gasolinera y luego llenar. Mientras tanto la conclusión es que el motor de combustión interna es un timo.
¿Acaso digo algo que no sea verdad?
Pues ni más ni menos, es el mensaje que quieren dar. ¿En cuántas películas hemos visto que un coche normal se queda seco y toca caminar con un bidón vacío o hacer auto-stop? Pese a esa limitación, ¿a que seguimos usando nuestros coches de combustión interna? Solo hay que recordar que hay que repostarlos antes y no jugársela tanto.
Mi ejemplo es igual de válido con un Citroën C1 o un Porsche Cayenne Turbo, cuando se les agota la gasolina, se paran y toca punto muerto y a empujar, o a coger una lata o bidón vacíos para echar combustible. Es más, creo que Jeremy Clarkson trabaja en una película de esas de futuro apocalíptico.
En esa película veremos a conductores de coches eléctricos que van robando la energía en todos los enchufes que pillan, sacan la energía de las baterías de los móviles, y que cuando se quedan tirados se lían a tiros, descargas de taser y a puñetazos. Ya existe un precedente con coches de gasolina y se llama Mad Max. A ver con qué nos salen con el programa ya montado…
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Vía | Motorpasión Futuro