Probamos el Forza Horizon 5: un show frenético con un listado de coches tan gigantesco como su escenario
El sello Forza se ha convertido en un must dentro de las distas de deseos para los aficionados al motor que disfrutan también detrás de una pantalla. El último título en llegar ha sido el esperadísimo Forza Horizon 5, un juego al que ya hemos podido echar el guante de manera anticipada y ahora os podemos contar nuestras impresiones.
Con un profundo regusto a arcarde, la quinta entrega de la franquicia llega con matices de simulador, pero sobre todo con una pátina de adrenalina constante en la que México, su mapa abierto, sus luces y la climatología pasan a cobrar un papel protagonista. Todo aderezado por un listado de casi 500 coches de ensueño.
Forza Horizon 5 es una ración de adrenalina desde el primer segundo
Nada más arrancar nuestro periplo en Forza Horizon 5 empezamos por todo lo alto, literalmente. De manera consecutiva seremos lanzados desde un avión de carga para correr por tierras mexicanas en un Mercedes-AMG Project ONE, un Ford Bronco y un Porsche 911 Safari, dejándonos imágenes brutales nada más empezar a apretar botones.
¿Con qué propósito? Ninguno. Sólo dejar claro que este título va de emociones fuertes. A partir de ahí el modo historia nos presenta como unos ases del volante invitados al cartel del festival Horizon. Una especie de rave para quemados que se reparte por un mapa inmenso que podremos explorar a nuestras anchas.
El terreno de juego es un despliegue de kilómetros y kilómetros cuadrados con cientos de carreteras. Playground Games anuncia una extensión un 50% más amplia que la del anterior título y para la que han escogido una influencia del lado más idílico de México.
Eligiendo el coche que más nos apetezca podremos disfrutar de todo tipo de carreteras (en perfecto estado siempre, incluso las que son de tierra) y ver cómo cambia el entorno con el paso de los kilómetros: de un volcán a playas de arena blanca, ciudades, selva tropical, zonas áridas, algunos puntos con nieve en las montañas...
Puedes pasar horas yendo de acá para allá sin ningún propósito más allá de quemar rueda, saltar o hacer que un radar de tramo explote al cruzarlo a una velocidad media de carrera de Nascar.
No todo es explorar, también hay (mucho) para correr
Una vez metidos en harina, los diferentes personajes que dan vida al juego nos irán explicando cómo es la estructura de las competiciones, las diferentes zonas y los tipos de carrera a los que nos podemos apuntar.
Los campeonatos y carreras sueltas no tienen mayor explicación. Se realizan bien en circuitos cerrados o en tramos de carretera abierta, o incluso campo a través. Otras modalidades de competición son las carreras de drift, los concursos de habilidad en los que tendremos que acumular puntos en un tiempo limitado, las carreras de aceleración, misiones para fotografiar, explorar, encontrar coches abandonados...
En cualquiera de los modos de carrera destaca que el manejo de los controles siempre va a ser algo sencillo, sin demasiadas complicaciones y con reacciones de los vehículos que nos ayudan a una experiencia centrada en la adrenalina.
Inicialmente el juego nos permitirá ganar con bastante sencillez, y a medida que progresemos y vaya analizando nuestro nivel nos propondrá subir la dificultad para darle un poco más de interés al asunto y, de paso, recibir mayores bonificaciones.
Me ha dado la impresión que esta dificultad es un poco independiente de la habilidad que puedas demostrar a los mandos y al mismo tiempo me deja un regusto raro con la experiencia frente al resto de drivatars (el resto de competidores). Me explico.
Con más dificultad la impresión es que el resto de coches (competidores) simplemente van más rápido, no que demuestren una mayor habilidad o una inteligencia superior. Está mejor trabajada la inteligencia en otros juegos de carreras como los últimos títulos de la saga RIDE o MotoGP que he podido jugar.
Por otro lado, que cualquier rival pueda ir más rápido simplemente porque elevemos la dificultad nos deja con situaciones raras, como carreras en las que somos incapaces de alcanzar a coches técnicamente inferiores haciendo una conducción que roza la perfección. Ni siquiera se respeta esta diferencia técnica entre drivatars como cuando un Chevrolet Corvette Z06 Bondurant de 2014 es incapaz de alcanzar a un Dodge Charger más o menos del mismo año.
También ocurren inexplicables cambios de ritmo para que carreras que estamos ganando en solitario acabemos sumidos en el centro del pelotón y las terminemos con remontadas espectaculares. Esto último nos ha llamado la atención en una carrera de tramo con una duración de casi 20 minutos. Es como si el ritmo del resto de rivales se ajustase en función de cómo lo estemos haciendo.
Algo similar ocurre con el tipo de carrera al que nos vamos a enfrentar. La estrategia de qué coche utilizar en según qué carrera pasa a un segundo plano. Aunque no escojamos el coche más apropiado para un evento, da igual. El resto de coches serán de una categoría equivalente.
Por supuesto no falta un elenco de coches absolutamente abrumador, con vehículos nuevos, clásicos, todoterrenos, offroad, históricos, de rally, prototipos... Todos reales y con los que podremos elegir el tipo de coche que más nos guste o que más se adapte a nuestras habilidades.
Se notan las diferencias en cuanto a la configuración mecánica, pudiendo divertirnos a mansalva con un tracción integral, ser rapidísimos con un delantera o sudar más de la cuenta con un trasera.
En cuanto a los controles y al comportamiento de los coches, el Forza Horizon 5 intenta introducir ciertos guiños a la simulación con los movimientos de carrocería, correcciones y fuertes apoyos en curva que terminan en subviraje que son de agradecer, pero que quedan sepuntados por una avalancha de estímulos constante.
Desde el propio colorido de los menús (no muy intuitivos por cierto) a la fantasía del paso por los festivales o las animaciones en los tiempos de carga que nos presentan como a una superestrella envuelta en pirotecnia con nuestro coche sobre una plataforma giratoria en el escenario principal.
Y es que todo nos otorga puntos de experiencia, recompensas o imágenes espectaculares. Conducir de manera limpia, chocarte, casi chocarte con otro, destrozar marcha atrás el cercado de un paisano que tiene un burro por allí trotando, saltar, ir a dos ruedas, ir a toda leche, ir derrapando incluso con coches de tracción delantera... Todo puntúa.
El papel de la precisión de los controles es secundario. Tanto es así que comencé a jugar con el cockpit que utilizo y que tan bien me funciona para juegos de simulación como el Dirt Rally 2.0 y lo sustituí rápidamente por el mando de toda la vida. No ofrece ninguna ventaja, al contrario.
En la misma línea se ha optado por una banda sonora implacable que combina la música con matices autóctonos navegando por algunos menús y las fases de carga con una playlist frenética. La música va a juego con el devenir adrenalínico del juego, consiguien una experiencia en la que incluso el sonido de los motores (tan trabajado en la fase de desarrollo grabando a vehículos reales) queda en un segundo plano.
La banda sonora está tan presente que más allá de haber creado una radio con varias emisoras a escoger, se ha tratado al sonido con cariño y simulando los efectos acústicos al pasar por alguno de los escenarios del festival.
Habrá disponibles tanto música creada de manera específica para esta entrega de la franquicia como grandes temas bajo licencia firmados por Dua Lipa, Gorillaz, The Knocks, Foo Fighters, Beastie Boys o The Killers.
La constante sucesión de estímulos sólo nos da un descanso en las fases de carga, con tiempos bastante dilatados al menos cuando lo hemos jugado en Xbox One. Puede que las plataformas de nueva generación más potentes minimicen estos puntos bajoneros en los que la música tranquila se abre paso.
Espectaculo visual incluso en plataformas viejas
El apartado gráfico es sencillamente espectacular, y eso que no lo hemos jugado en una de las consolas de última generación ni con una televisión top con las que debe verse glorioso.
Playground Games se ha esforzado, y mucho, en que todo sea espectacular visualmente. Los propios coches destacan por el cuidado de cada una de sus formas, el nivel de detalle (que aún podría mejorar en algunos aspectos como el interior de las llantas) o la fidelidad con respecto a los modelos reales.
Pero no solo los coches, también el propio escenario, los eventos climáticos o el propio trabajo de cómo inciden las luces y se muestran las sombras ayudan a que Forza Horizon 5 sea de lo mejorcito que hemos visto en un videojuego.
El escenario y sus cambios meteorológicos juegan un papel fundamental, con situaciones totalmente variopintas ya sea si conducimos de día, de noche, con lluvia o sumidos en una tormenta de arena. Todo ubicado en cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) que trabajan de forma dinámica.
También nos ha gustado, y mucho, las opciones de personalización de cada coche que se nos ofrece en el garaje. No tanto por los (muchas veces innecesarios) menús de personalización/vinilado/pintura, sino por el amplio abanico de productos para modificar el coche, desde kits completos de carrocería o llantas con marca y modelo de productos reales hasta líneas de escape que modifican las prestaciones y el sonido del motor.
La personalización como hilo conductor
También podremos personalizar a nuestro propio avatar, con una representación física que nos da incluso la opción de tratarlo con lenguaje no binario o la utilización de prótesis. Recursos anecdóticos al fin y al cabo.
La personalización se extiende hasta el bautizado como Eventlab, donde podremos crear nuestro propio campeonato a medida más allá de los recorridos, incluyendo también la configuración de las reglas.
En definitiva, Forza Horizon 5 es un despliegue de medios espectacular, tanto por coches como por ambientación sensorial (acústica, visual, estímulos, opciones de juego...). Lo único que podría hacerle falta es una traducción integral al castellano.
Forza Horizon 5 Xbox One Xbox Series X Spanish EMEA Blu-ray
Estando ambientado en méxico el uso del inglés con acento y algunas frases en castellano nos pueden hacer tirar de subtítulos en alguna ocasión, y al final los subtítulos son otro estímulo más en una visualización sobrecargada entre datos de conducción, mapa, señales de navegación, tiempo, objetivos...
De cualquier modo, el Forza Horizon 5 es un juego que no puede faltarle a un aficionado al motor. Aunque sea por tener a mano medio millar de coches que poder conducir, exprimir, pintar y modificar.
Forza Horizon 5 - Valoración
7,8
A favor
- Espectáculo constante
- Variedad de coches
- Apartado estético sublime
- Clima dinámico
En contra
- Conducción muy arcade
- Dificultad errática
- Ausencia de doblaje al castellano
- Cinemáticas con poca pegada
El Forza Horizon 5 nos ha parecido un juego fantástico pensado para pasar horas haciendo el gamba a toda velocidad sin mayor propósito que disfrutar de los coches, del escenario y de la acción que ofrece la quinta entrega de la franquicia.
Es un juego que prima el espectáculo y la diversión sobre todas las cosas y hace de los juegos de conducción un show constante en el que todo es digno de lluvia de confeti.
Nos ha gustado el cariño con el que se ha cuidado a cada coche, pero los más fanáticos de la simulación posiblemente echen en falta un mejor tratado de las físicas o del comportamiento de los vehículos. En cualquier caso, es un gran título que merece la pena la eterna descarga de 120 Gb que pesa.
Forza Horizon 5 |
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Plataforma |
Xbox One, Xbox Series, Pc |
desarrollador |
Playground Games |
lanzamiento |
9 de noviembre de 2021 |
precio |
64,99 euros |
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