Ahora que se acerca la final de la Copa del Rey de Fútbol entre el Real Madrid y el F.C Barcelona, no he podido evitar acordarme de esa relación de eterna rivalidad entre ambos equipos y aficiones. Me lo ha recordado la última campaña de relaciones públicas de Chevrolet, dónde un Camaro felicita a su eterno rival el Ford Mustang por su 50 cumpleaños.
La relación Chevrolet Camaro - Ford Mustang es la personificación de la eterna rivalidad, el eterno enfrentamiento en las carreteras más bonitas del planeta, en los circuitos de carreras de medio mundo, en las pruebas del cuarto de milla de cada pueblo de Estados Unidos. ¿Y ahora son amigos?
El Ford Mustang cumple este año 50 años de vida, y parece que por fin podremos disfrutarlo oficialmente en Europa. El Chevrolet Camaro nació sólo tres años después de que el Mustang saliese a la luz, y desde entonces han sido los archirivales, los enemigos íntimos que han compartido más papel cuché que Ana Obregón y Marujita Díaz, por buscar un ejemplo muy español.
Chevrolet ha querido felicitar al Ford Mustang porque dicen que si este no existiese, ellos no habrían tenido la motivación necesaria para evolucionar el Camaro hasta lo que es hoy en día. Nos muestran varios ejemplos de rivalidades épicas: Coca-Cola vs. Pepsi; Jay Leno vs. David Letterman; Nike vs. Reebok y a mi se me ocurren otras como Burguer King vs. McDonalds; Canon vs. Nikon o Diariomotor vs. Motorpasión.
En esto de la comunicación las nuevas tecnologías están haciendo que acciones impensables hace tan solo unos años, se conviertan en casos de éxito para las marcas. Este es un ejemplo, Chevrolet va a conseguir que todo el mundo hable del Camaro en las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales simplemente mencionando a su eterno rival.
Los target (público objetivo) son los mismos y además el Camaro consigue ponerse la etiqueta de "coche enrrollado" que el Mustang tal vez no tiene. Ahora le toca a Ford mover ficha. Yo tengo claro como lo haría, dibujando un "Thanks" gigante con las ruedas del Mustang sobre el asfalto. Ahí queda la idea. Y que gane el mejor.