No he podido evitar la analogía con cierta publicidad de artículos de higiene íntima para mujeres. Lo cierto es que los coches eléctricos apenas hacen ruido en movimiento, nada en parado, y eso puede ser tanto una ventaja como un inconveniente. Los fabricantes trabajan en ello.
Cuando probé el Nissan LEAF Nismo en Dubái me llamó la atención lo que podía hacer la falta de aislamiento, el motor eléctrico puede generar un sonido perceptible e incluso cañero, pero trabajan en amplificarlo. Hay dos vertientes, por un lado la seguridad de los peatones, y por otro, el componente emocional.
En este vídeo de Audi comprobamos cómo se está desarrollando un sonido artificial para el Audi R8 e-tron, para que al pisar el acelerador no echemos de menos el sonido de un motor de combustión interna. Cuando lo hayan perfeccionado, creo que será un buen sustituto próximo. Audi lo llama e-sound.
La idea no es nueva, en este vídeo de hace años comprobamos cómo se puede modificar el sonido, en este caso de un anodino turismo, y ponerle en de un buen V12. Es mucho ruido y pocas nueces. De hecho, el cliente aprecia mucho el sonido de un motor gordo, pero darle de beber… ya es otra cosa.
Las autoridades todavía no se han puesto de acuerdo en regular este fenómeno. Hay que mantenerse dentro de dos extremos. En primer lugar es deseable que los coches hagan algo de ruido, porque los peatones no siempre tienen la costumbre de mirar a los pasos de cebra al cruzar (o son invidentes, o niños pequeños, etc).
Por otro lado, si queremos mejorar la contaminación acústica provocada por los coches convencionales, no podemos pasar al extremo de cambiar sonido natural por sonido artificial, y no avanzar nada en ese sentido. Los eléctricos no acabarán con el placer de la conducción, pero no será exactamente lo mismo.
Vídeo | Youtube
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