Vamos a formar un cocktail realmente explosivo: por un lado, un cuarentón adinerado con mentalidad de Peter Pan, de ser eternamente joven y disfrutar la vida al límite en todo momento. Hablamos de Roberto Ricci, un empresario italiano que es dueño y señor de una conocida marca de material de kite surf.
Por otro lado, al cocktail le añadimos a Dave White, otro cuarentón en este caso mucho más entrado en kilos, fundador y dueño de un portal de internet llamado Mpora. Ellos mismos se denominan como “la mayor web mundial de deportes de acción y vídeos”, viven cada click al máximo arriesgando en todo lo que hacen.
Ya tenemos dos ingredientes básicos, pero todavía falta lo fundamental: la cocktelera. En este caso vamos a elegir un flamante Aston Martin Rapide, la berlina deportiva de cuatro puertas que apenas se ve en España, pero que es uno de los modelos de mayor éxito entre los hombres de negocios de otros páises de europa. Agitemos un poco pisando el acelerador y veamos lo que pasa…
Aceleran a fondo por una autopista bien poblada de tráfico, escuchamos el motor V12 subiendo de vueltas a toda velocidad, y llega entonces la primera gran conclusión sobre el coche, en boca de su conductor: “parece más deportivo que el DB9, pero tiene el mismo motor”.
Y entonces, el copiloto le hace la típica pregunta de “enteradillo”: ¿Cuanto coge? Ronda los 295 km/h de velocidad punta, gracias a su motor 6.0 V12 de 470 caballos de potencia.
Llega el momento más excitante, toca pisar a fondo el acelerador mientras se escucha como las ruedas traseras patinan, pintando de negro caucho el asfalto. Al mismo tiempo, las manos parecen moverse sin demasiado sentido alrededor del volante, al mismo tiempo que las levas del cambio sirven al conductor para ir engranando marchas una tras otra hasta que llega el mejor momento.
En una amplia curva de izquierdas, el conductor no es capaz de meter el coche en la curva y se golpea contra el guardarrail exterior. El resultado, un precioso Aston Martin Rapide con un golpe considerable, las dos ruedas literalmente arrancadas y la carrocería seriamente dañada.
A su lado, dos cuarentones que evidentemente no tienen ningún tipo de aprecio por el coche, se rien y se graban en vídeo mientras esperan a que llegue la grua para llevarse los restos del coche. Cuando llega ésta y el coche ya está subido, Roberto Ricci se acuerda de ir a buscar una rueda que salió disparada y está en un campo cercano. Muy listo. ¿Pretenderá que se la vuelvan a poner al coche?
Vía | GT Spirit
En Motorpasión | Aston Martin Rapide