Con el mercado de los automóviles eléctricos en plena ebullición, el precio de los mismos tiende a descender, pero el coste de las baterías y todo el equipo eléctrico necesario en el coche para hacerlo funcionar es bastante elevado. Los fabricantes que ahora mismo tiran en cabeza del tren eléctrico, están buscando todo tipo de fórmulas para reducir ese coste, pero es complicado encontrar una que satisfaga a todos los clientes.
En el caso de Volvo, su apuesta eléctrica pasa por un órdago con la variante eléctrica del Volvo C30, pero no nos engañemos, un C30 es algo más caro de producir que un Tiida (caso de la base usada para el Nissan Leaf) y por lo tanto su versión eléctrica tendrá un precio desorbitado. De momento Volvo no venderá los C30 eléctricos, si no que apostará por el leasing a tres años con un precio mensual de 1.500 Euros.
La paradoja es que por el precio total del leasing del Volvo C30 eléctrico durante tres años, 54.000 Euros podemos comprar un C30 Kinetic DRIVe diesel de 114 caballos (cuatro más que el eléctrico) y darle de beber (al precio actual del combustible) durante más de 600.000 Km. Si no encuentran otra manera de bajarle el precio, pocos de estos vamos a ver por nuestras carreteras en manos de conductores privados.
Vía | Autoblog Green
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