Pequeño, pero ha crecido. Potente, pero con bajo consumo. Caro, pero alcanzable. El Volkswagen Polo GTI conserva poco de lo que hasta ahora llamábamos un polo: un utilitario correcto. No sólo es un mini Golf GTI, puede ser incluso un digno sustituto del Golf V GTI, ya que hereda todas sus señas de identidad, incluyendo la tapicería de cuadros.
Monta un motor 1.4 TSI de unos 178 CV, y acelera de 0 a 100 en 6,9 segundos, esto es, igual que el Golf GTI actual. Su velocidad máxima es de 228 km/h, 12 km/h menos que su hermano mayor (aunque el dato tampoco sea relevante).
Se queda también con una de las novedades que parecen haber heredado todos los deportivos del grupo VAG, Seat incluido: el diferencial electrónico XDS que reparte el par entre las ruedas delanteras mejorando el agarre en curvas (y os doy mi palabra de que se nota, aunque el de VAG no lo he probado).
Su suspensión es 15 mm más baja que la de un Polo normal, y monta unas llantas de 17 pulgadas. Quizás sea este el aspecto que haya que echarle en cara, las mismas que el Golf. ¿Falta de originalidad u homenaje?
La parrilla de nido de abeja rodeada de líneas rojas, la chapa de GTI, el volante deportivo recortado o los asientos deportivos con tejido de cuadros grises y negros continúan la tradición. La novedad, las luces LED diurnas.
El Volkswagen Polo GTI estará a la venta en verano a un precio todavía no anunciado.
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