A todos los aficionados al motor nos gusta creernos unos manitas de la mecánica. Poder hacerle el mantenimiento a nuestros coches, o modificarlos, o mejorarlos nos encanta. Luego se nos bajan los humos cuando vemos vídeos como el siguiente en el que un canadiense ha parido un engendro llamado Tankenstein a medio camino entre coche, todoterreno, pick-up, hot rod y tanque de la Segunda Guerra Mundial.
Su creador es Shawn Cormier, un personaje que vive en Ontario (Canadá) que se dedica a realizar vehículos raros a medio camino entre 'Mad Max' y el estilo Steampunk con piezas recicladas de otros vehículos. Para lo que unos es chatarra para Cormier es una fuente inagotable de recursos e ideas. Puedes seguir sus peripecias en su canal de YouTube.
Una mezcla imposible nacida de la chatarra
Durante los últimos cinco o seis años Cormier se ha pasado el tiempo dando forma a lo que su mente le iba sugiriendo. Partió del chasis de un vehículo oruga de 1944 utilizado en la Segunda Guerra Mundial al que añadió un motor small block V8 350 Chevrolet turboalimentado y una transmisión del mismo fabricante. El remate siniestro lo pone una carrocería cortada (y tiroteada) de grúa Mercury de 1947.
Con 175 CV Tankenstein se mueve bastante bien para pesar una barbaridad alcanzando una velocidad máxima de hasta 90 km/h. Y lo sabe porque ha participado con él en alguna carrera de dragsters de exhibición.
El resultado es Tankestein, una bestia todoterreno de la que Shawn está profundamente orgulloso y con la que disfruta sorteando obstáculos. Varias veces le han intentado comprar su creación pero el creador se ha negado puesto que es un vehículo único, el mejor que ha concebido.
Tanto cariño le tiene a su aparato con aspecto de película de terror de los '70 que incluso cuando sale a disfrutarlo se viste para la ocasión con un traje militar y una réplica de una ametralladora Thompson.
