Hace tiempo que tenía ganas de colgar esto. Son dos vídeos que grabé en el Madrid Tuning Show & Festival 2007, parte de la exhibición de Precision Drivers, un grupo de especialistas. En esta entrega de Dolorpasión extremo vamos a ver prácticamente todas las formas de convertir en carne de Prever y desguace una pareja de Ford Sierra, el antecesor del Mondeo. La primera parte duele, pero la segunda es peor todavía.
Las dos víctimas son: Ford Sierra 2.0i GL de finales de los 80 (105 CV) y Ford Sierra de motorización indiferente que no se mueve (lo crujieron el día anterior) y es más moderno, de los últimos modelos que se fabricaron. Os preguntareis por qué hacer drifts y burnouts con estos coches. Sencillo, el Sierra es de propulsión (tracción trasera) y su suspensión independiente favorece este tipo de espectáculo.
Os dolerá más saber que el pobre Sierra negro, el 2.0i GL, es automático, y con las maniobras que vais a ver, la caja sufre una barbaridad. Ahí va la primera parte, donde el coche no recibe un solo golpe (o casi):
Si has podido soportar este símil con el toreo pero con máquinas, atrévete a ver como un hombre la segunda parte, en la que el especialista va a chocar ambos coches hasta que mecánicamente se mueran. Al final del todo, podreis ver un “análisis” forense gracias a la magia de las cámaras digitales portátiles.
¡Qué dolor! ¡Pobres coches!
Es escalofriante ver que con golpes tan leves, que el conductor ni siquiera se ha puesto el cinturón, pueden destrozar tanto un coche de ese porte. Esto nos debería llevar a pensar que la imagen no lo es todo, así como la cantidad de chapa que nos protege.
Hace diez años afirmamos que un Renault Clio iba a ser más seguro que una berlina de entonces y seguramente alguien se moriría de la risa. Afortunadamente para todos, la técnica evoluciona y salva vidas. En esta ocasión, sólo han sufrido un par de máquinas.