Si pensábais que el finde se iba a acabar sin Dolorpasión™ es que tenéis mucha fe. El otro día os hablé un poco del programa Cash For Clunkers (C.A.R.S.), una iniciativa para cambiar unos vehículos por otros más MENOS contaminantes. Se exige que el motor y la transmisión dejen de funcionar para siempre.
Ahora bien, ¿qué procesos se siguen? Uno de ellos es especialmente cruel y desde luego no es apto para gente sensible, mecánicos y demás pandilla. Sabemos que se puede matar un motor quitándole el aceite y teniéndolo al corte de inyección durante minutos hasta que revienta, cito ejemplos: Nissan Micra, Mazda RX-7, Volkswagen Golf, Honda Civic, etc.
Pues bien, para acelerar el proceso, no sólo les quitan el aceite, se lo reemplazan por una solución de agua y silicato de sodio. Esta mezcla, cuando se calienta, resulta abrasiva y pulveriza las tripas del motor. Ojo, advierto que seguir adelante es muy perjudicial para la salud.
Con ese veneno dentro, se arranca el motor y se le tiene en marcha hasta que se para. Como el condenado aún puede estar agonizando, se deja reposar una hora y se repite el proceso, tantas veces como sea posible, hasta que deje de arrancar. Lo podemos comparar con arrancar los intestinos con una cucharilla, mientras tanto se sufre una barbaridad.
Empezamos con ese pobre Volvo S80, el vídeo dura cuatro minutos y algo pero no es monótono para nada. Al principio el motor suena, pero al cabo de unos segundos empieza a protestar, luego a gemir y finalmente a llorar. Sí, los motores pueden llorar, y a mí desde luego me ha partido el corazón y me ha dado auténtica lástima.
Pero bueno, si no nos consuela el hecho de que esto es para mejorar un poco el medio ambiente, cambiemos de un refinado motor europeo a un tragagasofa estúpido americano, un Ford Expedition, y oigámosle sufrir. Lo mejor de todo el vídeo es cuando, instantes antes de palmarla, se convierte en diesel. Esto le quita pena al asunto.
También podemos ver qué pasa con el motor 4.0 V8 L6 de este Jeep Cherokee. Parece un motor robusto y fuerte, no como el “pequeñito” que tenía el Volvo. Pues no, resulta que el gran yankee no aguanta ni dos minutos y medio, acaba reventando antes de tiempo. En otro vídeo no ha durado ni medio minuto este modelo.
A continuación, algo más de potencia americana para el chatarrero. Un Chevrolet Tahoe, un mastodóntico todoterreno que probablemente pise como mucho un chicle al mes aparte de asfalto. Veamos qué tal digiere el agua con silicato de sodio su motor carburado de 350 ci, desde luego empieza a sonar bien, pero empieza a protestar bien rápido.
Maldito cerdo yankee, ya no contaminarás más. Ahora en serio, el programa C.A.R.S. podría haber pensado en soluciones alternativas para no destruir tanto motor. Se les podría haber adaptado para funcionar con bioetanol, biogás, hidrógeno, gas natural, GLP y facilitar a grupos de propietarios el repostar esos combustibles más sostenibles.
Desde luego con esta masacre de pistones, cilindros y cigüeñales se aseguran que el motor está acabado, que no podrá utilizarse más adelante y así respetar el espíritu de Cash For Clunkers, que es evitar que contaminen más. Siento lástima por los modelos europeos y japoneses que haya, ya que apenas habrá habido muscle alguno ahí.
Más que nada porque el vehículo no puede tener más de 25 años, así más de un clásico se ha librado de la condenación eterna de Obama. Si la mayoría de motores que han muerto movían coches enormes y supertragones, pues no siento lastima por ellos. Eso sí, voy a oir el motor del S80 durante noches…
¡¡Dolorpasión™ en estado puro chavales!!
Vía | Cochesmas
Fuente | Youtube (hay vídeos a patadas, buscad “Cash For Clunkers”, “Engine disabling” y cosas por el estilo)