Si te gustan los coches clásicos pero eres también un amante de la tecnología moderna de última hornada, este Ford Mustang de Charge puede ser tu coche ideal. Hablamos de un Mustang clásico de los años sesenta, pero puesto al día y con un sistema de propulsión completamente eléctrico.
Este ponycar de tracción trasera o total se ofrece tanto en carrocería coupé como descapotable, y se fabrica sobre carrocerías Mustang de los años sesenta (imaginamos que de diferentes años, ya que el fabricante no lo detalla) bajo licencia. No obstante, también cuenta con un montón de detalles modernos, que no corresponden al aspecto original del vehículo de la época.
- De momento sabemos que su producción estará limitada a 499 unidades y que el sistema de propulsión, desarrollado entre Charge y Arrival, consta de una batería de 64 kWh y uno o varios motores eléctricos (este dato aún no se conoce) para una potencia total de 407 CV (300 kW) y un par motor máximo de 1.200 Nm, nada menos.
Además, este Mustang de Charge promete un 0 a 100 km/h en 3,09 segundos, la capacidad de ser cargado a hasta 50 kW y una autonomía de 200 kilómetros (que se nos antoja algo justa, sobre todo teniendo en cuenta sus prestaciones y lo que invitará el modelo a apretar el acelerador). Tampoco faltarán un equipo de frenos a la altura, sistemas de alumbrado modernos o llantas de diez radios.
Por dentro podemos esperar un habitáculo lujoso y fabricado a medida de cada cliente, con cuadro digital y una gran pantalla multimedia, por ejemplo, pero también guiños retro como el volante, la pedalera brillante o el salpicadero forrado en cuero. La personalización llegará incluso a la interfaz de usuario del cuadro de instrumentos, por ejemplo.
El precio de cada una de estas 499 unidades del Ford Mustang de Charge asciende a 200.000 libras esterlinas, lo que al cambio actual supone algo más de 226.000 euros. Por último, las entregas a clientes están planeadas para septiembre de 2019, pero mientras tanto la compañía pretende organizar eventos de conducción con el coche en grandes ciudades como Londres, Nueva York, Tokio, Los Ángeles o Shanghái.