Tres décadas de vida y tres coches: Pagani ha escogido su 30º aniversario para dar salida a su tercera gran creación sucediendo al Huayra: el Pagani Utopia, anticipado hace unos días con el nombre en código C10.
Y lo hace fiel a su receta habitual que marida una cuidada aerodinámica, un diseño escultural y un poderoso corazón V12 que supera los 800 CV sin apoyarse en electrificación alguna.
Pagani ya ha dejado claras sus intenciones: no hará coches eléctricos porque "carecen de emoción". También puede permitírselo, claro: gracias, enmienda Ferrari.
Seis años ha tardado Pagani en desarrollar a este Utopia y su tirada estará limitada a solo 99 unidades en carrocería coupé. Aunque quien quiera hacerse con sus servicios ya llega tarde, pues están todas asignadas.
No obstante, también contará con variantes cabrio y es previsible que en vida, como ha ocurrido con sus antecesores, derivará en más variantes que superen las credenciales de este primer Pagani Utopia.
La quinta esencia del purismo: corazón V12 de 864 CV y cambio manual
El Pagani Utopia se asienta igualmente en un chasis monocasco de fibra de carbono y titanio, engarzando dos subchasis tubulares de acero delante y detrás.
Tal y como prometió la marca, el Utopia es más ligero que su antecesor: su peso en vacío es de 1.280 kg, lo que supone 70 kg menos que el Huayra y retornar al fijado por el Pagani Zonda.
En el menú vuelve a estar presente el motor V12 de 6.0 litros de origen Mercedes-AMG que, acompañado de dos turbos, firma los 864 CV y nada menos que 1.100 Nm de par, disponible entre las 2.800 y las 5.900 vueltas.
Esos más de 860 CV se transmiten únicamente al eje trasero mediante una caja automática robotizada de siete velocidades, pero asimismo puede seleccionarse una completamente manual. Ambas son cortesía de Xtrac y desarrolladas específicamente para esta bestia italiana.
De momento las prestaciones no se indican, pero con una relación peso/potencia de 1,5 kg por cada caballo serán estratosféricas.
No faltan chucherías técnicas a la altura, como una suspensión adaptativa de aluminio forjado de doble horquilla con amortiguadores controlados electrónicamente o un diferencial electromecánico adosado a su eje trasero.
Y para atar en corto sus 864 CV, cuenta con frenos Brembo carbocerámicos con discos de 410x38 mm y pinzas de seis pistones delante y de 390x34 mm y pinzas de cuatro pistones atrás.
Una bestia escultural y analógica
En lo que respecta al diseño, este tercer retoño de Pagani es bastante continuista con sus predecesores, siendo totalmente reconocible como un modelo de la marca.
La carrocería del Pagani Utopia, concebida al completo con paneles de fibra de carbono, presenta líneas tan fluidas como agresivas, siendo el capó delantero y el trasero de una única pieza.
En su inclinado capó volvemos a encontrar los cuatro faros delanteros ubicados dos a dos, aunque en su caso van unidos por una misma cubierta y el frontal se completa con una enorme entrada de aire, pero en forma de H.
Por su parte, en la trasera dominan las cuatro clásicas salidas de escape dispuestas en el centro y parapetadas por otros cuatro faros redondos en disposición vertical. Y las puertas estilo tijera ponen la guinda.
La aerodinámica se ha cuidado al extremo para que como buen Pagani, siga adhiriéndose como debe al suelo en giros a altas velocidades. Sus fluidas formas han sido probadas y resculpidas en el túnel de viento y se acompañan de elementos como el labio delantero o aletas perfectamente integradas en la carrocería, como el escueto alerón dividido en dos.
Pagani promete un balance aerodinámico de 46 y 54 % entre la zona delantera y la trasera en este Utopia.
Todo ello se marida con elementos de gusto retro, como el techo acristalado mediante dos hojas, la pequeña cubierta trasera que deja ver su V12 o las correas de cuero que adornan la unión entre los paneles inferiores y superiores.
Pero también futurista, como por ejemplo sus espejos laterales a dos piezas que flotan en sus flancos o las ligeras llantas de aluminio en diseño turbina que son de 21 pulgadas en el eje delantero y de 22 pulgadas en el trasero. Sobre ellas se asientan unos neumáticos Pirelli PZero Corsa.
Pagani igualmente se mantiene fiel a su esencia en el interior combinando opulencia, deportividad y minimalismo con el habitual corte retro a partes iguales.
Marida elementos revestidos en cuero con paneles en aluminio y destaca el diseño del volante (en aluminio y recubierto de cuero) o la palanca de cambios, que va en rejilla y dejando el mecanismo a la vista en la variante manual.
La firma italiana tampoco sucumbe a la moda de las pantallas pues mandan las esferas analógicas: dos en la instrumentación en combinación con otras cuatro en la zona central del salpicadero. Y se combinan con buen abanico de mandos físicos.
La única licencia que encontramos es una pequeña pantalla en el cuadro de instrumentos que va flanqueada por las mencionadas esferas. En definitiva, una cabina concebida por y para el disfrute de la conducción pura.
Pagani escribe con estos ingredientes su tercer gran capítulo con esta nueva y brutal creación que obviamente tiene un precio a la altura: supera los 2,1 millones de euros antes de impuestos.
