La DGT ha recordado a través de su cuenta de Twitter que el uso de los avisadores de radares está permitido y es completamente legal, mientras que los detectores y los inhibidores de cinemómetros están prohibidos y conllevan una importante multa.
"Avisar de la ubicación exacta de un radar fijo es totalmente lícito, ya que se trata de una información pública y que la DGT difunde en su web", refresca Tráfico.
Avisar de la ubicación exacta de un radar fijo es legal, se trata de información pública que #DGT difunde aquí ▶️📶https://t.co/UFXFh5Icq4.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) January 30, 2021
Usar detectores e inhibidores no.
✅Avisador
❌Detector
❌Inhibidorhttps://t.co/s2MctVYsjt #MejorMásDespacio💟 pic.twitter.com/VDFcr28Snw
Sin embargo, con los radares móviles es distinto. La lista publicada por la DGT especifica los tramos de carretera en los que suele situar controles de velocidad, pero sin detallar el punto kilométrico exacto, como pasa con los radares fijos. De hecho, revelar la posición exacta de un control de velocidad sí sería ilegal.
Pero incluso en lo relativo a los radares fijos, la DGT se ha pronunciado en varias ocasiones en contra de esta práctica. Sin ir más lejos, Pere Navarro, director general de Tráfico, llegó a aseverar en septiembre del año pasado su intención de "impedir, dificultar o limitar" el uso de las app 'chivatas' como Waze, Social Drive o el propio Google Maps.
Multas de entre 3.000 y 6.000 euros para los detectores e inhibidores de radares
Tanto el navegador como las apps mencionadas utilizan una base de datos con la situación de los radares fijos y de tramo de las carreteras españolas, en función de los datos ofrecidos por la DGT, los sitúan en el mapa y alertan al conductor de la proximidad del mismo. Hasta ahí todo bien, correcto y legal... al menos de momento.
Ahora bien, la diferencia con un detector de radares es que este último dispositivo rastrea y localiza los radares próximos. Es decir, puede advertir al conductor de que se está realizando un control de velocidad con un radar móvil, a fin de que levante el pie del acelerador para evitar la consiguiente multa.
Su uso está prohibido, se considera una infracción grave y se sanciona con 200 euros de multa y la retirada de 3 puntos del permiso de conducir. Además, la DGT endurecerá la normativa para que el simple hecho de llevar un detector de radares en el coche sea ya objeto de multa, independientemente de si el conductor lo está o no utilizando.
Más castigado por la Ley está el uso de inhibidores de radares , una tecnología que anula la señal que emite el radar, bloqueando su acción e impidiendo que detecten y sancionen un exceso de velocidad.
En este caso, llevar instalados estos dispositivos está tipificado como una infracción muy grave, y la sanción se fija en 6.000 euros y la detracción de seis puntos del carnet.
Además, el taller que instale el dispositivo también puede ser sancionado, con hasta 30.000 euros.
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