¿Monovolumen o SUV? Llámalo como quieras pero conoce a fondo el SsangYong XLV con esta prueba
El mundo SUV crece y se diversifica hasta el punto de crear nuevos segmentos como el de los CUV, pero SsangYong incluso lo hace adentrarse en el segmento de los monovolúmenes con el XLV, ese Tivoli alargado que ya tuvimos ocasión de conducir durante algo más de cien kilómetros.
En la toma de contacto que realizamos por los alrededores de Madrid las sensaciones fueron buenas, pero la conducción fue por tramos concretos, a un ritmo concreto y con dos pasajeros sin equipaje. Esto nos sirve para hacernos una idea general de cómo va, pero después de realizar más de 2.000 kilómetros con el XLV lo conocemos mucho más a fondo.
Seguimos sin tener nada clara la ubicación que la marca coreana le ha asignado comercialmente. Desde el principio todas las comunicaciones han hablado del XLV como un monovolumen, pero a nuestros ojos se trata de un SUV del segmento B con una longitud propia del segmento C.
Esto por un lado le da ventajas respecto a cualquier rival del segmento B, pero si lo enfrentamos a los modelos del segmento superior se harán evidentes sus carencias. No es fácil ubicarlo ni siquiera dentro de los SUV. Pero a fin de cuentas eso es sólo un trámite burocrático, lo importante cuando compras un coche es que se adapte a tus necesidades. Veamos cuáles colma el XLV.
Diésel, moderno y voluntarioso
El motor diésel del XLV es un 1.6 de 115 CV y será la elección correcta en la mayoría de casos. El motor de gasolina comparte cilindrada y desarrolla 128 CV, pero para un coche del tamaño del XLV se queda escaso, sobre todo cuando hay que circular con carga. Le falta el empuje que proporciona el turbo, en el Tivoli lo hace bien, pero con el XLV buscamos más soltura a la hora de viajar.
El motor es uno de los puntos más brillantes del XLV, este pequeño propulsor resulta muy voluntarioso y rueda con facilidad sin necesidad de hundir mucho el pie en el acelerador. De hecho a punta de gas muestra lo mejor de sí, tanto que hasta parece que se trata de un motor de mayor tamaño y potencia.
Esto te puede llevar un poco a engaño porque cuando toca tirar de caballos en un adelantamiento rápido es cuando notamos que va justito, pero sólo en situaciones de ese estilo, rodando por ciudad y autovía lo hace muy bien. Además es suave y suena francamente poco, un buen aliado si no buscamos una conducción deportiva (algo que por concepto no le pega al XLV).
El cambio manual de seis velocidades es de origen Hyundai y mejora mucho respecto a cajas de cambio usadas en el pasado por SsangYong, pero sigue teniendo un tacto un poco rudo que recuerda a los todoterreno antiguos. Este conjunto permite que el XLV registre un consumo medio homologado de 4,5 litros, una cifra que en circunstancias reales se queda un poco lejos.
Hemos llegado a los 6,2 litros de media en una conducción ahorradora (sin buscar micro-consumos), pero con el coche cargado y circulando normal no hemos bajado de los siete litros a los cien de media. Hemos apreciado que a 120 de marcador el consumo es mucho más bajo que a 130 (reales son 120). Sí, a más velocidad más consumo, está claro, pero en este caso la diferencia es muy grande.
Además si nos olvidamos de buscar el ahorro también el salto es mayor de lo normal, es un coche que parece programado para circular a punta de gas, ya que su motor da lo mejor de sí y encima gastando mucho menos. En cuanto forzamos un poco se eleva mucho el consumo para ser un diésel (que normalmente son más estables) y notamos las carencias del propulsor.
Habitabilidad y ergonomía
El interior del XLV destaca por su amplitud, tiene unas buenas plazas delanteras y mucho espacio en las traseras, sobre todo para las piernas y los pies de los pasajeros. Además el suelo es casi plano, otra ventaja importante. SsangYong anuncia una inclinación del respaldo trasero de 32,5 grados en la posición más inclinada y de 27,5 en la más erguida. Buen dato, pero le falta una posición más erguida para los que no disfrutan viajando tan tumbados.
El maletero declarado es de 720 litros que no aparecen por mucho que los busques a no ser que cargues hasta el techo. Sí tiene más capacidad de carga que el Tivoli del que deriva, pero no se puede decir que sea un coche muy capaz. Gran parte de la culpa la tiene una enorme pieza de poliespán que sirve de base para la rueda de repuesto de galleta opcional, que se come gran parte del maletero.
Además no es fácil aprovecharlo por la inclinación del respaldo trasero y por los pasos de rueda. A esto hay que sumarle unos laterales de plástico duro que se araña con facilidad y una cortinilla que cubre la carga sin guías. El resultado es un maletero que promete pero luego no es tanto como parece.
El puesto de conducción está bien resuelto, pero tiene ciertos detalles tontos que nublan el buen trabajo general. El cuadro de instrumentos es atractivo y muy legible, pero los mandos del ordenador de a bordo se sitúan en el salpicadero en vez de en el volante o en una de las palancas de la columna de la dirección. El botón del volante calefactado se acciona fácilmente sin querer y puedes encontrarte en pleno verano con el aro del volante a muchos más grados de los deseados.
Además este volante carece de regulación en profundidad, un detalle que se echa mucho de menos (sobre todo los conductores altos) y que reduce notablemente la ergonomía. A esto hay que sumarle un asiento con la regulación de la inclinación del respaldo por puntos, así que encontrar tu posición ideal a los mandos del XLV no es tan sencillo como en otros modelos. Es más, en recorridos largos te descubres retrepándote en el asiento porque sin darte cuenta se te va escurriendo el trasero hacia delante.
Este SsangYong apuesta por ofrecer un gran equipamiento en cualquiera de sus versiones. En nuestro caso se trata de un Limited, el más equipado, y no echamos nada en falta. Aunque hay matices, porque el XLV tiene elevalunas eléctricos en las cuatro puertas pero la función automática sólo está disponible para el del conductor y únicamente para bajar la ventanilla, no para subir.
Y tiene climatizador electrónico dual, todo un lujo teniendo en cuenta el precio ajustado de este modelo. Pero resulta un tanto brusco, sobre todo el aire frío. En la velocidad más baja de ventilador echa mucho aire y resulta incómodo, además las dos rejillas centrales no se pueden cerrar, así que o lo apagas o pasas frío. Durante la prueba llegamos a poner el clima a 24 grados con ventilador manual en la posición más lenta e incluso así tuvimos que tapar las rejillas centrales para evitar el chorro de aire.
Familiar del segmento B
La orientación del XLV es claramente familiar y como tal, se supone que es un coche con el que se realizarán largos viajes. Como ya he comentado el motor cumple con nota incluso con el coche cargado al máximo cuando circulamos sin grandes aceleraciones. La dirección no muestra un tacto muy preciso, tiene exceso de asistencia y no recupera del todo, tiene lo que yo llamo “efecto memoria”, se va un poco hacia el último lado que has girado.
Esto te obliga a realizar continuas correcciones que se ven acentuadas cuando circulas con el coche cargado. Y es que el XLV acusa el peso del maletero bastante, la dirección flota y debes concentrarte en coger el volante con firmeza y realizar los giros de forma suave. Esto está provocado por una amortiguación trasera que no frena lo suficiente los movimientos verticales de la zaga. En vacío cuando pasas un poco deprisa por uno de esos badenes reductores de velocidad grandes (los que suelen tener un paso de cebra arriba) puede llegar al tope de su recorrido en compresión.
Esto en carretera se traduce en constantes movimientos verticales de la trasera que restan precisión de dirección. Cargado lógicamente estos movimientos son mayores. Otro punto a tener en cuenta a la hora de viajar es que prefiere hacerlo de día, ya que la iluminación de sus faros delanteros no es muy potente.
SsangYong XLV: nuestra puntuación
.9
A favor
- Relación precio/equipamiento
- Amplitud plazas traseras
- Motor voluntarioso
En contra
- Suspensión trasera
- Precisión de dirección
- Funcionamiento del climatizador
Como puedes ver el XLV tiene detalles por pulir que quizá se deban a la apuesta por ofrecer un producto a un precio muy competitivo cargado con mucho equipamiento. Pienso que el usuario ideal del XLV es un conductor que busque un SUV diésel económico, con unas plazas traseras amplias, que practique una conducción tranquila y que valore mucho la relación precio/equipamiento.
Ficha técnica
Versión probada | D16T 4x2 Limited | |||
Cilindrada | 1597 cm³ | Tipo de tracción | Delantera | |
Bloque motor | 4 cilindros en línea | Combustible | Diésel | |
Potencia (CV @ rpm) | 115 @ 3400-4000 | Capacidad del depósito | 47 litros | |
Par motor (Nm @ rpm) | 300 @ 1500-2500 | Consumo urbano | 5,1 l/100 km | |
Masa en vacío | 1480 kg | Consumo extraurbano | 4,2 l/100 km | |
Velocidad máxima | 174 km/h | Consumo combinado | 4,5 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | -- segundos | Capacidad maletero | 720 hasta el techo litros | |
Transmisión | Manual, 6 velocidades | Precio | 22000 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por SsangYong. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas