Antes de que salga el sol ya estamos listos para llamar a nuestro coche y dirigirnos al trabajo. No se llama KITT, y todavía no vuela, pero con una simple orden a través de nuestro teléfono móvil se presenta en la puerta de casa dispuesto a llevarnos a donde le pidamos. Te recibe abriendo las puertas y en cuanto te acomodas e introduces la oficina como destino, se pone en marcha por sí solo, así que aprovechas el trayecto para trabajar, dormir un rato más o trastear con tus gadgets.
No se trata de una película de ficción, sino de la visión de futuro de Mercedes-Benz en cuanto a la conducción autónoma se refiere. El coche se llama Mercedes-Benz F 015 Luxury in Motion, presentado hace unos meses en el CES de Las Vegas, y aunque es un adelantado a su tiempo, es cuestión de unos cuantos años que se convierta en una realidad gracias al continuo avance tecnológico. Súbete con nosotros y te contamos nuestra experiencia en el futuro con el F 015.
Con este ejercicio de diseño, tanto desde un punto de vista estético como funcional, el fabricante alemán viaja al año 2030 para hacerse una idea de cómo podría ser el coche del futuro, ese que se conduce sólo y relega a sus ocupantes al papel de meros pasajeros. Ahora bien, ¿es tan malo ser un simple pasajero? Vamos a verlo.
Visión de futuro
Eso de que los coches se conduzcan solos no es nada nuevo. Llevamos años imaginando cómo serían esos coches y pensando en los pros y los contras de un mundo lleno de robots capaces de moverse y tomar decisiones por sí mismos. Todavía no ha llegado el momento de hacerlos realidad, pero Mercedes-Benz cree apropiado echar la vista al futuro con este escaparate de ideas llamado F015 Luxury in Motion, que no es más que eso, un vistazo a lo que podría depararnos el año 2030.
La idea es sencilla; con el crecimiento de las áreas urbanas y el aumento de la población, nuestros trayectos requieren cada vez más tiempo y, éste, a su vez, va siendo un bien más preciado. Qué mejor manera de aprovechar ese tiempo perdido en atascos que convertir nuestro vehículo en nuestro "tercer espacio", después del hogar y de la oficina. Un lugar que nos ofrezca privacidad y muchas posibilidades a la hora de emplear nuestro tiempo en trabajar, descansar o entretenerse.
Para ello, Mercedes-Benz ha pensado en un interior amplio, con cuatro futuristas asientos giratorios, materiales de alta calidad (madera, piel, aluminio...), pantallas táctiles en las cuatro puertas y un cuadro de instrumentos que se controla mediante miradas y gestos. Vamos, que tiene reconocimiento de ojos y sabe a dónde miras y qué parámetros quieres cambiar con tus gestos. Una locura, pero que ya es realidad. Además, tiene un enorme head up display que ocupa dos tercios del parabrisas y utiliza realidad aumentada para ofrecernos información adicional sobre los lugares por donde pasamos.
Las pantallas táctiles instaladas en las cuatro puertas, en la parte trasera del habitáculo y en la mesita central desplegable, permiten controlar el sistema de sonido, introducir una ruta e iniciarla, comprobar la duración del viaje, modificar el ritmo del vehículo (entre Relaxed y Dynamic, siendo éste últmo un modo en el que el coche siempre circula al límite establecido), etc... Además, permiten acceder al sistema multimedia, a Internet y demás entretenimientos.
El exterior, si bien no tan interesante como el concepto del habitáculo de un coche autónomo, es de los que llaman la atención, gracias a sus líneas, a sus generosas dimensiones, al acabado exterior de aspecto de aluminio (Alubeam) y a los paneles LED del frontal y la trasera, que permiten al coche comunicarse con otros vehículos o peatones, bien a través de secuencias luminosas o bien a través de texto, directamente.
Por dimensiones se trata de un vehículo bastante grande, ya que tiene una longitud de 5,22 metros, una anchura de 2,01 metros y una altura de 1,52 metros. Destaca su distancia entre ejes, de 3,6 metros, es decir, 24,5 centímetros más generosa que la de un Clase S Maybach, que ya es decir. Así pues, ofrece un interior relativamente amplio y un acceso fácil gracias a la ausencia de pilar B.
Las puertas se abren de manera automática al pulsar los mandos táctiles del exterior (se ha prescindido de manetas al uso, por razones obvias), y los asientos se giran unos cuantos grados hacia fuera para facilitarnos la tarea de sentarse. Después, vuelven a su posición habitual. Los delanteros, eso sí, se pueden girar por completo para enfrentarse a los traseros. Total, no hay que conducir, así que se puede charlar o jugar una partida de cartas. O quizá un juego más tecnológico.
De paseo
Durante nuestro breve contacto con el Mercedes-Benz F 015 Luxury in Motion, en la antigua base aérea de Alameda Point, al otro lado de la bahía de San Francisco, en California, el fabricante alemán nos tenía preparado un pequeño paseo por la pista de aterrizaje de las instalaciones, en una ruta previamente programada, eso sí. Tendríamos hasta oportunidad de hacerle alguna foto.
El responsable del vehículo, a través de su teléfono, avisa al vehículo de la recogida e introduce el número de ocupantes (cuatro en este caso, por aquello de abrir las puertas automáticamente, que nos aseguran puede hacerlo). Desde su lugar de aparcamiento el coche se desplaza, sin nadie dentro, hasta una zona designada para que nosotros subamos. Hay que abrocharse los cinturones y empieza la experiencia, en la que daremos tres vueltas a un circuito ya predeterminado.
El F 015 se mueve sin prisa, a un ritmo muy conservador, aunque a través de los paneles táctiles podemos hacer que vaya un poco más rápido. Ponemos la música y hasta nos enseñan una de las características de estas pantallas, que es la de mostrar fotografías de lugares idílicos, por si no queremos mirar al feo paisaje por el que pasamos.
Resulta curioso que el coche puede ser muy suave o bien algo brusco, según la ocasión. Realiza alguna frenada con muchisimo tacto y en otra ocasión frena con cierto ímpetu. Y lo mismo a la hora de acelerar, a veces lo hace muy progresivamente y, otras, acelera con más ganas. Cosas de coche autónomo, supongo.
Tecnología autónoma y seguridad
El F 015 no se centra en la tecnología autónoma en sí, la cuál ya se investiga y desarrolla mediante otros prototipos como el Mercedes-Benz S 500 Intelligent Drive, que es capaz hoy día de circular en tráfico real (cruces, semáforos, incorporaciones, etc...) , sino en el concepto de "tercer espacio" que ya hemos comentado. Aún así, incorpora sistemas que sí son muy importantes para el coche autónomo, como los LED o el proyector láser que hemos citado antes.
La parrila frontal, formada por diodos LED, así como el panel trasero, sirven para lanzar mensajes al exterior (peatones, otros vehículos, etc...). Permiten informar a otros vehículos de un peligro, de la presencia de un peatón o de la necesidad de detenerse, pero también sirven para informar a los peatones de que el coche los ha detectado, por ejemplo. A esto se suman comandos sonoros que el coche puede reproducir, invitando a un peatón a cruzar la calle (dándole paso), por ejemplo.
Por otra parte, y mediante un proyector láser instalado en el frontal del vehículo (el prototipo en sí no lo lleva pero el sistema ya se puede utilizar y nos lo demostraron), el coche sería capaz de proyectar mensajes y advertencias sobre el asfalto. De hecho, puede hasta proyectar una especie de paso de peatones (ver vídeo), indicando así al transeúnte que se encuentre a su paso que puede cruzar sin peligro, o bien mostrarle la trayectoria que va a seguir, para que el peatón lo sepa.
No, todavía no
Antes de que pongáis el grito en el cielo cabe apuntar que no, la conducción autónoma no llegará mañana, puesto que de momento existen muchos obstáculos que tardaremos años en superar. Es un camino largo y tedioso, pero los fabricantes de automóviles están dispuestos a investigar sobre el tema, y es que un mundo de coches autónomos podría ser más seguro, más ecológico, más relajado y tener una mayor fluidez de tráfico.
A día de hoy la legislación de los distintos países pone muchas trabas a este tipo de vehículos y sólo algunos permiten a los fabricantes realizar recorridos de pruebas con sus prototipos autónomos. En Estados Unidos, por ejemplo, son únicamente cuatro los Estados que permiten este tipo de pruebas: California, Nevada, Florida y Michigan. Otros obstáculos son la falta de infraestructuras, la necesidad de aceptación social, las posibilidades tecnológicas o los conflictos de seguridad y protección de datos que plantearían este tipo de coches.
Por otra parte, los propios sistemas de recopilación de información y detección de obstáculos, que son básicos para la conducción autónoma, formados por sensores de ultrasonidos, infrarojos, cámaras estereoscópicas y radares, todavía tienen margen de mejora, ya que aún surgen problemas cuando las condiciones climatológicas son adversas, y empeoran si al mal tiempo añadimos oscuridad, por ejemplo.
Por otra parte, el software de análisis de datos (los que recopilan las cámaras, sensores y radares), desarrollado por la propia marca, también tiene margen de mejora, y lo mismo ocurre con los propios dispositivos de detección de obstáculos, que en un futuro necesitarán un mayor alcance. A día de hoy el S 500 Intelligent Drive, por ejemplo, tiene un campo de visión de unos 200 metros en todas direcciones, pero cuando se circula a gran velocidad esta distancia no es suficiente para garantizar la máxima seguridad.
Además, para que los coches autónomos se conviertan en realidad hace falta una buena ración de confianza por parte de los mandatarios, legisladores, peatones, conductores y usuarios. Esto es difícil a día de hoy, pero según vaya avanzando la tecnología y la conducción autónoma sea más segura, la percepción irá cambiando.
El "futurólogo"de Mercedes-Benz, Alexander Mankowsky, responsable de estudios de futuro e ideación, comentaba durante el evento que han de pasar al menos diez años para que muchas de las tecnologías incorporadas en este prototipo lleguen finalmente a la calle. Hay mucho camino por recorrer y muchos avances que realizar, así que no es cuestión de hacer las cosas con prisa.
¿Y yo, que disfruto conduciendo, qué hago? Pues, de momento, no preocuparte por el tema, porque va para largo. Además, ¿quién te dice que no podrás usar un electrodoméstico autónomo para ir al trabajo y tener un deportivo para el fin de semana? ¿Acaso disfrutas de la conducción en el atasco de todas las mañanas? La idea puede gustarnos más o menos, pero deberíamos ser capaces de abrir un poco nuestra mente, puesto que esto, amigos, es aún una utopía.
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