Comprobamos lo que los neumáticos de invierno son capaces de salvar... a seis grados bajo cero
El neumático de invierno, ese gran desconocido cuyos 'misterios' hemos querido desentrañar. Misterios porque tan solo entre el 4 % y el 5 % del mercado del neumático pertenece al de invierno, y ante caos como el vivido en las carreteras españolas hace unos días, los conductores se tiran en plancha para hacerse con unas cadenas por primera vez. Pero hay vida más allá, y merece la pena descubrir lo que los neumáticos de invierno son capaces de hacer.
A una velocidad de 50 km/h en una calzada con nieve, la distancia de frenado es 31 metros menor con ruedas de invierno. Y en mojado, y a 80 km/h, la distancia es seis metros inferior que con neumáticos convencionales. Unos metros que pueden suponer salvar un problema o no hacerlo, y las condiciones meteorológicas de las que estamos disfrutando últimamente están haciendo de este un tema de portada.
Aunque este tipo de neumáticos aún no se han asentado entre las preferencias de los consumidores españoles, durante el último año el mercado de neumáticos de invierno en España ha pasado de 250.000 unidades comercializadas a casi 400.000, según informa la Comisión de Fabricantes de Neumáticos. Pero Europa nos leva mucha ventaja: las diferencias entre estos neumáticos en España y los vendidos en Europa es de un 3 % frente a un 30 %, respectivamente.
La Comisión de Fabricantes de Neumáticos ha querido hacer hincapié y nos hemos ido a la pista de nieve de Madrid Xanadú para comprobarlo a 6 grados bajo cero. Pero antes...
Apuntes clave sobre los neumáticos de invierno
La inscripción 'M + S' (o 'MS'/ 'M&S') proviene de las siglas 'Mud and Snow' (barro y nieve). Simboliza que sus prestaciones en condiciones invernales han sido sometidos a algunas pruebas en terrenos complicados.
'M+S' es el marcaje que podríamos considerar "antiguo" en los neumáticos de invierno, y por tanto, en Europa, para que un neumático tenga certificación de invierno y por tanto sea alternativa a las cadenas, debe llevar el pictograma de la montaña de tres picos y copo de nieve, es decir el logo '3PMSF' (3 Peaks Mountain Snow Flake). Recordamos que los all-season también llevan certificación de invierno, por lo que son válidos todo el año y en cualquier condición.
El uso de los nemáticos de invierno está recomendado en el periodo que va de noviembre a marzo, aunque se puede utilizar también en verano (en este caso, mejor los all-season). El límite legal a aplicar en el neumático de invierno es el mismo que para uno de verano: 1,6 mm. Los de invierno, cuyo dibujo tiene mayor profundidad, cuentan con un segundo indicador situado a 4 mm, momento en el que dejan de ser idóneos para su uso en nieve.
El índice de carga al montar unos neumáticos de invierno debe ser igual o superior al mínimo homologado por el fabricante para cada vehículo. En cuanto a mantener el código de velocidad o no (la velocidad máxima que un neumático puede alcanzar o soportar), el Reglamento de Vehículos contempla la posibilidad de utilizarlos con un código inferior siempre que sea igual o superior al código Q (160 km/h) si la velocidad máxima del vehículo es superior a esta.
En este caso, el conductor debe colocar una etiqueta con el nuevo límite de velocidad de los neumáticos de invierno en un lugar visible en el interior del vehículo.
Mejor tracción, adherencia y frenada
Que los neumáticos de invierno ofrezcan mejor capacidad para iniciar el movimiento, mantener la trayectoria o detenerse tiene todo que ver con tres características:
Una banda de rodamiento más recortada y profunda para garantizar la máxima evacuación de agua.
Una cantidad de laminillas en los tacos entre seis y ocho veces superior que las de un neumáticos estándar. Son las responsables de conseguir adherencia cuando el firme es una pista de patinaje.
Un mayor contenido de sílice que evita que el neumático no se endurezca por debajo de los siete grados.
Para comprobarlo, una pista de PVC y mucha nieve
Nos fuimos a la pista de nieve del centro comercial Madrid Xanadú para realizar varias pruebas técnicas y comprobar la tracción y la frenada de los neumáticos de invierno en situaciones extremas.
Sobre una pista de PVC mojada y muy resbaladiza nos dispusimos a comprobar la tracción con neumáticos de verano y de invierno, y las diferencias fueron notables. Conduciendo el mismo modelo de coche y motor, saliendo desde parado, con neumático de invierno el coche patina menos, sale más rápido y alcanza más velocidad en el mismo recorrido que con el neumático de verano. En unos 20 metros la diferencia llegaba a ser de 8 km/h.
Así que, apretando a fondo el acelerador, con neumáticos de invierno fuimos capaces de salir airosos de aquella pista de patinaje sin dificultad gracias a diferencias de agarre evidentes. Con los de verano, la lona tuvo que ser recolocada para su siguiente acelerón.
En la prueba de frenada lo mismo: a 50 km/h, mismo modelo de coche y motor, la diferencia de frenada en mojado entre uno de invierno y uno de verano fue de unos cinco metros.
A la hora de probar los neumáticos de invierno en nieve, a seis grados bajo cero, los resultados también son muy buenos. En un recorrido de curvas suaves, a velocidad moderada, con neumáticos de invierno el coche es capaz de trazarla, mientras que con el neumático de verano subvira, se va de morro y la traza con dificultad. Lo mismo ocurría en eslalon cuesta abajo.
Claro que no todo son ventajas y cualquier neumático o dispositivo presenta sus pros y sus contras, como ya abordamos con las cadenas, los all-season e incluso las cadenas líquidas.